Pandemia

En la trastienda del laboratorio que más PCR hace de España

Lo más complejo ha sido generar el reactivo para detectar el Sars-Cov-2 a través de tres genes del virus. En esta «cámara acorazada» ya han realizado 216.643 test y más de 60.000 serologías

Entramos en la zona de presión negativa del laboratorio de microbiología del Hospital Gregorio Marañón. Tras una doble puerta de seguridad, una técnico extrae muestras de la Covid que reposan activas en el interior de un pequeño tubo. El virus aún está vivo y tras una campana de flujo laminar, equipada con gafas, mascarilla y una bata especial, la profesional sanitaria lleva a cabo su inactivación para después analizarlo. Lo hace de manera mecánica y con una concentración digna de un ajedrecista en busca del jaque mate.

Antes de marzo, esta zona aislada era un laboratorio exclusivo de microbacterias que ahora «han invadido» con exámenes de coronavirus. La viróloga Pilar Catalán confiesa que las primeras semanas de la pandemia había mucho miedo entre los trabajadores que analizaban el maldito Sars-Cov-2, «incluso desinfectábamos las cajas en las que nos llegaban las muestras. Luego pudimos comprobar que el riesgo no estaba en el contenedor, pero había muchas dudas iniciales sobre su contagio».

Patricia Muñoz, jefa de servicio de microbiología y enfermedades infecciosas el Gregorio Marañón
Patricia Muñoz, jefa de servicio de microbiología y enfermedades infecciosas el Gregorio MarañónCipriano Pastrano DelgadoMadrid

Al tiempo que sus análisis se fueron precisando, sus temores disminuyeron al ritmo que también lo hacían las cajas de muestras a analizar que meses atrás llegaban hasta el techo de este laboratorio que se ha convertido en el que mayor número de PCR ha hecho desde que estalló la crisis sanitaria.

«Hemos realizado exactamente 216.643 desde febrero, no hemos parado. Hemos diagnosticado al 34% de la población madrileña y se han detectado más de 42.000 positivos», puntualiza Patricia Muñoz, jefa de servicio de microbiología y enfermedades infecciosas el Gregorio Marañón. También están a la cabeza en relación a análisis serológicos con más de 60.000 pruebas. Todo el equipo del laboratorio está orgulloso de los avances y eficacia con la que han trabajado pese al caos y desconcierto inicial. Se cambiaron protocolos, incluyeron nuevas maquinarias y técnicas para enfrentarse a un nuevo virus.

Hasta 2.400 muestras «de golpe»

Pilar nos guía por los pasillos de este «templo» de diagnóstico donde cada día realizan unas 1.000 PCR y 700 serológicos. La siguiente parada, ya fuera de la «cámara acorazada», es la zona de extracción de la muestra. «Hemos tenido varios sistemas para hacerlo. El primero solo nos permitía tratar 24 muestras, ahora utilizamos uno que nos permite hacerlo de 100 en 100. Los robots dispensan los reactivos y luego es el técnico el que manualmente trata las muestras», describe.

Mª Ángeles Jodar es una de las técnicos de laboratorio que relata cómo de un día para otro cambiaron las rutinas de trabajo. Las dudas y los miedos a las que todos se enfrentaron. «Recuerdo cómo los primeros días entraban tubos para analizar en avalancha. Hasta 2.400 hemos recibido de golpe, era escalofriante. Es un trabajo que requiere mucha concentración y precisión». Ahora ella ha regresado a su puesto ordinario de análisis, aunque sigue realizando de manera voluntaria los pedidos de material fungible para todo el equipo.

Mª Ángeles Jodar, técnico del laboratorio de microbiología
Mª Ángeles Jodar, técnico del laboratorio de microbiologíaCipriano Pastrano DelgadoMadrid

Ya en la sala de interpretación de resultados, un ordenador recoge la información del ADN del potencial virus de la muestra que ha reaccionado con el reactivo y son las termocicladoras las que dirán si el paciente es positivo o negativo. «Tenemos cuatro máquinas funcionando sin descanso. Mira éste es un súper positivo», indica la viróloga apuntando a una gráfica en las que la que tres líneas de diferentes colores comienzan a crecer de manera exponencial desde casi el inicio de la cuadrícula.

