La calidad del aire de La Palma es «desfavorable»

La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias ha emitido una declaración de riesgo volcánico desde las 20:00 horas del día 2 de noviembre motivada por la «extremadamente desfavorable» calidad del aire en la zona del Valle de Aridane. En base a la información disponible, y en aplicación del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias (Pevolca), se ha activado esa declaración para los municipios de Tazacorte, Llanos de Aridane y El Paso.

La calidad del aire viene mermada por la gran cantidad de partículas menores de 10 micras (PM10), ya que la presencia de una acusada inversión térmica y vientos flojos con predominio de brisas en vertiente oeste constituyen condiciones desfavorables para la calidad del aire. En los tres municipios del Valle de Aridane se aconseja restringir la exposición al aire libre y si hay que salir, usar mascarilla FFP2. Para ello se va a continuar con el reparto de material de autoprotección, como son mascarillas y gafas.

Sobre los niveles de dióxido de azufre, durante el día de ayer se registraron picos de SO2 durante la noche con superaciones de umbrales, pero descendieron durante la mañana.

El Comité Director del Pevolca afirmó ayer que se registran signos positivos sobre la evolución del volcán, con valores de dióxido de azufre y del tremor volcánico a la baja. Estos indicadores, no obstante, siguen siendo altos para hablar del final de la erupción. La meteorología va a favorecer la operatividad del aeropuerto.

Pero ¿cuándo se podrá saber que el final de la erupción está cerca? Para el griego Stavros Meletlidis, investigador del Instituto Geográfico Nacional (IGN), esta séptima semana de erupción volcánica es clave. El geólogo estaba al frente de la red de alerta en La Palma cuando todos los datos señalaron el desenlace. Cuatro días antes, el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), del que el IGN forma parte, avisó de que la erupción podría ocurrir y ocurrió.

El vulcanólogo explicó al programa «Espejo Público» de Antena 3 que durante los últimos días se están sucediendo cambios tan seguidos, que pueden permiten a los expertos profundizar sobre el comportamiento del volcán y ver hasta dónde puede llegar.

Meletlidis pone el ejemplo de antes de la erupción del Cumbre Vieja, cuando todos los indicadores (emisión de dióxido de azufre, sismicidad y deformación) decían que se iba a iniciar. «Si ahora esos indicadores fueran favorables podrían afirmar que el Cumbre Vieja empieza a estabilizarse», explica.

Deformaciones en el núcleo

Desde el Pevolca también informaron que quedaban suspendidas las clases presenciales en los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane, Tazacorte, Tijarafe y Puntagorda, debido a las pésimas condiciones meteorológicas en las zonas afectadas por el volcán. La deformación en las estaciones más próximas al núcleo de la erupción continúa estable, mientras que en las más alejadas sigue disminuyendo.

Con respecto a las personas desalojadas, 455 personas evacuadas se albergan en centros turísticos de la isla. De ellos, 388 están en el hotel de Fuencaliente y 67 en el hotel de Los Llanos de Aridane. 43 personas evacuadas dependientes se encuentran en centros sociosanitarios de la isla.

Según el Catastro, 1.443 edificaciones se han visto afectadas por la erupción. De ellas, 1.166 son de uso residencial, 147 de uso agrícola, 69 industrial, 33 de ocio y hostelería, 13 de uso público y 15 de otro tipo. Respecto a la afección a los cultivos, la superficie alcanza las 283,25 hectáreas, de las cuales más de la mitad son de plataneras, seguidas de viñedos y aguacateros.

El Valle de Aridane, que actualmente se encuentra casi sepultado en su totalidad por la ceniza volcánica, reclama la presencia de «más ejército» antes de que comiencen a caer lluvias más fuertes y la retirada de ceniza se convierta en un imposible.

Cada vez que llueve ceniza, se tapa en unos segundos todo el trabajo diario de cientos de operarios, empresas y voluntarios que luchan por intentar limpiar las calles y retirar miles y miles de metros cúbicos de material expulsado por el volcán. Pero cada vez es más difícil por la climatología.