El norte y el sur ante la vejez

«Llevar a los ancianos a morir a los hospitales es inhumano». Esta afirmación la hizo hace unos días Frits Rosendaal, jefe de epidemiología clínica del Centro Médico de la Universidad de Leiden, Holanda. Se estaba refiriendo a que la saturación de los servicios médicos españoles e italianos se debía a la consideración que merecían en estos países las personas mayores. La capacidad de las UCI en España e Italia se gestiona de manera muy distinta a la neerlandesa, exactamente a la inversa: al ser los mayores los más vulnerables, son los que merecen una atención prioritaria. En nuestro país, el 46,6% de fallecidos están situados en la franja de edad entre los 80 y 89 años (44% en Italia) y el 20,8% entre los 70 y 79 (34% en Italia) ¿Qué tienen más posibilidades de morir? ¿Qué les queda menos tiempo de vida? Así es, pero esto nos puede llevar a conclusiones muy peligrosas. Como el propio doctor Rosendaal afirma, el papel de las personas mayores en el sur católico es diferente al del norte calvinista. Aunque el primer ministro holandés, Mark Rutte, tuvo que rectificar la estrategia de «inmunidad del rebaño», la misma que quería Boris Johson: que se contagien los más jóvenes y fuertes y que la economía no se pare. Como apuntó Max Weber en «La ética protestante y el espíritu del capitalismo», el dios calvinista era lejano, inmisericorde, insobornable. Holanda es el primer país que aprobó la eutanasia, en 2002. El Estado dispone de campañas institucionales para que en la familia se hable sobre de qué manera se quiere morir. En 2016, el 4% de los fallecidos fue por muerte voluntaria (aplicable a partir de niños de 12 años, con consentimiento paterno y, desde los 16, sin permiso). Es interesante observar cómo a excepción de Dinamarca y Holanda el término «ancianos» es el más común para referirse a las personas mayores de 65 años, que es precisamente el término más frecuentemente utilizado por los gestores de la política económica y social, los medios de comunicación y los gerontólogos sociales. Los «ancianos» holandeses son también los que sienten que a medida que cumplen más años, son menos respetados (ver gráfico).