Estudio
Los óvulos ralentizan deliberadamente su actividad para preservarse
El hallazgo podría mejorar las tasas de éxito de los ciclos de FIV
Los óvulos humanos son unas de las células más pacientes del cuerpo, ya que permanecen latentes durante décadas hasta que se las necesita. Las mujeres nacen con entre uno y dos millones de ellos inmaduros. Cada óvulo debe resistir el desgaste de hasta cinco décadas antes de poder dar lugar a un embarazo.
Un estudio, publicado en «The EMBO Journal», sugiere cómo gestionan este mecanismo: a medida que maduran con el tiempo, estas células ralentizan deliberadamente la actividad de sus sistemas internos de eliminación de residuos. Esto es muestra de un diseño evolutivo que mantiene el metabolismo de las células a niveles mínimos y evita daños potenciales. «Al analizar más de cien óvulos recién donados, el mayor conjunto de datos existente de su tipo, descubrimos una estrategia sorprendentemente minimalista que ayuda a las células a mantenerse intactas durante muchos años», afirma Elvan Böke, autora principal del estudio y jefa de grupo en el Centro de Regulación Genómica (CRG).
El reciclaje de proteínas es esencial para el mantenimiento, y los lisosomas y proteasomas son las principales unidades de eliminación de residuos de la célula. Pero cada vez que estos componentes celulares degradan las proteínas, consumen energía. Esto, a su vez, puede crear especies reactivas de oxígeno (ROS), moléculas nocivas que pueden dañar el ADN y las membranas. El equipo no midió las ROS directamente, pero plantea la hipótesis siguiente: al frenar el reciclaje, el óvulo mantiene la producción de ROS al mínimo y realiza las tareas de mantenimiento necesarias para sobrevivir. La idea concuerda con un trabajo del mismo grupo, publicado en 2022, que demostró que los ovocitos humanos omiten deliberadamente una reacción metabólica vital para frenar la producción de ROS. En conjunto, ambos estudios sugieren que los óvulos humanos se desactivan de diferentes maneras para minimizar el riesgo de deterioro durante el mayor tiempo posible.
El descubrimiento fue posible gracias a la recolección de más de 100 óvulos de 21 donantes sanas de entre 19 y 34 años a través de la clínica de fertilidad Dexeus Mujer, en Barcelona, 70 de los cuales estaban listos para la fecundación y 30 eran ovocitos todavía inmaduros. Usando sondas fluorescentes, el equipo rastreó la actividad de los lisosomas, las proteasomas y las mitocondrias en células vivas. Los tres valores fueron aproximadamente un 50% inferiores a los de las células de soporte circundantes de los óvulos y disminuyeron aún más a medida que maduraban.
Las imágenes en vivo mostraron cómo los óvulos expulsaban los lisosomas al líquido circundante durante las últimas horas antes de la ovulación. Al mismo tiempo, las mitocondrias y las proteasomas migraron al borde exterior de la célula. «Es una especie de limpieza de primavera que desconocíamos que los óvulos humanos pudieran realizar», afirma Gabriele Zaffagnini, primer autor del estudio.
Es el estudio a mayor escala de óvulos humanos sanos obtenidos directamente de mujeres (la mayoría de las investigaciones son con óvulos madurados artificialmente, y se asocian a peores resultados de la fecundación in vitro (FIV). El hallazgo podría impulsar nuevas estrategias para mejorar las tasas de éxito de los millones de ciclos de FIV que se hacen cada año.