Casas tuteladas
Motín Covid : “Hemos rechazado la vacuna hasta que no inmunicen a nuestros pacientes”
Los empleados de viviendas tuteladas critican que la Administración ha dejado de lado a este tipo de enfermos, “los cuales están sometidos al mismo régimen de restricciones que los de las residencias. Llevan mucho tiempo sin poder abrazar a sus familiares”
Los 22 trabajadores de las viviendas tuteladas Sennda, en Valencia, se han plantado. Después de meses exigiendo que las personas que tienen a su cargo reciban la vacuna contra la Covid, al igual que se está haciendo en el resto de residencias que albergan personas vulnerables, y obtener tan solo evasivas por parte de las autoridades sanitarias, han decidido tomar cartas en el asunto. “El miércoles recibimos una llamada de nuestra mutua en la que nos comunicaban que los empleados ya podíamos solicitar la fecha para la vacunación, pero solo los trabajadores, ya que los usuarios de las viviendas deben hacerlo a través del programa de vacunación de Sanidad. Fue una sorpresa para todos nosotros, no podíamos entender cómo las personas de riesgo vayan a recibir la vacuna de la Covid después de nosotros, es absurdo”, explica David Taroncher, director del centro.
Así que el equipo de psicólogos, trabajadores sociales y demás expertos que allí trabajan tomaron una decisión: “Renunciamos a que se nos suministre la vacuna hasta que nuestros residentes la reciban. Fue un acuerdo unánime. No consideramos lógico que se nos vaya a inmunizar por la vía profesional a nosotros y la vía sanitaria deje de lado a las personas que lo más lo necesitan”.
Según Taroncher, las viviendas tuteladas están sometidas al mismo régimen administrativo que las residencias, a las cuales ya se les ha ido suministrado la preciada vacuna desde diciembre: “Esto es una anomalía, al igual que se nos exigen las mismas medidas de control y confinamiento para las personas que tenemos en nuestras viviendas, también debemos de estar incluidos en el plan de vacunación que estipula el Consejo Interterritorial”. De hecho, comenta que ellos ya se han puesto en contacto en varias ocasiones con la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Comunidad Valenciana, la cual capitanea Mónica Oltra, para comunicarles su situación: “Ellos nos responden que esto es un problema de Sanidad. Nos confirman que tenemos razón y que las personas que están en nuestras viviendas deben de ser vacunadas. Pero entre unos y otros se echan la culpa y al final estamos en un limbo”, afirman los responsables.
“Sacar los colores a la Administración”
Sennda gestiona cinco viviendas tuteladas en la capital valenciana en las que residen 45 personas afectadas de problemas mentales, principalmente esquizofrenia y bipolaridad, cuyas edades oscilan entre los 18 y los 60 años. “Son pacientes a los que no se les permite tener contacto con sus familias, que están sometidos a un régimen de restricciones sociales exacto al de las residencias. No pueden tener visitas ni se les permite ir a las casas de sus seres queridos. Tan solo pueden salir a realizar paseos terapéuticos. Es injusto para todos ellos el privarles de la cadena de vacunación. Ellos forman parte de un sector de la población que necesita protección”, protesta Taroncher.
Por este motivo, los trabajadores han optado por esta drástica medida “para sacar los colores a la administración, porque llevamos mucho tiempo reivindicando los derechos de nuestros pacientes”. La mutua que les ofrecía la vacunación a los empleados aceptó su decisión y les ha pospuesto la administración de la dosis hasta que ellos decidan. “Nosotros tomamos todas las medidas de prevención posibles y seguimos todos protocolos de seguridad, así que en ese sentido no hay problema. Lo que no acabamos de entender es que si hay dosis para nosotros, ¿por qué no las hay para las personas que tenemos en nuestras viviendas? Cuando les comunicaron su decisión a los enfermos, estos se mostraron muy agradecidos por el gesto solidario: “Ellos están deseando que se les vacune, están muy preocupados y cuando les dijimos que íbamos a hacerlo como medida de presión se pusieron muy contentos, al igual que sus familiares. Todos se han solidarizado con la decisión”, sentencian.
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