
Salud
¿Cómo altera la quimioterapia los ritmos circadianos? La ciencia lo descubre
En España se diagnosticarán 296.103 nuevos casos de cáncer en nuestro país

Las cifras del cáncer no dejan lugar a dudas: se trata de una enfermedad en auge que cada año se ceba con más personas. Según las últimas estadísticas, se estima que en 2025 en España se diagnosticarán 296.103 nuevos casos de cáncer, con una tasa bruta de 597 por cada 100.000 habitantes y se espera un aumento de la incidencia debido al envejecimiento de la población y al aumento de los factores de riesgo, como el tabaco, la contaminación o el estilo de vida.
El incremento de casos de cáncer se traduce también en un mayor uso de tratamientos como la quimioterapia, una herramienta que deja huella en el organismo. De hecho, durante el tratamiento y después de él, casi la mitad de los pacientes con cáncer sufren alteraciones del ritmo circadiano, lo que agrava los efectos secundarios de la enfermedad. Dado que el principal marcapasos del cuerpo se encuentra en el cerebro, esto sugiere que quizás los tratamientos quimioterapéuticos se dirijan al cerebro para alterar los ritmos circadianos. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los tratamientos contra el cáncer no penetran bien en el cerebro. Para esclarecer esta discrepancia, investigadores dirigidos por Leah Pyter en la Universidad Estatal de Ohio exploraron si el paclitaxel, un tratamiento frecuente contra el cáncer de mama, altera el reloj biológico cerebral y altera los ritmos circadianos.
Pues bien, ahora, en un artículo publicado en eNeuro, los investigadores utilizaron un régimen de tratamiento con paclitaxel en ratones y midieron los cambios moleculares y conductuales relacionados con el funcionamiento del reloj biológico. Examinaron solo ratones hembra, ya que el cáncer de mama afecta principalmente a mujeres. La expresión de genes relacionados con el ritmo circadiano en el reloj biológico primario no fluctuó a lo largo del día en los ratones tratados, lo cual fue irregular. Dado que la luz es la señal más importante para la función marcapasos de esta región cerebral, los investigadores evaluaron cómo diferentes estímulos luminosos influyeron en las adaptaciones conductuales mediadas por el reloj biológico. Los ratones sometidos a quimioterapia no se adaptaron tan bien a estos estímulos. Por lo tanto, el paclitaxel puede alterar las señales del ritmo molecular y conductual de esta región cerebral marcapasos. La primera autora, Zoe Tapp, afirma: «La idea de que la parte principal del reloj circadiano cerebral no sea directamente afectada por el paclitaxel, pero que aun así se vea afectada por el tratamiento, fue nueva e interesante de observar».
Al hablar sobre las posibles implicaciones clínicas de este trabajo, Pyter hace hincapié en que «vincular de forma más sólida la alteración del ritmo circadiano de la que se quejan los pacientes con los efectos secundarios de la quimioterapia que afectan su calidad de vida podría ser un siguiente paso importante. Es posible que proporcionar a los pacientes con cáncer información clara sobre el ''día'' y la ''noche'' y el mantenimiento adecuado del ritmo circadiano pueda reducir los efectos secundarios durante el tratamiento. Sin embargo, para que esto suceda, tendríamos que demostrar que las vías cerebrales del ritmo circadiano se ven afectadas por la quimioterapia».
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