Opinión
El modelo sanitario corre riesgo por el envejecimiento
La cronicidad afecta ya de alguna forma al 54% de la población
De todos los desafíos a los que se enfrenta el Sistema Nacional de Salud (SNS), el del envejecimiento de la población es, probablemente, el más acuciante de todos. Si una revolución en las políticas de la natalidad o la llegada masiva de inmigrantes no lo remedian, España competirá duramente con Japón en breve por ser el país con la población de más edad de todo el planeta. Esto se traducirá –ya ha empezado a hacerlo– en una hiperfrecuentación de los servicios sanitarios, y en un consumo masivo de dispositivos asistenciales, tecnología y medicamentos, lo que pondrá en jaque la sostenibilidad del modelo.
La Fundación Viatris ha elaborado un excelente informe sobre este gran reto demográfico, en el que se recogen cifras demoledoras. Por ejemplo, la cronicidad afecta ya de alguna forma al 54% de la población y en 2050 habrá el doble de personas mayores de 70 años que niños en edad pediátrica. Por si fuera poco, también habrá carestía de sanitarios para atender la senectud. En 2027, faltarán sólo en primaria 4.500 profesionales, aunque la carestía impactará también de lleno en otras especialidades y en el personal de enfermería.
¿Qué hacer ante todo ello? Caben dos opciones. La primera es no hacer nada, que es lo que se ha hecho hasta ahora, y dejar que el sistema siga su inercia hasta que termine estallando. La segunda es actuar ya mediante un gran acuerdo entre partidos como el que acaba de alcanzarse ahora con la llamada Ley ELA. En el debate que acompañó a la presentación del informe, diputados de partidos como Sumar, PSOE, PP y Vox coincidieron plenamente en el diagnóstico del problema y en muchas de las soluciones que hay que implementar ya, empezando por un aumento del presupuesto sanitario. ¿Por qué no se hace? Por miopía política.
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