Estudio

¿Se informó bien durante la pandemia?

La opinión pública, los sanitarios y los periodistas suspenden a los políticos, según un análisis de percepción realizado por Estudio de Comunicación y LA RAZÓN. La sociedad considera que hubo demasiada información, pero poco fiable

El «feedback» de la comunicación durante la CRISIS. Población general
El «feedback» de la comunicación durante la CRISIS. Población generalTania Nieto

La Covid-19 es la primera pandemia de la historia en la que se ha empleado a gran escala la tecnología para mantenernos en todo momento informados. El problema es que esta herramienta, así como las redes sociales, amplifican también un exceso de información que no siempre es fiable, lo que puede generar confusión entre la población. Es lo que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) acuñó recientemente como infodemia.

Transcurrido ya un tiempo prudencial desde que estalló esta crisis sanitaria que ha causado más de 15 millones de muertes en todo el mundo, la consultora Estudio de Comunicación y LA RAZÓN han realizado un estudio de clima de opinión, hecho entre el 24 de enero y el 13 de marzo de este año, con el fin de hacer una foto representativa sobre cómo se percibió la comunicación durante la pandemia.

El objetivo del estudio «La comunicación de la pandemia. La comunicación entre y hacia los distintos colectivos», en el que se obtuvieron 1.230 cuestionarios válidos, no es señalar a los culpables de los posibles errores, sino conocer cómo se recibió y cómo se valora la información transmitida durante la Covid 19. Algo clave, ya que la información en una situación de crisis como la vivida salva vidas.

Para ello, han preguntado al público en general (dividiendo si formaban o no parte de algún colectivo que transmitiera información), a los periodistas y al personal sanitario.

En cuanto al «feedback» que tiene la opinión pública que participó en el estudio respecto a la información recibida durante la crisis, la población considera que fue demasiada, y que esta era comprensible, pero poco fiable. En concreto, al 53,2% de los receptores finales les parece excesivo el volumen de información recibida; suficiente, al 25,3%; escaso, al 12,6%, e insuficiente, al 8,9%.

«Prácticamente la mitad de los receptores que participaron en el estudio no entendía la información durante la pandemia y el 57,8% de la población suspendía la fiabilidad, que es un dato suficientemente alto para concluir que hubo un problema de comunicación», explica Benito Berceruelo, consejero delegado de Estudio de Comunicación, que recuerda aquellos primeros momentos en los que se nos aseguró que «la mascarilla no era tan necesaria, cuando tiempo después se dijo que era fundamental».

Además, suspenden con un 4 de nota sobre 10 la información en general recibida sobre la Covid-19 y con un 4,2 aquella que versó sobre prevención. De hecho, los receptores finales solo aprueban la fiabilidad de la información con un 5,1 cuando esta se centraba en tratamientos y en vacunación contra el SARS-CoV-2.

A su vez, la opinión pública suspende la confianza en los políticos con un 2 y a las administraciones y a los medios de comunicación con un 3,7 en ambos casos.

Aprueba, en cambio, a las entidades internacionales como la OMS y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), eso sí, con un 5 raspado. En todo caso se trata de un aprobado pese a que en ocasiones ambos organismos mandaron mensajes contradictorios. También aprueba a los funcionarios, a los que les puntúan con un 5,1. Los únicos en subir del suficiente son los científicos y los sanitarios, a los que la población en general les puntuó con un 6,7 y un 6,9, respectivamente.

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InfografíaTania Nieto

En cuanto a los periodistas que participaron en el estudio, el análisis de percepción refleja que aprueban con un 5,5 la fiabilidad de la información recibida y con un 5,9 la que versaba sobre tratamientos y vacunación.

Los especializados en salud consideran que el volumen de información recibido fue excesivo, frente a los no especializados, para quienes solo les resultó excesivo en un 39,6% de los casos.

Los periodistas, al igual que la población en general, suspenden a los políticos, a los que ponen un 2,4 sobre 10. También suspenden a funcionarios y a superiores jerárquicos. En cambio, muestran confianza en las entidades internacionales (6,4), pero sobre todo en los sanitarios, científicos y consejos y colegios profesionales de salud. A estos últimos les ponen un notable.

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InfografíaTania Nieto

En el caso de los sanitarios, estos suspenden con un 4,7 la fiabilidad de la información recibida durante la crisis y ponen un 5 a la centrada en prevención, tratamientos y vacunación contra la Covid-19.

Respecto al volumen de información, el porcentaje más abultado es el del personal sanitario que considera que ésta había sido insuficiente en un 34,2% de los casos. De hecho, los sanitarios son los únicos, junto a los periodistas especializados en salud, en no considerar mayoritariamente excesivo el volumen de información que hubo desde que estalló la pandemia.

El personal sanitario suspende la confianza que tienen en los políticos, a los que ponen un 1,4 sobre 10, a los funcionarios (2,5), a los medios de comunicación (3) y a las administraciones (3,6), así como a los superiores jerárquicos (4,3) y a los informes o estudios extranjeros (4,6).

De hecho, solo aprueban a los organismos internacionales, a los científicos y a los consejos y colegios profesionales de salud.

Y en el caso de los sanitarios de Medicina y Cirugía, UCI incluidas, y que son un 21% de los sanitarios entrevistados en este estudio, todos ellos dan un sonado 0 a los políticos.

En cuanto a si la información que recibieron por fuentes oficiales fue coherente con la vivencia personal, si para el 21,5% de los periodistas esta fue incoherente, este porcentaje subía al 26,2% en el caso de los sanitarios.

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InfografíaTania Nieto

Además, un 56,9% de los sanitarios considera que la coherencia dependía del momento y la información. Eso sí, el 54,5% de los sanitarios de atención primaria asegura que percibió la mayoría de las veces incoherencia entre la información recibida y la experiencia profesional.

En definitiva, según Berceruelo, en general durante la pandemia “hubo un exceso de información poco fiable y de fuentes que nunca tuvieron la confianza de los receptores”.