Opinión

Cuarenta años para un diagnóstico

Un médico ausculta a un paciente
Un médico ausculta a un pacienteDreamstimeDreamstime

Sí, ha leído bien el título de esta columna. Cuarenta años han tardado clínicos franceses y armenios en descubrir la dolencia que aquejaba durante todo este tiempo a una mujer que se ganaba la vida tejiendo. Ese dolor inexplicable en los dedos al realizar su trabajo resultó ser un tumor raro, incrustrado debajo de la uña. Treinta minutos en quirófano fueron suficientes para extirparlo, como han detallado en el Congreso Euroanaesthesia, que se ha celebrado en la ciudad italiana de Milán. Estas sesiones científicas fueron organizadas por la Sociedad Europea de Anestesiología y Cuidados Intensivos (Esaic).

La paciente había acudido a diversos especialistas y fue tratada sin éxito de otras afecciones, incluida la enfermedad de Reynaud y el neuroma. Como se ha detallado en este evento científico, fue examinada por un equipo multidisciplinario franco-armenio, organizado por el hospital galo Hospices Civils, de Lyon. El equipo de estos especialistas estuvo compuesto por un experto en dolor, un cirujano de la mano, un fisioterapeuta, un especialista en infecciones óseas y articulares, un microbiólogo, un neurólogo y un radiólogo. La deformidad, en combinación con un leve festoneado de la superficie del hueso debajo de la uña (revelado por rayos X) y una masa pequeña y densa sin vasos sanguíneos en el interior, junto con un defecto óseo adyacente (ambos analizados por ultrasonido), sugirió que la paciente de 58 años tenía un tumor glómico.

El diagnóstico, cuarenta años después, fue este: neoplasia benigna, dolorosa, localizada preferentemente en zonas acras, que tiene origen en las células primitivas glómicas y son células musculares lisas modificadas, con función en la regulación de la temperatura.