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Yurena, la “Paquita Salas” tinerfeña

Marketing de «andar por casa» Los vídeos de esta dependienta mostrando la ropa del bazar donde trabaja se han hecho virales en cuestión de días. Yurena Delgado desvela a LA RAZÓN la clave de su éxito. Spoiler: «Los Javis» no están detrás

Yurena Delgado es Paquita Salas en estado puro. La joven dependienta tinerfeña nos ha sorprendido esta semana desfilando con soltura su voluptuosidad por los pasillos del bazar Fátima, en la localidad de Güímar, Santa Cruz de Tenerife. Su vídeo se ha hecho viral. Por un momento, alguien ha llegado a pensar que «Los Javis» nos deleitaban con un anticipo de la nueva temporada de la serie. Y adas las fechas y el empacho de investidura, el detalle habría sido de agradecer. Pero esta es una historia real con un punto esperpéntico muy del gusto de los españoles, y LA RAZÓN no ha podido resistir acercarse a ella. Yurena nos recibe sorprendida y relata la crónica de los acontecimientos: «Trabajo en el bazar desde hace cuatro años. Desde entonces, cuelgo un vídeo cada semana con la ropa y productos que van llegando. Este que se ha hecho viral lo grabé hace dos años».

100.000 visualizaciones

Un usuario de Twitter, un tal Lino Renato, que se declara aficionado a la pizza y los videojuegos, lo colgó en su cuenta el día de Reyes y, sorprendentemente, se difundió como la pólvora. Junto a las imágenes, Lino Renato escribió: «En mi pueblo hay un bazar chino que tiene una página de Facebook en la que no paran de subir vídeos promocionado todas las novedades que les llegan. La dependienta es la protagonista de todos y parecen sacados de un episodio de Paquita Salas». Ese mismo día, la grabación se acercó a las 100.000 visualizaciones y 22.000 personas comentaron la noticia. Pocos días después, superó los dos millones de visitas.

«Mi compañera Milena luce un ‘‘bandage’’ con la cremallera hacia delante, que esa es la moda de ahora, ¿vale?». Presentaciones como estas unido a lemas como «acentúan, aprietan, marcan y, cómo no, marcan la diferencia», le han encumbrado a la fama. Su éxito rebasa cualquier intento lógico o racional de comprensión. La única ley que aquí rige, y además resulta implacable, es la de las redes sociales y el ruido de la calle. En ella se sintetiza lo absurdo y lo grotesco de la realidad del ser humano y de nuestro país. Yurena es Paquita Salas, pero prescinde de «los Javis», Calvo y Ambrossi. No cuenta con más cameo que el de las empleadas que desfilan con ella y tampoco está Isabel Pantoja para poner voz a su banda sonora. Aunque el aplauso lo tiene. Sin quererlo, nos ha llegado al corazón. Es divertida, la entendemos. Nos cuenta, igual que hace Paquita Salas, que «la vida es caer y levantarse». Para sus peculiares anuncios, cuenta con la ayuda de Alejandro, un niño chino de apenas diez años que se encarga de grabar los vídeos y que también protagoniza la promoción de los juguetes. Juntos no solo graban anuncios, sino que también organizan sorteos para dar a conocer aún más la tienda.

Casada y con hijos

A la protagonista interpretada por Brays Efe la hemos visto rota, olvidada por todos y con su carrera destruida, pero renaciendo una y otra vez. Yurena tiene idéntico poderío. Es divertida, ingeniosa y emotiva. «Me siento abrumada», dice con voz entrecortada. Una se mueve en la representación de actores y nos cuenta lo que ocurre entre bambalinas, la otra lo hace en la moda y transforma el bazar en una viva pasarela. En ambos casos asistimos a un retrato fiel de la lucha de mujeres por cumplir sus sueños.

Yurena, casada y con tres hijos, se confiesa liberada de complejos e inseguridades y quiere tirar adelante con la guerra de las tallas en un entorno de feminismo. Aprovecha la entrevista para dar un golpe sobre la mesa: «Deberíamos ser más benevolentes con los cuerpos y atrevernos a romper los cánones tan estrictos que nos marca la sociedad». Su naturalidad es la esencia de una belleza femenina que ella representa lozana y desafiando la imposición del estándar. «La sensualidad no tiene una única forma», asegura con desparpajo.

