Opinión

Competencia, humanización y liderazgo: el papel estratégico en cáncer

Jesús Sanz Villorejo es presidente de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE)

Enfermeras de Urgencias del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda
Enfermeras de Urgencias del Hospital Universitario Puerta de Hierro de MajadahondaJesús Gómez Feria

Desde sus competencias, habilidades y conocimientos, la enfermera aporta una visión integral de los cuidados (prevención, tratamiento y atención) de los ciudadanos. Esta labor, de especial relevancia en el proceso asistencial, se extiende a todos los tipos de patologías. Y ello incluye el cáncer. Durante la relación de un paciente con una enfermedad oncológica, la enfermera se implica a todos los niveles: la consulta específica de enfermería, el hospital de día, el área de hospitalización…, garantizando un continuo de asistencia óptima, integral y personalizada para cada caso y momento de la enfermedad. Esta labor, que requiere una alta especialización, está considerada una práctica avanzada a nivel internacional, por lo que resulta imprescindible un plan de formación reglado y estandarizado.

La Asociación Nacional de Directivos de la Enfermería (ANDE) entiende que las enfermeras que ocupan posiciones directivas reúnen experiencias diversas y una visión plural que permite afrontar los nuevos desafíos del sistema sanitario, impulsando estrategias innovadoras orientadas a la calidad asistencial y la eficiencia en los recursos. Por ello, sostiene una visión transformadora sobre el papel estratégico, integral y de liderazgo de las enfermeras en el tratamiento y acompañamiento del paciente oncológico, defendiendo que la profesión (dentro del equipo multidisciplinar) es un pilar insustituible tanto en la gestión del cuidado como en la humanización y continuidad asistencial de estos pacientes.

Asimismo, es necesario insistir en que la investigación es una de las áreas de especial interés para las enfermeras oncológicas, no ya solo por su contribución al buen desarrollo de los ensayos clínicos, sino también por su dedicación al mundo de la investigación independiente, diseñando proyectos propios que generan conocimiento sobre aspectos de la enfermería que redundarán finalmente en un mejor cuidado del enfermo.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, podemos preguntarnos sobre el posicionamiento de ANDE en cuanto a la gestión de estos procesos. Es evidente que las enfermeras no solo asumen funciones asistenciales, sino que se posiciona como agente de cambio y liderazgo en la gestión sanitaria, consolidando el rol directivo y profesionalizando la gestión en todos los ámbitos, también en la atención al cáncer.

En cuanto al abordaje del cáncer, desde la asociación destacamos la necesidad de un trabajo coordinado dentro del equipo multidisciplinar y de situar a la enfermera en el centro del proceso asistencial, desde la prevención y promoción de la salud hasta la detección precoz, tratamiento y cuidados paliativos. La enfermería es la profesión más próxima al paciente y su familia, capaz de detectar de manera temprana los síntomas, reforzar el acompañamiento emocional y brindar una atención personalizada que abarca no solo los aspectos físicos sino también el apoyo psicosocial, la educación para la salud y la gestión de la esperanza en todo el itinerario oncológico.

Las enfermeras desempeñan un rol fundamental en la prevención del cáncer y la educación para la salud en la comunidad. A través de campañas informativas, programas de cribado y acciones de promoción de estilos de vida saludables, las enfermeras no solo participan activamente en la reducción de la incidencia del cáncer, sino que también sensibilizan a la población sobre la importancia del diagnóstico precoz y el autocuidado.

La relación asistencial con el paciente oncológico exige una enfermera con competencias comunicativas avanzadas, empatía, honestidad, coherencia y ausencia de juicios de valor, especialmente en situaciones de sufrimiento, incertidumbre y final de vida. ANDE aboga porque la profesión, más allá de sus conocimientos técnicos, desarrolle habilidades relacionales que permitan un acompañamiento respetuoso, digno y humano, capaz de cuidar a la persona en toda su dimensión física, psicoemocional y espiritual.

Una de las claves de la visión de ANDE es la integración de nuevos roles profesionales, como la enfermera gestora de casos, así como la continuidad asistencial, donde juega un papel fundamental la enfermera familiar y comunitaria, para garantizar una coordinación eficiente entre los diferentes niveles asistenciales y equipos multidisciplinares. Estas figuras profesionales contribuyen a optimizar los recursos, agilizar los diagnósticos, facilitar el acceso a la información y mejorar la calidad de vida del paciente y su entorno familiar, reduciendo los tiempos y las barreras que existen en el sistema sanitario.

Por otro lado, apostamos por impulsar la investigación enfermera y el desarrollo de competencias avanzadas para que la profesión pueda responder a los cambios epidemiológicos y las innovaciones terapéuticas que plantea el cáncer actual. Asimismo, ANDE respalda la formación y actualización permanente como elementos imprescindibles para asegurar una atención basada en la evidencia y en la excelencia clínica, contribuyendo a que las enfermeras estén preparadas para gestionar de manera eficaz situaciones complejas en oncología.

Como última reflexión, deseo resaltar que la visión de ANDE coloca a la profesión en la primera línea del abordaje del cáncer, no solo como ejecutora de cuidados sino como líder en la gestión, innovación, formación e investigación. El futuro pasa por una enfermería empoderada, con voz propia en la toma de decisiones y plenamente integrada en los equipos de atención oncológica, para avanzar hacia un sistema de salud más humano, efectivo y centrado en la persona.