Investigación

Consumir alimentos con un índice glucémico bajo se asocia a un menor riesgo de desarrollar demencia. ¿Cuánto lo reduce?

Una investigación concluye que la calidad y la cantidad de los carbohidratos de la dieta tienen un papel decisivo en el desarrollo del deterioro cognitivo, alzhéimer y otras demencias

Pan blanco de panadería
Pan blanco de panaderíaFreepik

Llevar una correcta alimentación, permite ingerir nutrientes que pueden proteger al cerebro del estrés oxidativo y de la inflamación, procesos relacionados con el alzhéimer. La dieta también puede influir de forma indirecta sobre esta enfermedad, al actuar sobre los factores de riesgo relacionados con el alzhéimer, como la diabetes, el riesgo cardiovascular y la obesidad, según diferentes estudios.

Pero no solo importa la cantidad de lo que se ingiere. Así, una nueva investigación concluye que la calidad y la cantidad de los carbohidratos de la dieta tienen un papel decisivo en el desarrollo de las demencias.

Así lo indica un estudio del grupo de investigación Nutrición y Salud Metabólica (NuMeH) de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y del Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria y Toxicológica (TecnATox), junto con el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV). Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista científica "International Journal of Epidemiology".

Aunque la edad es uno de los principales factores de riesgo de sufrir demencias, mantener unos hábitos de vida saludables -y en especial una alimentación equilibrada- es esencial para reducir el deterioro cognitivo y favorecer un envejecimiento saludable.

Los carbohidratos son el componente mayoritario de la dieta y representan aproximadamente el 55% de la energía total que consumimos.

Debido a su papel en el metabolismo de la glucosa y la insulina, no solo la cantidad sino también la calidad de los carbohidratos ingeridos influyen de manera significativa en la salud metabólica y en el riesgo de enfermedades relacionadas, como el alzhéimer.

Uno de los indicadores clave es el índice glucémico (IG), que mide la rapidez con que los hidratos de carbono elevan la glucosa en sangre después de consumirlos. La escala -de 0 a 100- clasifica los alimentos según si provocan incrementos más o menos rápidos.

Así, productos como la patata o el pan blanco presentan un IG alto, mientras que la mayoría de frutas y los cereales enteros tienen un IG bajo.

Para llegar a estas conclusiones el equipo analizó datos de más de 200.000 adultos del Reino Unido que no tenían demencia cuando comenzó el seguimiento.

A través de cuestionarios sobre su alimentación pudieron evaluar el índice y la carga glucémica de la dieta de cada participante.

Tras un seguimiento medio de 13,25 años se comprobó que un total de 2.362 personas desarrollaron demencias.

Mediante técnicas estadísticas avanzadas, los investigadores determinaron a partir de qué niveles del índice glucémico el riesgo de desarrollar demencias comenzaba a aumentar, y esto les permitió obtener una fotografía muy precisa de cómo la dieta puede influir en la salud cerebral a largo plazo.

Los resultados demostraron que el consumo de alimentos de más bajo índice glucémico se asocia a un menor riesgo de desarrollar demencias, mientras que valores más elevados incrementan su riesgo.

En concreto, las dietas con un índice glucémico bajo a moderado se relacionaron con una reducción del 16% del riesgo de sufrir alzhéimer, mientras que valores más altos se relacionaron con un incremento del 14% del riesgo.

"Estos resultados indican que el seguimiento de una alimentación rica con alimentos de índice glucémico bajo, como la fruta, las legumbres o los cereales integrales, podría disminuir el riesgo de deterioro cognitivo, alzhéimer y otros tipos de demencias", confirma Mónica Bulló, catedrática del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la extranet, investigadora ICREA y directora del Centro TecnATox de la UPF, que ha liderado la investigación.