Psicología
¿Qué es la felicidad eudemónica y en qué se diferencia de la felicidad hedónica?
Si bien es cierto que sabemos identificar la felicidad cuando la sentimos, lo cierto es que es difícil de definir. Sin embargo, en la búsqueda por averiguar qué nos hace felices, se han definido dos tipos: la hedonista y la eudemónica
Las personas pasan gran parte de sus vidas tratando de encontrar la felicidad y la realización personal. Sin embargo, la felicidad es un concepto muy subjetivo, por ello, en investigaciones académicas, se suele utilizar el término bienestar. Saber qué nos hace felices o cómo se puede encontrar un bienestar duradero, son preguntas que todos nos hemos llegado a hacer en algún momento de nuestra vida, y los filósofos han debatido estas cuestiones durante mucho tiempo. Como resultado, se han definido dos tipos de felicidad; la felicidad hedónica, que tiene que ver con el placer y el disfrute de las experiencias; y la felicidad eudemónica que es aquella que se alcanza al encontrar un propósito y significado en la vida.
¿Qué es la felicidad?
Si bien es cierto que sabemos identificarla perfectamente cuando la sentimos, la felicidad es difícil de definir. La felicidad es un estado emocional positivo, pero la experiencia de cada individuo en ese estado es subjetiva. Cuándo y por qué uno experimenta la felicidad puede ser el resultado de varios factores que trabajan juntos, incluida la cultura, los valores y los rasgos de personalidad. Dada la falta de consenso en base a la definición de felicidad, los psicólogos suelen abstenerse de utilizar el término en sus investigaciones. En cambio, los psicólogos se refieren al bienestar. Sin embargo, al igual que ocurre con el término de felicidad, existen múltiples concepciones del término. Por ejemplo, Edward Diener, un psicólogo estadounidense conocido como “Dr. Happiness”, definió el bienestar subjetivo como una combinación de emociones positivas y cuánto uno aprecia y está satisfecho con su vida. Mientras tanto, Carol Diane Ryff, académica y psicóloga estadounidense, desafió la perspectiva hedonista del bienestar de Diener al desarrollar el concepto del “bienestar psicológico”, que puede considerarse precursor de los actuales modelos de Psicología Positiva. Según la psicóloga, a diferencia del bienestar subjetivo, el bienestar psicológico se mide en base a seis constructos relacionados con la autorrealización: autonomía, crecimiento personal, propósito en la vida, autoaceptación, dominio y conexiones positivas con los demás.
La felicidad hedónica
La idea de la felicidad hedónica se remonta al siglo IV a. C., cuando Aristipo de Cirene, un filósofo griego discípulo de Sócrates y fundador de la escuela cirenaica, explicó que el objetivo final de la vida debe ser maximizar el placer. Por tanto, los hedonistas argumentan que la felicidad implica maximizar el placer y minimizar el dolor, o lo que es lo mismo, las experiencias placenteras traen felicidad, mientras que las dolorosas la reducen. Razón por la cual, sobre todo en las culturas occidentales, la felicidad hedónica a menudo se defiende como el objetivo final, ya que se tiende retratar una visión de la vida extrovertida, social y alegre y, como resultado, sus habitantes a menudo creen que el hedonismo, en sus diversas formas, es la mejor manera de lograr la felicidad. Por ejemplo, un hedonista cree que la felicidad proviene de cenas de lujosas y extravagantes, viajar por el mundo, ver espectáculos, leer libros o ver películas. Con el enfoque hedónico, se deben evitar las tareas dolorosas como las tareas del hogar, las citas con el médico o la angustia por mantener la felicidad, lo que lo ha llevado a ser ampliamente criticado. Según sus detractores, existe cierta falacia lógica, o fallo en el razonamiento, en el hedonismo. Estos críticos explican que la búsqueda hedónica de la felicidad no siempre ayuda al bienestar general de alguien. Perseguir buenas experiencias no siempre es lo mejor para nuestra salud física y mental y muchas de estas experiencias pueden tener consecuencias negativas a largo plazo. Beber cantidades excesivas de alcohol o consumir drogas pueden ser experiencias placenteras en el momento, pero pueden tener impactos negativos duraderos, lo que no contribuye al bienestar general de una persona. De hecho, trae dolor, aquello que los hedonistas argumentan que debería evitarse.
La felicidad eudemónica
Aunque la felicidad eudemónica recibe menos atención en la cultura occidental en general, no es menos importante en la investigación psicológica de la felicidad y el bienestar. Al igual que la hedonía, el concepto de eudemonía se remonta al siglo IV a. C., cuando Aristóteles la definió por primera vez en su obra “Ética a Nicómaco”. Según Aristóteles, para alcanzar la felicidad, uno debe vivir su vida de acuerdo con sus virtudes. Afirmó que las personas se esfuerzan constantemente por alcanzar su potencial y ser una mejor versión de sí mismas.
La felicidad eudemónica, por tanto, es un intento de buscar una felicidad más duradera y significativa. El hecho de que una experiencia sea placentera no significa que pueda crear felicidad. En cambio, el enfoque eudemónico, intenta encontrar la felicidad a través de la realización y el crecimiento personal. Por ejemplo, aprender a ser una persona más amable puede traer la realización personal. Ser voluntario, ayudar en un comedor social, estudiar mucho y desarrollar nuestras habilidades puede ayudarnos a ganar madurez y conocimiento, aumentando la felicidad.
Investigación sobre la felicidad hedónica y eudemónica
Si bien algunos investigadores psicológicos que estudian el bienestar tienen un punto de vista puramente hedónico o puramente eudemónico, muchos están de acuerdo en que ambos son necesarios para maximizar el bienestar. Por ejemplo, en un estudio de comportamientos hedónicos y eudemónicos, se encontró que los comportamientos hedónicos aumentaban las emociones positivas y la satisfacción con la vida y ayudaban a regular las emociones, al mismo tiempo que reducían las emociones negativas, el estrés y la depresión. Mientras tanto, el comportamiento eudemónico condujo a un mayor significado en la vida y más experiencias de elevación. Debido a los resultados, el estudio concluyó que los comportamientos hedónicos y eudemónicos contribuyen al bienestar de diferentes maneras y, por lo tanto, ambos son necesarios para maximizar la felicidad.
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