Salud

Estas son las secuelas físicas y mentales de no desconectar del móvil en vacaciones

Los expertos defienden la necesidad de la desconexión digital para descansar bien

Pantallas en verano
Las pantallas son «bombas de liberación de dopamina» que crean gran adicción, según los expertosDREAMSTIME DREAMSTIME

Las merecidas vacaciones de verano ya son una realidad para muchos españoles, mientras que para otros ya quedan a la vuelta de la esquina. Sin embargo, desde hace años, hay un compañero de viaje que nunca falta allá donde vayamos, lo que entorpece enormemente el descanso y merma nuestra. Se trata del teléfono móvil, una herramienta que, además de ocio, cada vez está más vinculada a la faceta laboral, sobre todo desde la pandemia, lo que reduce las posibilidades de desconectar de forma plena y lograr un verdadero descanso físico y mental.

«La desconexión digital ha sido reconocida explícitamente como derecho recientemente y, más allá de eso, si en vacaciones uno sigue pendiente de los asuntos del trabajo, obviamente, eso no son vacaciones, con lo que la persona no va a poder beneficiarse del descanso, lo que va a provocar más estrés y, por lo tanto, más riesgo de desarrollar un trastorno mental. Si además la imposibilidad de desconexión es por presiones de la empresa, estaríamos hablando de un nivel de estrés aún mayor, y más riesgo de enfermar», advierte Carlos Losada, vocal de la Sociedad Española de Psicología Clínica, Anpir.

No se trata de una excepción. De hecho, se estima que durante las vacaciones el 62% de los trabajadores españoles responde llamadas relacionadas con su trabajo, mensajes o correos electrónicos durante su periodo de descanso y un 72% no alcanza la desconexión digital fuera del horario laboral, lo que se traduce en que, tras cruzar la puerta de la oficina, siguen revisando correos electrónicos o conectándose a plataformas de gestión, tal y como alerta un reciente informe publicado por la plataforma InfoJobs.

El porcentaje de personas que no desconecta plenamente del trabajo se divide en un 29,6% que está conectada siempre que sea necesario, y un 42,8% que lo hace de forma esporádica, según detalla este informe. Y aunque pueda parecer baladí, lo cierto es que tiene graves consecuencias para la salud, ya que esta insana costumbre impide poner en práctica la llamada desconexión digital. «Van a estar más enganchadas las personas con posiciones laborales más precarias o más autoexigentes que se pueden ver coaccionadas por sus empleadores para mantenerse disponibles fuera de su tiempo de trabajo. En este caso, se cumple la máxima de que cuanto peores son las condiciones de vida, más riesgo hay de estar aún peor», añade Losada.

Pantallas y redes sociales

Al reto de la desconexión digital tampoco ayuda, por ejemplo, el abuso que se hace de las pantallas. La adicción a las redes sociales y el «enganche» que existe entre muchas personas alerta a los expertos. «Detrás de las pantallas hay empresas que ganan más dinero cuanto más tiempo pasamos ante ellas, por eso hay que aprender a manejarlos, tanto en vacaciones como en el día a día», reconoce Losada, quien hace hincapié en que «las personas que están más aisladas, más solas, más ansiosas o estresadas son más vulnerables a los efectos de distracción y contacto social de las redes».

Si estar pendiente de las pantallas durante las vacaciones resulta dañino para cualquier adulto, más aún cuando se trata de menores, ya que es precisamente en verano, al disponer de más tiempo libre, cuando mayor abuso hacen de estos dispositivos. Prueba de ello es que el 69% de los niños españoles supera el tiempo máximo de exposición a las pantallas recomendado por los expertos, según un estudio del Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU), cifra que aumenta en la época estival. En España, el 80% de los niños consume contenidos de televisión y el 36% vídeos de internet a diario.

La sobreexposición a las pantallas supone riesgos en la salud física de los menores, pues favorece el sobrepeso y sedentarismo, hábitos que tienden a persistir en la edad adulta, provoca problemas de sueño cuando se visualizan antes de dormir por la supresión de melatonina, así como aumento del riesgo de miopía. «La alta exposición a entornos con televisión en menores de cinco años se relaciona con mayores dificultades en la adquisición y menor uso del lenguaje, menor atención, menor desarrollo cognitivo y peores funciones ejecutivas, y menor cantidad y calidad de la interacción padre-hijo», advirtió Teresa Andrada, neuropediatra del Instituto Hispalense de Pediatría, durante las III Jornadas de Psicología realizadas por la Universidad Loyola. Y fue tajante al recordar que «las pantallas son bombas de liberación de dopamina y se las conoce como la heroína digital. La diferencia es que no matan, no están mal vistas socialmente y está más extendida».

Consejos para olvidarse del móvil

►Para romper con la esclavitud de estar pendiente del móvil incluso en vacaciones «hay que tomar conciencia de la posibilidad de que podamos beneficiarnos de la desconexión digital. Una vez hecho esto tenemos muchas alternativas. Podemos simplemente restringir dejando el teléfono en modo avión o incluso apagado en nuestro lugar de descanso. O podemos analizar qué es lo que nos aportan las aplicaciones que usamos: compañía, satisfacer nuestra curiosidad, entretenimiento… y buscar alternativas offline que apunten a esas necesidades. Mejor, por supuesto, en buena compañía física de personas valiosas para nosotros», aconseja Carlos Losada.