Mientras los expertos en marketing se devanan los sesos por dar con las auténticas reglas de oro de las ventas para encaminar sus empresas hacia el éxito, a Yurena le basta con contar lo que llega a sus manos de un modo casi autoparódico. Ocurre que, en ocasiones, la realidad es en sí misma esperpéntica. Si dicen que Paquita es España en estado puro, podemos atestiguar que nuestra protagonista también lo es. «No actúo –confiesa–. Simplemente trabajo y me gusta poner pasión a lo que hago con una forma de promoción que siempre he considerado muy beneficiosa para destacar por encima de la competencia».

Ella lo llama «marketing de andar por casa», pero nadie podrá negar que cumple rigurosamente las reglas de cualquier manual. Se preocupa por crear contenidos para las redes sociales del bazar, ofrece imágenes y diseña diferentes mensajes siempre ajustándose, en la medida de lo posible, a la prenda. «El cuerpo lo ponen ustedes y la moda nosotros».

Desde luego, sus resultados están empezando a ser inmejorables. «Estos días he aprendido que publicar un tuit con una imagen dispara a los clientes potenciales», comenta jocosa. Ha descubierto, además, que tiene una gran habilidad comunicativa con clientes, no clientes e incluso medios de comunicación, por lo que aprovecha para aclararnos que, a pesar de ser un bazar asiático, las colecciones de ropa llegan directamente de Italia.

Después de este fenómeno, la cuenta de Facebook del bazar Fátima alcanza ya los 6.000 seguidores. En su último vídeo, Yurena muestra su gratitud sin descuidar su objetivo, vender: «Os recordamos que ya tenemos cuenta en Twitter, y que subiremos vídeos y fotos semanalmente. Muchas gracias a todos por todo esto tan especialmente histórico que nos está pasando. Recuerden que tenemos 4b: bueno, bonito, barato y bazar. En bazar Fátima. Os esperamos».

«Reina del bazar»

Twitter la ha bautizado como «reina del bazar». No es mal título, pero realmente Yurena es la versión más genuina de Paquita Salas. Tan genuina que no hace falta estirar más. Creíamos que no habría un personaje idéntico a ella. El de la serie enamoró a un país por sus meteduras de pata constantes, por airear lo que cualquiera habría querido decir y por su aparente inocencia. La dependienta hace igual, pero sin filtros de ningún tipo. Espontánea y con un tono tragicómico de la vida. Tan real que nos toca la piel.

Nadie en el bazar pensó que sus vídeos colgados en Facebook fuesen a tener una repercusión tan bestial, según nos cuenta con su español algo desordenado Susana, la dueña de este comercio que llegó de China hace once años. «Primero estuve en el sur de la Península y luego me vine a la isla», especifica. Ahora se muestra encantada y orgullosa de que su propio hijo, de nueve años, sea el artífice de la grabación del famoso vídeo.

¿Por qué se ha hecho viral? ¿Poseen Susana o Yurena la fórmula mágica para que tenga tal impacto? Ambas nos reconocen que no. «Aquí no hay una ciencia exacta. Todo ha sido espontáneo, sin que nadie haya hecho nada para llamar la atención». Sin embargo, algunas condiciones podrían explicar cómo se rebasa la línea que separa lo cotidiano de lo excepcional. La grabación es corta, sencilla, divertida, provoca una reacción emocional y tiene fácil acceso por diferentes redes. Sin pretenderlo, han hecho realidad el sueño de cualquier anunciante y cualquier gran marca, ya que pocas generan contenidos o producen sus propios virales. Dueña y empleada se despiden de LA RAZÓN encantadas por la repercusión mediática y pensando ya en nuevas estrategias. No sería extraño que Yurena recibiese alguna proposición y la viésemos un día desfilar por alguna alfombra roja. Por trajes no será. Se conforma con montar su propia tienda y continuar ofreciendo escenas con mucha risasy lucha. Spoiler: habrá próximos episodios y tal vez algún productor decida sacar oro a su historia.