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Pandemia

Los españoles, los más pesimistas respecto a la vuelta a la normalidad

La amenaza de las nuevas variantes y las devastadoras consecuencias económicas son las principales causas.

Una persona pasa por delante de una Oficina de Empleo en Madrid
Una persona pasa por delante de una Oficina de Empleo en MadridRicardo RubioEuropa Press

No hay que ahondar mucho para encontrar argumentos por los que España sea el país donde menos se confía en lograr la ansiada vuelta a la normalidad (solo por detrás de Sudáfrica). Por un lado, somos el país de Europa que con más virulencia ha sufrido las consecuencias del virus en términos de salud, y, por otro, los efectos económicos están siendo devastadores. Somos también el tercer país a nivel global más preocupado por la aparición de las nuevas variantes del virus y su implicación para conseguir la ansiada normalidad (51%). Estas son algunas de las conclusiones extraídas por Ipsos, que, desde el inicio de la pandemia, monitorea la evolución de la opinión pública sobre la pandemia.

Y es que, a las puertas de Semana Santa, con unos datos que casi permiten celebrar vislumbrar el fin de de la tercera ola, los españoles no estamos nada convencidos de abandonar el pesimismo.

Mientras los planes de vacunación continúan avanzando en buena parte del mundo, de media, la población a nivel global comienza a percibir que las cosas están más controladas (54%). Sin embargo, en España la sensación de descontrol es aún elevada ya que 7 de cada 10 españoles (73%) consideran que la situación en nuestro país está fuera de control. Porcentaje que, aunque sigue siendo uno de los más elevados a nivel global, ha disminuido en 7 puntos respecto a enero (80%).

Paradójicamente, mientras el sentimiento de control parece aumentar a nivel mundial, la vuelta a la normalidad se ve cada vez más lejana. Actualmente, un 43% (media global) piensa que la normalidad no llegará hasta dentro de un año. En este sentido, España (60%) se sitúa como el segundo país más pesimista a nivel mundial en lo que respecta a la vuelta a la normalidad, sólo por detrás de Sudáfrica.

Esta apreciación puede deberse a que cada vez más personas se ven afectadas por la Covid-19, ya sea en términos de salud (35% de media a nivel mundial) o en el sentido económico (30% de media a nivel global), datos que no benefician a la hora de imaginarse el retorno a la vida como antes se conocía. A este respecto, España se sitúa como el país europeo más impactado por la pandemia, el 49% de los ciudadanos afirman haber sido afectados en términos de salud, seguidos del Reino Unido (43%), Francia (43%) e Italia (36%); y también lidera el ranking europeo en lo que respecta al impacto económico con un 36% de la población afectada, seguido de Italia (22%), Reino Unido (21%) y Francia (18%).

Preocupación por las nuevas variantes

Pese a que tanto los expertos como los organismos acreditados, nacionales e internacionales, coinciden en señalar que ninguna de las nuevas cepas pone en peligro la eficacia de la inmunización en términos globales, la evolución de las denominadas variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) es uno de los retos que el virus nos ha lanzado en este segundo año de pandemia. Y los españoles somos el tercer país más preocupado por sus efectos (51%), que entendemos nos alejan cada vez más de la deseada normalidad. Por delante, solo Sudáfrica (58%), y Brasil (60%), países donde se han originado algunas de las variantes.

Además, la amenaza que suponen las nuevas variantes para el éxito de los planes de vacunación preocupa, de media, al 25% de la población mundial. Porcentaje que supera España (27%) convirtiéndose de nuevo en el país europeo más preocupado en este sentido, aunque en línea con los países vecinos (Francia 26%; Italia 25%; Reino Unido 24%).

Esta percepción de nuevas amenazas queda reflejada a nivel mundial en la intención de vacunarse que es mayor en los ciudadanos preocupados por las nuevas cepas (47% de media) que en aquellos que no ven estas variantes como una amenaza (34% de media). Lo mismo ocurre con el momento de vacunación, donde de media un 51% de los ciudadanos más preocupados se vacunaría de inmediato, frente al 40% de media de aquellos que no se sienten amenazados por las nuevas variantes.