La red oscura
Compras de productos covid entre el timo y el delito
Pueden conseguirse por Internet dosis de suero, plasma para pacientes de coronavirus o cartillas de vacunación de todo el mundo pero sin ninguna clase de seguridad
La práctica de falsificar y vender carnets de vacunación, plasma de pacientes de covid o vacunas por internet no es de ningún modo un «chanchullo», es un delito. Aunque se trate de vacunas reales o plasma de personas que hayan pasado la enfermedad. Pese a ello hay quienes lo ven como una alternativa y en la desesperación por vacunarse o que un familiar consiga la inmunidad o simplemente por saltarse las normas, acuden a internet. Y allí todo se vende.
La firma de ciberseguridad Kaspersky ha rastreado la red a la caza y captura de quienes vendieran supuestas vacunas. Y encontraron decenas de ofertas para dosis de Pfizer/BioNTech, AstraZeneca y Moderna.
Los precios por dosis oscilaban entre los 200 y los 1.000 euros. El pago se realiza en bitcoins (casi imposible de rastrear) y, según el análisis, muchos vendedores ya habían realizado hasta 500 operaciones de este tipo.
¿Son vacunas verdaderas? Es obvio que se trata de una compra ilegal y en ningún caso ha podido comprobarse que se tratara del producto original.
La realidad es que a menudo los hospitales terminan el día con dosis de vacunas sobrantes. No es inconcebible que alguien que trabaja en estas instalaciones pueda apropiarse de éstas y venderlas en internet. Solo hay un problema. Uno de los principales desafíos de la campaña de vacunación actual son los requisitos de almacenamiento. Por ejemplo, la vacuna de Pfizer y BioNTech debe mantenerse a -70º, una temperatura que no es común en las neveras habituales y que seguramente no se contempla a la hora del transporte. Así, aunque fuera una vacuna real no llegaría jamás en condiciones a destino.
La vacuna de Moderna, en cambio, es un poco más fácil de transportar: necesita un almacenamiento de -20º y la de AstraZeneca se puede almacenar en nevera, pero esto no garantiza que la temperatura necesaria se mantenga a lo largo de toda la cadena y quien la compra no tienen forma de saber que la vacuna se almacenó adecuadamente. Por lo tanto, no, no es seguro. En absoluto.
Supuesto plasma
Un estudio publicado en «Proceedings of the National Academy of Sciences» y liderado por Xiaoming Yang señala que el plasma de pacientes con covid-19 puede ser beneficioso en caso de pacientes de gravedad. De acuerdo con la experta en la red oscura Eileen Ormsby, autora de «The Darkest Web», en muchos sitios de esta puerta trasera de internet se están vendiendo unidades de fluidos corporales supuestamente infectados por alrededor de 800 euros. Se ofrece plasma extraído de la sangre de pacientes que sobrevivieron al virus por un precio similar. Todo para enriquecerse de la esperanza o desesperanza ajena.
Respecto a esto, el Instituto Australiano de Criminología publicó un informe hace pocas fechas que afirma haber encontrado en solo un día más de 645 listados de vacunas, plasma o pasaporte sanitario relacionados con coronavirus en alrededor de 20 sitios de la red oscura.
La suposición detrás de la venta de sangre de personas que se han recuperado es que los compradores se inyectan el plasma como medio para inocularse contra la enfermedad.
Pero como en el caso anterior, a menos que tengamos un laboratorio en casa y podamos certificar las cualidades de la sangre, que ha sido conservada adecuadamente y que los científicos confirmen que es beneficioso en todos los casos y para todas las personas, es obvio que no es recomendable pero sí un auténtico timo.
Carnet de vacunación
El último clásico. Se trata de aprovechados, ingenuos y malintencionados. Los inocentes son los que han publicado una fotografía en redes sociales con los detalles de su propio carnet que muestra que han sido vacunados. Del mismo modo que nadie publica una foto en detalle de su tarjeta de crédito o su DNI, hacerlo de este documento es innecesario como mínimo. Luego están los aprovechados que, sin publicar la foto, han hecho fotocopias o han escaneado la tarjeta, cambiado los datos y la han repartido entre amigos y familiares.
La mayoría son negacionistas y conspiranoicos convencidos de que habitan un mundo tirano que coarta sus libertades. Y esta es su respuesta. No solo se niegan a recibir la «vacuna que viene con el chip del 5G», sino que mienten al respecto diciendo que la han recibido… con el riesgo de convertirse en grandes contagiadores ya que pueden viajar libremente. Y finalmente están los malintencionados que quieren usar las tarjetas ya sea para engañar a los farmacéuticos para que les den la segunda dosis de la vacuna ya que en su carnet consta una fecha ficticia de primera dosis. O, directamente roban el carnet de redes sociales y los venden con los datos que quiera el comprador. Verecito: no, no es picaresca. Es un delito.
✕
Accede a tu cuenta para comentar