«Las tres líneas son los tres genes del virus de la covid que nosotros identificamos: el gen N, el S y el ORF 1a1b. Para darlo como positivo tiene que amplificar como mínimo dos. Los primeros meses era tremendo el número de personas contagiadas que registrábamos. Ahora hay mucho negativo como este, mira, ¿lo ves?, ninguna de las curvas de los genes implicados sube. Lo más terrible que he visto en esos meses es, por ejemplo, pacientes que daban positivo en el ciclo 8 cuando lo normal es que empiece a hacerlo sobre el 30», apunta Catalán mientras nos enseña a interpretar la gráfica. Una vez obtenido el resultado, ellos lo facilitan al médico en cuestión y a Salud Pública que registra todas las pruebas que se realizan.

«Ha sido un esfuerzo enorme. Cuando hemos comparado a nivel estadístico la labor que hemos realizado en el laboratorio de microbiología en estos meses en comparación con el mismo periodo del año anterior, hemos comprobado que ha aumentado un 73% en la primera ola y un 85% en la segunda», afirma Muñoz, la jefa del servicio.

Reactivos en tiempo récord

Inicialmente, solo el Hospital Carlos III iba a ser el responsable de hacer las PCR, pero cuando la situación comenzó a dispararse salieron «al rescate» hospitales como el Marañón que se ha convertido en el primero de la fila en cuando a números de test realizados. «Es una técnica muy manual y en febrero no existía. Hubo que hacer los reactivos específicos para este virus en tiempo récord. No fue sencillo», añade Muñoz.

Ante tal despliegue de pruebas que, en cierto modo, tienen confundida a la sociedad, el microbiólogo Roberto Alonso pone negro sobre blanco: «Tanto la PCR como la prueba de antígenos, que se realiza con muestras nasofaríngeas con el hisopo, son las que detectan si hay virus en el organismo, la primera con una sensibilidad del 99% y la segunda con un 85%. La serología identifica los anticuerpos, es decir, si el virus ha pasado por nuestro organismo», aclara.

Él es el responsable de estas últimas, las cuales tardan unos 30 minutos en ofrecer resultados. «Se ha evolucionado mucho en esta técnica, eso sí, se ha tardado más en implementarla y perfeccionarla. Con ella obtenemos el grado de inmunidad para el Sars-Cov-2. Hemos descubierto que, aunque no se detecten anticuerpos circulantes, puede haber células de memoria que garantizan un tipo de inmunidad», matiza. ¿Y cuánto dura? «Eso es algo que todavía está estudiándose. Los anticuerpos tardan 10 días en aparecer y su duración es variable y depende de cada organismo. En el caso de la gripe está comprobado que no es una inmunidad permanente, en este caso tampoco», asevera.

Una de las técnico "desactiva" el virus detrás de la campana de flujo laminar
Una de las técnico "desactiva" el virus detrás de la campana de flujo laminarCipriano Pastrano DelgadoMadrid

En cuanto a la toma de las muestras, que es el punto más controvertido, estos expertos del Marañón aseguran que es lo que puede llevar a falsos negativos, por eso se están implementando nuevas técnicas que en breve comenzarán a aplicarse. «La PCR a partir de muestras de saliva es algo que queremos desarrollar, pero no es fácil porque no consiste en escupir un poco de saliva sobre un bote, hay que expulsar gran cantidad y hay pacientes que con motivo de la infección se quedan muy secos. Sin embargo, varias publicaciones afirman que estas muestras contienen mucha carga viral y de manera constante, no como con la toma nasofaríngea que está sometida a variaciones en función de cómo se ha tomado. La prueba de saliva podría ser útil para los niños», asevera Patricia Muñoz.

Antes de abandonar el laboratorio, preguntamos a los expertos sobre su confianza en la vacuna y aunque abren su exposición con la premisa de que ellos no están involucrados en este desarrollo, Pilar Catalán apunta que hay que avanzar en otros métodos paralelos como la apuesta por los tratamientos antivirales en estadios iniciales de la enfermedad. «Al igual que cuando sale un herpes en el labio y rápidamente nos ponemos la pomada antiviral, en este caso sería muy útil que se desarrollaran estos tratamientos que podrían dispensarse en atención primaria. Se evitaría el agravamiento de la enfermedad ya que la Covid, cuando empieza a replicarse en el organismo, es muy dañino. Frenarlo antes de que esto ocurra sería de gran ayuda. Se disminuiría así la carga vírica en el organismo y el sistema inmunitaria podría responder de manera menos agresiva», concluye la viróloga.