Descubrimiento
La menstruación puede 'predecir' quién tiene más riesgo de sufrir infarto o una ECV
Hasta el 91% de las mujeres sufren problemas menstruales, como dolor, en algún momento de su vida y pueden tener efectos sobre la salud que no solo están relacionados con el aparato reproductor
Si nos preguntaran cuál es el principal síntoma de un infarto agudo de miocardio, lo más probable es que respondamos que es un dolor en el pecho que se irradia al brazo izquierdo. Sin embargo, por lo general eso solo es cierto para la mitad de la población o, lo que es lo mismo, para los hombres. Por contra, las mujeres sufren con mayor frecuencia síntomas atípicos. Estos son dolor mandibular, cervical o en el centro de la espalda, o signos que a menudo se confunden con problemas digestivos, respiratorios o trastornos ansiosos depresivos.
Ellas sienten "náuseas, vómitos e indigestión", explica la doctora Paola Beltrán, cardióloga de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Además, parece que la menstruación tiene mucho que decir sobre la sintomatología de un infarto. Las mujeres premenopáusicas "suelen presentar con mayor frecuencia que las posmenopáusicas síntomas atípicos, mientras que las mujeres de edad avanzada pueden referir disnea súbita", es decir, dificultad para respirar.
Hasta hace no mucho, se desconocía que el infarto presentaba síntomas distintos en hombres y mujeres. Una falta de información muy grave si tenemos en cuenta que el pronóstico de un infarto de miocardio es peor en mujeres que en hombres. Ellas tienen entre dos y tres veces más probabilidades de morir tras sufrir uno, según los estudios.
Por suerte, la ciencia cada vez ofrece más datos sobre lo que rodea al infarto femenino. Y así, cada vez conocemos más factores que predicen o que aumentan las posibilidades de que una paciente sufra un infarto o una enfermedad cardiovascular. ¿La última? El tipo de menstruación que tiene.
Relación entre infarto y menstruación
Para algunas personas, la menstruación es un inconveniente menor, pero para otras conlleva problemas de salud. El efecto más común es el dolor menstrual (dismenorrea), que, según una amplia revisión, afecta hasta al 91% de las mujeres en edad reproductiva. Puede variar desde molestias leves a dolores intensos que afectan al funcionamiento diario.
Otro trastorno común de la salud reproductiva es el síndrome de ovario poliquístico (SOP), en el que se desarrollan pequeños sacos llenos de líquido en los ovarios. La prevalencia de este trastorno es menos clara, ya que presenta un amplio espectro de síntomas, pero los expertos creen que afecta a entre el 4% y el 21% de las mujeres.
Ahora, dos estudios preliminares (aún no publicados en revistas revisadas por pares) se presentan en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón 2023. Ambas investigaciones sugieren que, en las mujeres en edad reproductiva, tanto la dismenorrea como el SOP pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
"Siempre hemos sabido que hay cambios hormonales que relacionan a nuestras pacientes femeninas con procesos cardiovasculares, pero por lo general, la atención siempre se ha centrado en los últimos años, en los años de la menopausia, por lo que creo que mirar antes en la historia menstrual de una mujer es muy esclarecedor en lo que se refiere a desentrañar los factores de riesgo de enfermedad", comenta la doctora Nicole Weinberg, cardióloga certificada en el Providence Saint John's Health Center en Santa Mónica (California, EE UU), que no estuvo involucrada en los estudios, para Medical News Today.
"Nuestra hipótesis en marcha es que una combinación de mayor susceptibilidad al estrés, cambios en el sistema nervioso autónomo y aumento de los mediadores inflamatorios (todos ellos procesos relacionados con la dismenorrea) podría explicar nuestro hallazgo. Sin embargo, sólo estamos empezando a rascar la superficie, y se necesita más investigación".
Dolor menstrual y mayor riesgo de enfermedad del corazón
El primer estudio investigó si existía una relación entre el dolor de regla (dismenorrea) y la cardiopatía isquémica, una enfermedad en la que las arterias que suministran sangre al corazón se estrechan, reduciendo la cantidad de oxígeno que llega al músculo cardiaco. Se considera angina de pecho o infarto según cómo se tapone la arteria.
