Sistema inmunitario
Este tipo de suplementos de vitamina D podría no servir para nada
Las variantes de la vitamina D comparten muchas similitudes, pero las pequeñas diferencias que existen entre ellas hacen que afecten de forma muy diferente al organismo:
La vitamina D es uno de los micronutrientes más importantes para la salud, porque es esencial -entre otras cosas- para regular el metabolismo del calcio. Cuando existe un déficit de esta vitamina, el organismo lo busca en los huesos, que son las grandes reservas de calcio de nuestro cuerpo, lo que acaba por derivar en osteoporosis.
La dosis diaria recomendada de vitamina D para las personas sanas es de 1.000 miligramos de calcio, así como unos niveles por encima de 20 nanogramos por mililitro (ng/mL). Para cumplir estos requisitos, no es necesario consumir ningún suplemento. Basta con seguir una dieta equilibrada y estar expuesto a los rayos ultravioleta del Sol con cierta asiduidad. Por ese motivo, es muy frecuente que muchas personas que viven en lugares con poca luz solar tengan niveles insuficientes de esta vitamina en su organismo.
Aunque en la mayoría de situaciones no es necesario, sí que existen ocasiones en las que sería necesario adquirir una dosis superior de esta vitamina mediante suplementos. Y dentro de estos suplementos, los más habituales corresponden a la vitamina D2 o ergocalciferol y la vitamina D3 o colcalciferol. Ambas variantes de la vitamina D comparten muchas similitudes, pero las pequeñas diferencias que existen entre ellas hacen que afecten de forma muy diferente al organismo:
Un nuevo estudio publicado en la revista médica “Frontiers of inmunology”, asegura que la vitamina D2 tendría un impacto cuestionable en la salud humana; mientras que la vitamina D3 sí que podría equilibrar el sistema inmunitario, ayudando a reforzar nuestras defensas contra infecciones víricas.
Las conclusiones proceden de una investigación en la que han colaborado las universidades británicas de Surrey y Bringhton. Y en ella, los científicos examinaron qué impacto tenían estos suplementos en el organismo cuando eran consumidos a diario durante 12 semanas.
Los investigadores encontraron pruebas que sugerían que la vitamina D3 debería ser la forma predilecta para los suplementos enriquecidos, porque tenía un efecto modificador del sistema inmunitario, que podía fortalecer el organismo contra las enfermedades víricas y bacterianas.
El profesor Colin Smith, autor principal del estudio, explicaba que la investigación “ha demostrado que la vitamina D3 parece estimular el sistema de señalización del interferón de tipo I en el organismo, una parte clave del sistema inmunitario que proporciona una primera línea de defensa contra las bacterias y los virus. Así, un estado saludable de vitamina D3 puede ayudar a evitar que los virus y las bacterias se afiancen en el organismo”, concluyó.
Sin embargo, la profesora Susan Lanham-New, coautora del estudio y jefa del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Surrey, explicó que no han encontrado estos efectos positivos con los suplementos de la vitamina D2. Por eso, cree que es necesario y urgente un estudio que profundice en las diferencias y en los efectos de ambos tipos de vitamina D.
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