Enfermedad metabólica

La resistencia a la insulina, una señal de alerta de la diabetes tipo 2

Más del 11% de la población laboral analizada sufre esta enfermedad metabólica o tiene un elevado riesgo

La alimentación es una herramienta clave para el control de esta patología
La alimentación es una herramienta clave para el control de esta patologíaDREAMSTIMELA RAZÓN

La resistencia a la insulina es un factor crucial en el desarrollo de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), ya que las células no responden adecuadamente a la hormona producida por el páncreas que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre. Con el fin de identificar la prevalencia de la DM2 en la población laboral española, Quirónprevención, analizando los datos anonimizados del Big Data extraídos de los reconocimientos médicos realizados a más de 300.000 trabajadores en 2022, ha desarrollado un estudio epidemiológico.

Y los resultados tras analizar la glucosa sanguínea, la resistencia insulínica y la hemoglobina glicosilada, es que son prediabéticos (aquellos que presentan cifras de glucemia en ayunas de entre 110 y 125 mg/dl) o diabéticos, el 11% de la población laboral. En concreto, algo más del 6% son prediabéticos y casi el 5% son diabéticos.

Además, el 23% de las personas estudiadas presenta resistencia insulínica elevada. A su vez, el 16% de los que tienen cifras normales de glucosa en sangre desconoce que tienen la resistencia insulínica alterada, es decir, que están en riesgo de ser pre o diabéticos.

«Según la Sociedad Española de Diabetología y la propia Fundación Internacional de la Diabetes, entre el 40 y 50% de las personas que son diabéticas o prediabéticas, no saben que lo son», explica el doctor Antonio Moreno, especialista del Área de I+D+i de Quirónprevención.

«De hecho –prosigue–, y de ahí la importancia de la resistencia insulínica como indicador preventivo–predictivo, es que cuando se diagnostica la situación de prediabetes o diabetes ya ha pasado suficiente tiempo como para que se hayan producido lesiones de tipo irreversible en algunos órganos o sistemas». Por eso resulta crucial «usar indicadores que ayuden a predecir y prevenir la situación de riesgo de desarrollar la enfermedad, como es el caso del Índice de Resistencia Insulínica».

Y es que las personas con resistencia insulínica, de no hacer nada, «terminarán desarrollando un cuadro de prediabetes y, con el tiempo terminarán desarrollando diabetes tipo 2 y, probablemente, un síndrome metabólico, con el riesgo de complicaciones que este proceso tiene asociado, sobre todo, en relación con el riesgo de enfermedades cardiovasculares», precisa el doctor Moreno.

Por otro lado y como factor de riesgo, en la población estudiada, casi un 37% presenta sobrepeso y un 20% presenta obesidad.

En personas con cifras de glucemia normal, un 27% han presentado cifras de hemoglobina glicosilada alteradas (es decir, personas que mantienen cifras elevadas de glucosa en sangre durante mucho tiempo, en concreto durante 90 días), estando en niveles de prediabetes el 25% y de diabetes el 2% de la población estudiada.

Recomendaciones

Ante esta realidad es importante tomar medidas preventivas, perdiendo peso, llevando una dieta saludable, haciendo ejercicio de forma regular y cesar la adicción tabáquica.

«La alimentación es una herramienta fundamental para el control de la DM2. La mayoría de los pacientes con obesidad y diabetes, si no tuvieran exceso de peso seguramente en su mayoría no hubieran desarrollado la enfermedad o tendrían un control mucho mejor de su patología con muchas menos complicaciones», explica el doctor Sergio Gallego, especialista en Endocrinología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

Y en caso de tener ya prediabetes o diabetes, Gallego recomienda «tener especial cuidado con los azúcares solubles, la ingesta de grasas saturadas y controlar su peso corporal. El ejercicio recomendado a estas personas es de mantenimiento, pero poco a poco se está apreciando los beneficios del ejercicio de fuerza».

La alimentación, como explica el doctor Gallego, «es su caballo de batalla. A estos enfermos se les recomienda una dieta mediterránea (que ya de por sí es baja en azúcares y en grasas saturadas), pero les pedimos que, por ejemplo, cuando coman fuera de casa no se salten las directrices de la dieta mediterránea».

«Estas recomendaciones no sólo valen para el diabético, sino que nos sirven a todos», recuerda Gallego.

Por todo ello, los investigadores sostienen que se puede afirmar que la determinación de la resistencia insulínica y, en su caso y bajo criterio clínico, de la hemoglobina glicosilada, ayudaría a disminuir la situación de infradiagnóstico sobre la diabetes que han puesto en evidencia tanto la Federación Internacional de Diabetes como la Sociedad Española de Diabetología, pudiendo así actuar de forma precoz y preventiva sobre el riesgo de desarrollar esta enfermedad.