Los investigadores utilizaron historiales médicos electrónicos para evaluar a más de 55.000 mujeres menores de 50 años, de las cuales algo más de 30.000 habían recibido un diagnóstico de dismenorrea. Tras realizar un análisis estadístico, descubrieron que la dismenorrea podía ser un factor de riesgo de cardiopatía isquémica precoz, sobre todo en el caso de la angina de pecho y de la cardiopatía isquémica crónica.
Sus principales conclusiones fueron que las mujeres con dismenorrea tenían:
- El doble de probabilidades de padecer cardiopatía isquémica, caracterizada por dolor y molestias en el pecho.
- Más del triple de probabilidades de sufrir angina de pecho.
- El doble de probabilidades de padecer cardiopatía isquémica crónica o de larga duración.
La autora principal, la doctora Eugenia Alleva, becaria de investigación postdoctoral en el Departamento Windreich de Inteligencia Artificial y Salud Humana del Mount Sinai (Nueva York), dijo a MNT: "Nos sumamos a la literatura previa sobre factores de riesgo cardiovascular relacionados con la menstruación, como ciclos menstruales irregulares. Hemos mostrado que la menstruación tiene el potencial de ser informativa para la salud general, y en particular ayudar a evaluar el riesgo cardiovascular".
Sus hallazgos podrían tener importantes implicaciones de salud pública. "Lo que estamos sugiriendo es que los ginecólogos podrían tener la oportunidad de ayudar a detectar y coordinar medidas preventivas primarias para trastornos que van más allá de la salud reproductiva", añade.
Ovario poliquístico y riesgo de enfermedad cardiovascular
En el segundo estudio, los investigadores analizaron los datos de salud de 170.000 adolescentes entre 2012 y 2018. Para cada una de ellas, se anotó la presión arterial, la altura y el peso tomados en una visita inicial. Al año de esta visita inicial, se trató de detectar cualquier diagnóstico de síndrome del ovario poliquístico. En total, 1.140 niñas padecían el síndrome de ovario poliquístico.
Las lecturas de la tensión arterial, tomadas en la visita inicial, mostraron que alrededor de tres cuartas partes de las niñas tenían una tensión arterial dentro del rango saludable (120/80 o inferior). Del resto, el 17,5% tenía una presión arterial elevada (121-129/80), el 6% padecía hipertensión en estadio 1 (más de 130/80) y menos del 1% tenía una presión arterial superior a 140/90.
De las chicas con síndrome de ovario poliquístico, el 18,6% presentaba hipertensión, frente al 6,9% de las que no tenían SOP. No solo eso: tras ajustar por edad, raza/etnia e índice de masa corporal (IMC), los investigadores descubrieron que la prevalencia de hipertensión arterial era un 30% mayor en las chicas con SOP.
La autora principal del estudio, la doctora Sherry Zhang del Centro Médico Kaiser Permanente Oakland de Oakland (California), señala que "el estudio de las adolescentes nos permitirá identificar mejor las posibles complicaciones cardiometabólicas del síndrome de ovario poliquístico con la esperanza de reducir el riesgo cardiovascular futuro".
Hasta el momento, la mayoría de las investigaciones sobre la salud cardiaca de la mujer se centran en las mujeres mayores. Estos estudios analizan cuestiones de salud reproductiva y salud cardiaca en una cohorte mucho más joven: adolescentes y mujeres en edad reproductiva. Por eso, ambos estudios contribuyen a hacer avanzar la investigación sobre la salud cardiovascular de la mujer.
Se sabe desde hace años que hay ciertos procesos, como espasmos en las arterias y/o roturas de placas, que están asociados a distintos cambios en los niveles hormonales. Parece que estamos empezando a desentrañar los detalles de cuáles son esos niveles, cuáles son las hormonas y cómo se desarrollan estos procesos en el cuerpo de la mujer. Pero la doctora Alleva advierte que se trata de un trabajo preliminar: "Aún tenemos que confirmar los resultados y nos queda un largo pero apasionante camino por recorrer".
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