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Un año de la primera muerte

Fernando, el montañero que viajó a Nepal y confundió la covid con una gripe

Aunque falleció el 13 de febrero de 2020, no se supo hasta el 3 de marzo que la causa era el SARS-CoV-2. «Es todo muy duro», lamenta uno de sus tres hijos

Ya no se nombra ni siquiera a los muertos. Después de un año de pandemia, las vidas que se lleva cada día la Covid son un simple número en el balance total de víctimas: 64.747, según el Ministerio de Sanidad; más de 90.000, según el sistema de vigilancia de mortalidad del INE. Hoy hace un año que se produjo el primer fallecimiento por coronavirus en España. El 13 de febrero de 2020, Fernando Delgado sufrió un fallo multiorgánico derivado de una inflamación en los pulmones, que desencadenó su muerte. No pasaron ni 24 horas desde que ingresó en el Hospital Arnau de Vilanova con un cuadro de distrés respiratorio agudo y shock séptico, hasta su fatal desenlace.

Todo empezó tras regresar de su viaje a Nepal. Este hombre de 69 años y residente en La Eliana (Valencia) viajó al país asiático a principios de febrero, cuando en China ya se notificaban alrededor de 3.000 casos diarios. A su vuelta, empezó a encontrarse mal, con unos síntomas que confundió con una gripe (tos, fiebre y dolores musculares). Y, ese precisamente, fue el diagnóstico de su médico. Cuando visitó por segunda vez el hospital, el 12 de febrero, ya fue demasiado tarde. Por aquel entonces, en España, Fernando Simón todavía restaba importancia a un virus que poco después se convertiría en pandemia. El mismo día en que falleció Fernando, el director del Centro de Alertas y Emergencia Sanitarias informó de 150 nuevos casos de coronavirus, pero, con su habitual calma, aseguró que la situación se mantenía controlada y que no era necesario aumentar el nivel de emergencia a la segunda fase, la de mitigación.

Este profesor jubilado de 69 años no estaba dentro de ese recuento de contagiados. Su parte de defunción reflejó una neumonía de origen desconocido. Su caso fue considerado en su momento como uno de causa desconocida «aislado» e «importado» desde un país extranjero, a pesar de que sus síntomas (especialmente la insuficiencia respiratoria) coincidían con los del virus que en aquellas fechas arrasaba en China. La confirmación de la Consejería de Salud de la Comunidad Valenciana de que la muerte de Fernando suponía el primer fallecimiento por Covid-19, no llegó hasta el 3 de marzo.

A este hombre se le practicó un análisis retrospectivo para averiguar si la causa de su muerte tenía que ver con el virus SARS-CoV-2, una vez que Sanidad dio la orden, el 27 de febrero, de hacer necropsias a los últimos fallecidos por neumonía.

No padecía enfermedades de base. No era diabético ni hipertenso. En su historial médico, según fuentes sanitarias, apenas constaba una cirugía urológica. Pero el virus que ya circulaba por España a más velocidad de la que daba a entender el parte oficial de contagios, terminó con su vida, como ya lo ha hecho con más de 90.000 personas. El por qué le atacó con tanta virulencia sin ser una persona de riesgo es una incógnita que todavía no ha podido ser resuelta. Era amante del deporte y, de hecho, formó parte del club de montaña de su pueblo, Eliana, al que se trasladó hace 25 años desde su Madrid natal. Profesor jubilado, deja tres hijos que no han querido hablar con este diario. «Es todo muy duro como para que insistáis», contestó, tajante, uno de ellos.

Desde que se notificó oficialmente la primera defunción por Covid, el Gobierno todavía tardó dos semanas en declarar el estado de alarma. El país echó el cerrojo cuando ya se habían diagnosticado oficialmente 10.000 casos y las muertes escalaban en una pendiente casi vertical que superaba las 200 diarias. Los españoles, desde sus casas, contenían la respiración cada vez que Simón daba el parte del día. La barrera psicológica de los 1.000 fallecidos se alcanzó el 22 de marzo y el 2 de abril quedará marcado como el día más negro de toda la pandemia, tras notificarse 950 defunciones en una jornada.

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