Sociedad
Muere Saturno, el “cocodrilo de Hitler”, a los 84 años
El longevo reptil sobrevivió a la destrucción del zoológico de Berlín durante un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial
Saturno nació en los años 30 en Estados Unidos en libertad en el estado de Missisipi y en 1936 fue capturado y enviado a Berlín, en la que sería su casa durante siete años, el zoológico de la ciudad. Tras sobrevivir al bombardeo de la ciudad y la destrucción de su hábitat, fue regalado a Rusia dónde ha muerto este domingo con una edad aproximada de 84 años.
La vida de Saturno vino marcada porque durante muchos años, y hasta su muerte le rodeó la leyenda de que era el animal que el Fuhrer, Adolf Hitler, iba a ver cuando visitaba el zoo de la capital alemana. Las habladurías dicen que era su animal favortio de todos los que se encontraban en aquél lugar y le pusieron el sobrenombre del “cocodrilo de Hitler”, ya que parte del recinto podría haber sido la colección particular del dictador.
El 23 de noviembre de 1943, la aviación aliada lanzó un bombardeo sobre Berlín y una de las bombas cayó sobre “la casa de los elefantes”, matando a 7 de los nueve paquidermos, provocando la estampida de otro que fue sacrificado y dejando vivo a solo uno de ellos llamado “Siam”.
En el acuario donde se encontraban algunos reptiles se encontraron muertos a 30 de ellos entre caimanes y cocodrilos, plagando las calles aledañas de cadáveres de animales. Los que quedaron vivos deambulaban en libertad por las calles en busca de comida. En 1946 soldados británicos de la zona ocupada por los aliados enviaron a Saturno a Leipzig, parte de la zona soviética donde fue regalado a los rusos. De los 16.000 animales que allí vivían se calcula que sólo quedaron menos de un centenar.
Saturno pasó los siguientes 74 años como una de las atracciones más populares en el zoológico de Moscú, sobreviviendo con una dieta de conejo, rata y pescado. El sábado, el zoológico anunció que el cocodrilo había muerto de vejez después de “una vida larga y agitada”. Otras anécdotas le citan durante la caída de la Unión Soviética y se asegura que gritó al paso de los tanques en 1993, como si le recordara el bombardeo de Berlín.
“Tratamos de cuidar al venerable cocodrilo con el mayor cuidado y atención”, dijo en un comunicado el zoo. “Era quisquilloso con la comida y le encantaba que lo masajearan con un cepillo. Si no le gustara algo, mordía las decoraciones de hormigón. El zoológico afirmó que los rumores de que él era la mascota de Hitler se extendieron poco después de su llegada a Moscú en julio de 1946. “Casi de inmediato, nació el mito de que supuestamente estaba en la colección de Hitler, y no en el zoológico de Berlín”, dijo el zoológico en un comunicado. “Sin embargo, incluso si, puramente teóricamente, perteneciera a alguien: los animales no están involucrados en la guerra y la política, es absurdo culparlos por los pecados humanos”.
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