Sanidad

Una bomba de relojería, la herencia del nuevo ministro

El Ministerio que ocupa Miñones carece de algo tan elemental como un registro de profesionales

José Miñones, primer licenciado en Farmacia en ocupar el cargo de ministro de Sanidad
José Miñones, primer licenciado en Farmacia en ocupar el cargo de ministro de SanidadEuropa Press

El nuevo ministro José Manuel Miñones ha estrenado el cargo en Sanidad con una bomba de relojería debajo de su butaca ministerial: la agitación de los profesionales de toda España a escasas semanas de los comicios autonómicos y municipales. No les falta razón. Durante los últimos años, médicos, enfermeras, auxiliares y celadores han sido maltratados por todas las administraciones –no solo las populares–, y la pandemia de covid fue la puntilla. Con ella afloró la nefasta planificación de los recursos humanos en la Sanidad española. Regido por unas leyes anacrónicas –La Ley General de Sanidad y el Estatuto Marco son del siglo pasado– y una Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias dictada en tiempos de Ana Pastor, el modelo que era la joya de la corona flaquea por todos los lados, víctima de una injustificable ausencia de planificación.

A día de hoy, el Ministerio que ocupa Miñones carece de algo tan elemental como un registro de profesionales, en el que figuren en tiempo más o menos real su número, su distribución por especialidades y centros de trabajo y su edad. Sin dicho registro, prometido por Elena Salgado cuando era ministra de Sanidad, las autoridades no pueden planificar de forma científica los recursos humanos, entre otras razones, porque adolecen de la información necesaria para ello. Su ausencia explica el déficit de médicos en algunas especialidades y la abundancia en otras, así como otros obstáculos para una gestión eficaz en materia de personal. Se da la circunstancia de que el mismo Gobierno que contará, por ejemplo, con un censo de canarios o perros con la nueva Ley de Bienestar Animal, desconoce en cambio los sanitarios con los que cuentan las autonomías. Otro dislate más de nuestra Sanidad.