Secuelas de la pandemia
La ola de calor no frena las infecciones respiratorias: «Esto no lo habíamos visto nunca», dicen los médicos
La gripe y el virus de la bronquiolitis todavía no han desaparecido. De hecho, esta última semana su circulación ha aumentado, algo insólito en prepandemia
La pandemia de la Covid-19 parece ir diluyéndose, poco a poco, entre la vuelta a la realidad de una sociedad que tenía ganas, y necesidad, de recuperar las costumbres de antes. Sin embargo, la crisis sanitaria de los dos últimos años no solo no ha desaparecido todavía, sino que está dejando tras de sí algunos coletazos que interfieren en la salud de los españoles. Ejemplo de ello es la inesperada presencia de virus e infecciones respiratorias en pleno mes de junio y a pesar de las altísimas temperaturas, tal y como demuestra el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda, publicado el jueves por el Instituto de Salud Carlos III, en el que se confirma que aumenta la circulación del virus respiratorio sincitial (VRS), causante de la bronquiolitis, tanto en atención primaria como en hospitalaria.
Aunque el SARS-CoV-2, el virus de la influenza causante de la gripe y el VRS son propios de los meses más fríos y de la época invernal, la pandemia ha dado al traste con todas las previsiones esperables y ha desestabilizado el tablero de juego, pues todavía siguen circulando en nuestro país en estas últimas semanas. «En mayo pudimos corroborar un aumento del 20% de la demanda de urgencias hospitalarias por infecciones respiratorias respecto al mismo mes de años anteriores, y esta cifra fue incluso superior en algunos centros», asegura Juan González del Castillo, responsable de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (Semes).
Esta circunstancia anómala no se ha quedado en algo pasajero, ya que, tal y como hace hincapié González del Castillo, «esa tendencia de incremento la seguimos notando en estas semanas de junio, a pesar del calor. Lo curioso es que estamos ante una temporada muy atípica de problemas respiratorios tanto por las fechas en las que se están dando como por lo largo de su presencia, ya que los contagios se están alargando mucho, algo que resulta muy inusual y era poco esperable. Esto no lo habíamos visto nunca en épocas de prepandemia».
La temporada más larga
En esa misma línea se posiciona Cinta Moraleda, miembro de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y secretaria del Grupo de Cooperación de la Asociación Española de Pediatría, quien trabaja como especialista en la Sección de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Desde esa perspectiva Moraleda hace una radiografía de la situación clara: «Durante las últimas semanas estamos ante una continua presencia de problemas respiratorios que, teóricamente, ya deberían haber desaparecido, pues son propios del invierno, pero lo cierto es que siguen causando infecciones a día de hoy, algo que no es nada habitual. Lo más llamativo y la gran novedad de este año es que la temporada de la gripe y de los virus respiratorios se ha trasladado en el tiempo. En años de prepandemia jamás veríamos tantos casos de gripe y de VRS en esta época del año y ahora los estamos teniendo», asegura.
A esos virus respiratorios más comunes se suma ahora, de nuevo, el SARS-CoV-2, ya que, según confirma González del Castillo, «en estos últimos días vuelve a ser el problema respiratorio más predominante en las consultas de urgencias de los hospitales, con una circulación intensa, sobre todo en los mayores de 65 años, que son quienes llegan hasta el hospital».
Esta situación también se deja sentir en la atención primaria. «Ayer diagnosticamos a un chico de 19 años de gripe y no es normal. Antes no se nos habría ocurrido, un 14 de junio, con 44 grados en Talavera de la Reina (Toledo) que fuera eso. Pensaríamos que era un adenovirus o un enfriamiento y ya está», reconoce Ana Carmen Gil, del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, Semergen. Y no es la única que corrobora esta anomalía: «Sí, estamos encontrando gripe con fiebre o dolores musculares, casos de gripe A (porque salen negativo el test de antígenos), pero no en exceso», cuenta por su parte Manuel Niño Camacho, miembro del Grupo de Trabajo de Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). «También algunos casos virales, covid y no covid. Cuadros de catarrales nasales que simulan ser gripales, pero en atención primaria no podemos tomar muestras y, como la evolución es buena y no tórpida, no hacemos más pruebas complementarias. A un paciente que he atendido telefónicamente por fiebre mantenida, mañana le hago el test de antígenos covid y le vuelvo a valorar, le ausculto y, si da negativo, tratamiento sintomático y ya está», detalla Niño Camacho.
Los especialistas coinciden en que se trata de infecciones respiratorias que no están suponiendo un fuerte impacto en la hospitalización. «Nos encontramos con pacientes de avanzada edad con patologías que se descompensan por culpa de la gripe, lo que nos exige el seguimiento más exhaustivo», detalla González del Castillo. Mientras tanto, desde el punto de vista de la Pediatría, Moraleda asegura que «el perfil de los niños que llegan al hospital es similar al de años anteriores, con síntomas también comunes, por lo que eso no parece haber variado. Lo más llamativo es seguir viendo gripe y bronquiolitis en pleno junio, algo que hasta ahora parecía impensable».
¿Qué está pasando?
Ante este insólito escenario cabe preguntarse cuáles son las razones que provocan la inusual transmisión de los virus respiratorios estacionales. Pues bien, según González del Castillo, «la explicación podría estar en la mayor vulnerabilidad de todos nosotros, porque no hemos generado inmunidad a la influenza desde hace dos años por el hecho de llevar mascarillas, y eso facilita que ahora estemos ante una temporada atípica y más larga. Lo mismo ocurre con el VRS, que sigue circulando ahora que los niños también han dejado atrás las medidas de protección». Lo sorprendente es que, «de forma teórica la influenza es estacional y con las altas temperaturas se inactiva, pero visto lo visto estos días, esta premisa no se está cumpliendo y parece que en la balanza pesa más esa vulnerabilidad del sistema inmune», concluye González del Castillo.
Peor para los pacientes crónicos
El calor influye en los pacientes respiratorios con enfermedad crónica, y lo hace a peor. Así lo explica Manuel Niño Camacho, quien señala que «en esta época del año siempre hay un repunte de patologías como el asma o la enfermedad alérgica, nasal y ocular fundamentalmente (rinitis, conjuntivitis)».
Algo que confirma Ana Carmen Gil, que cuenta que «esta primavera se ha notado un montón el aumento de casos de asma. En Talavera hemos hecho mucha atención a pacientes alérgicos por pólenes y gramíneas y ha habido un repunte del asma por este motivo. La gente se ha quitado ya las mascarillas y, como además ha llovido mucho, los alérgicos lo han notado y tienen el asma peor controlado», concluye.
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