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Investigación

Ni para el dolor crónico ni para la depresión: los usos no demostrados de la ketamina

Una revisión de más de 60 estudios concluye sin encontrar beneficios que superen el riesgo de efectos adversos como delirios, paranoia, náuseas y vómitos

Efectos en la conectividad neuronal antes (arriba) y después de usar ketamina CybinCybin

El uso del anestésico ketamina para fines que no cuentan con respaldo científico ha salido a la palestra en los últimos años por ser la causa de la muerte del actor Mathew Perry, famoso por su papel de Chandler Bing en la serie Friends, el pasado 28 de octubre de 2023. Perry fue encontrado sin vida en la piscina de su casa de Los Ángeles y el informe forense detalló que la cantidad de ketamina en su cuerpo era comparable a la que se utiliza para anestesia en cirugías. El actor había estado usando el fármaco a través de su médico de cabecera como tratamiento legal, pero no autorizado, para la depresión.

Este antagonista del receptor NMDA- receptor que desempeña un papel crucial en la plasticidad neuronal, el aprendizaje y la memoria, así como en procesos patológicos como el dolor- es comúnmente usado para la sedación en procedimientos y el alivio del dolor a corto plazo. También se prescribe con frecuencia fuera de indicación para el tratamiento de afecciones de dolor crónico, como el dolor nervioso, la fibromialgia y el síndrome de dolor regional complejo.

Sin embargo, una reciente revisión, realizada por investigadores de la UNSW Sídney, Neuroscience Research Australia (NeuRA) y la Universidad Brunel de Londres, examinó 67 ensayos con más de 2.300 participantes adultos ha concluido que no existe una evidencia clara de un beneficio de la ketamina en el dolor crónico, mientras que su consumo si deriva en un mayor riesgo de efectos adversos como delirios, delirio, paranoia, náuseas y vómitos. La certeza de la evidencia se calificó de baja a muy baja debido al pequeño tamaño de los estudios y a la baja calidad metodológica. Se evaluaron cinco antagonistas del receptor NMDA: ketamina, memantina, dextrometorfano, amantadina y magnesio.

“Los efectos adversos más comunes que observamos fueron efectos psicotomiméticos como delirios, delirio y paranoia, además de náuseas y vómitos”, afirmó Michael Ferraro, primer autor de la revisión. “Estos efectos son angustiantes para muchos pacientes. Los médicos suelen intentar equilibrar la dosis para aliviar el dolor sin desencadenar estos síntomas, pero esto no siempre se consigue”.

"Este grupo de fármacos, y en particular la ketamina, se utilizan con relativa frecuencia para el dolor crónico en todo el mundo. Sin embargo, no disponemos de pruebas convincentes de que ofrezcan beneficios significativos para las personas con dolor, ni siquiera a corto plazo", declaró Neil O'Connell, profesor de la Universidad Brunel de Londres y coautor principal de la revisión. "Es una buena razón para ser cautelosos en la práctica clínica e indica claramente la urgente necesidad de realizar ensayos clínicos de alta calidad".

La revisión tampoco encontró estudios que informaran sobre dos resultados clave: si la ketamina reducía los síntomas depresivos o el consumo de opioides. Y esto es importante, ya que la ketamina se suele recomendar para pacientes con síntomas depresivos, como en el caso de Perry, o tolerancia a los opioides.

Los autores esperan que esta revisión ayude a informar a pacientes y profesionales clínicos al evaluar los posibles beneficios y perjuicios, y que oriente la investigación futura. Si bien se necesita más evidencia, este trabajo destaca la importancia de realizar ensayos clínicos de alta calidad para comprender si la ketamina desempeña un papel en el tratamiento del dolor crónico.