Cáncer

Diseñan una prometedora vacuna capaz de matar el tumor cerebral

La novedosa herramienta basada en la terapia celular logra entrenar al sistema inmunitario para prevenir la reaparición del cáncer

En Madrid se fabrican y suministran terapias alogénicas de células madre
En Madrid se fabrican y suministran terapias alogénicas de células madreFreelanceFreelance

Las cifras que arroja el cáncer anualmente le colocan en la macabra lista de las enfermedades más mortales, razón por la que la Ciencia trabaja a contrarreloj para dar con una solución (o varias) que logren debilitarla. La creación de una vacuna que sea capaz de acabar con los tumores es un anhelo constante que ya ha empezado a dar sus frutos en algunos tipos de cáncer como el de cérvix o el oral, muy vinculados al virus del papiloma humano. Pues bien, ahora se ha logrado dar un paso de gigante que nos acerca a la esperanza de poner contra las cuerdas al cáncer de la mano de la terapia celular.

En concreto, aprovechando una nueva forma de convertir las células cancerosas en potentes agentes anticancerígenos, científicos del Brigham and Women’s Hospital, en Estados Unidos, han desarrollado un nuevo enfoque de terapia celular capaz de eliminar tumores ya establecidos e inducir inmunidad a largo plazo, entrenando al sistema inmunitario para que pueda evitar la reaparición del cáncer, tal y como se publica en la prestigiosa revista científica «Science Translational Medicine».

El equipo de investigadores probó su vacuna anticancerígena de doble acción en un modelo avanzado de ratón de glioblastoma, un cáncer cerebral mortal, con resultados prometedores. «Nuestro equipo ha perseguido una idea sencilla: tomar células cancerosas y transformarlas en vacunas y asesinas del cáncer», afirma el autor correspondiente, Khalid Shah, director del Centro de Células Madre e Inmunoterapia Traslacional (CSTI) y vicepresidente de investigación del Departamento de Neurocirugía del Brigham y profesor de la Facultad de Medicina de Harvard y del Instituto de Células Madre de Harvard (HSCI). Así, «mediante ingeniería genética, estamos reutilizando células cancerosas para desarrollar una terapéutica que elimine las células tumorales y estimule el sistema inmunitario tanto para destruir los tumores primarios como para prevenir el cáncer», añade el investigador.

Un enfoque innovador

Las vacunas contra el cáncer son un área de investigación activa para muchos laboratorios, pero el enfoque que han adoptado Shah y sus colegas resulta muy innovador, ya que, en lugar de utilizar células tumorales inactivadas, el equipo reutiliza células tumorales vivas, que poseen una característica inusual. Al igual que las palomas mensajeras, las células tumorales vivas recorren largas distancias por el cerebro para volver al lugar donde se encuentran sus compañeras. Aprovechando esta propiedad única, el equipo de Shah manipuló células tumorales vivas mediante la herramienta de edición de genes CRISPR-Cas9 y las reutilizó para liberar un agente destructor de células tumorales.

Pero ahí no acaba la revolución, ya que las células tumorales modificadas se diseñaron para que expresaran factores que facilitaran al sistema inmunitario detectarlas, etiquetarlas y recordarlas, preparando al sistema inmunitario para una respuesta antitumoral a largo plazo.

Bajo este criterio, el equipo de investigadores probó sus células tumorales terapéuticas (ThTC) mejoradas con CRISPR y modificadas mediante ingeniería inversa en distintas cepas de ratones, incluida una que contenía células de médula ósea, hígado y timo derivadas de humanos, imitando el microentorno inmunitario humano. El equipo de Shah también incorporó a la célula cancerosa un interruptor de seguridad de dos capas que, cuando se activa, erradica las ThTC en caso necesario.

Los resultados fueron prometedores, ya que esta terapia celular de doble acción resultó segura, aplicable y eficaz en estos modelos, lo que sugiere una hoja de ruta hacia la terapia. Aunque se necesitan más pruebas y desarrollos, el equipo de Shah eligió específicamente este modelo y utilizó células humanas para allanar el camino de la traslación de sus hallazgos a los pacientes. «En todo el trabajo que hacemos en el Centro, aunque sea muy técnico, nunca perdemos de vista al paciente. Nuestro objetivo es adoptar un enfoque innovador pero traducible, de modo que podamos desarrollar una vacuna terapéutica contra el cáncer que, en última instancia, tenga un impacto duradero en la Medicina», avanza Shah, quien trabaja junto a sus colegas para que esta estrategia terapéutica sea aplicable a una gama más amplia de tumores sólidos, por lo que está justificado seguir investigando sus aplicaciones.