
Ola de calor
Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si bebes alcohol durante una ola de calor
La combinación de una caña o un tinto de verano con el calor asfixiante puede parecer una buena idea, pero en realidad es un cóctel peligroso que sabotea los mecanismos de defensa de tu organismo

En plena ola de calor en España, con una masa de aire cálido que mantendrá las temperaturas hasta 10 grados por encima de lo normal al menos hasta el domingo en casi toda la península, es crucial entender cómo ciertas decisiones pueden afectar a nuestra salud. Una de las más peligrosas, y a la vez más normalizadas, es el consumo de alcohol.
Cuando los termómetros se disparan, nuestro cuerpo activa mecanismos para mantener su temperatura interna estable, en torno a los 37ºC. El principal es la sudoración: al evaporarse, el sudor enfría la piel. Sin embargo, aquí es donde el alcohol se convierte en un enemigo silencioso.
Por qué puede ser peligroso beber alcohol durante la ola de calor
En primer lugar, el alcohol es un potente diurético, lo que significa que nos hace orinar con más frecuencia. Esto provoca una pérdida de líquidos que se suma a la que ya estamos experimentando a través del sudor, acelerando peligrosamente el proceso de deshidratación. La sed, que es una señal de alerta de que nuestro cuerpo necesita agua, puede verse enmascarada por la falsa sensación refrescante de una bebida fría.
En segundo lugar, el alcohol interfiere directamente con la capacidad del cuerpo para regular su propia temperatura. Actúa como un vasodilatador, aumentando el flujo sanguíneo hacia la piel. Aunque esto pueda generar una sensación momentánea de frescor, en realidad dificulta que el organismo detecte un aumento de la temperatura corporal, impidiendo que se pongan en marcha las alarmas necesarias para evitar un sobrecalentamiento. Es como si desconectáramos el termostato de nuestro cuerpo en el momento en que más lo necesita.
Esta combinación de deshidratación y fallo en la termorregulación aumenta significativamente el riesgo de sufrir agotamiento por calor o, en el peor de los casos, un golpe de calor. Los síntomas del agotamiento por calor incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, cansancio y piel fría y húmeda. Si no se actúa a tiempo buscando un lugar fresco e hidratándose, puede evolucionar a un golpe de calor, una emergencia médica grave con riesgo vital.
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) advierte que síntomas aparentemente cotidianos como el dolor de cabeza o el cansancio pueden ser indicadores de un golpe de calor si se dan en un contexto de altas temperaturas y exposición solar.
Además, el consumo de alcohol puede agravar patologías previas, especialmente las cardiovasculares, ya que el corazón se ve obligado a trabajar más intensamente para regular la temperatura.
Recomendaciones de los expertos
Ante este panorama, las autoridades sanitarias y las sociedades médicas son unánimes: la recomendación principal es evitar el consumo de bebidas alcohólicas durante los episodios de calor extremo. La hidratación debe realizarse fundamentalmente con agua, incluso antes de tener sed.
Prestar especial atención a los colectivos más vulnerables, como personas mayores, niños y enfermos crónicos, es fundamental. En el caso de tomar medicación de forma habitual, es aconsejable consultar con el médico de familia, ya que algunos fármacos pueden aumentar la susceptibilidad al calor.
En esta ola de calor que se prevé intensa y duradera, con noches tropicales que superarán los 25 grados en muchos puntos, la mejor forma de brindar por el verano es una correcta hidratación. Protegerse del calor no es solo una cuestión de confort, sino un acto de responsabilidad con nuestra propia salud.
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