Día Mundial

El ginecólogo, clave en la detección de la violencia de género

Los especialistas reafirman su papel en consulta para mejorar el cribado de los casos

Violencia de género
Violencia de géneroConnie G. santosLa Razón

La violencia de género es un problema infradiagnosticado en el ámbito sanitario, donde solo se detecta el 5% de los casos. Con motivo del Día Mundial para la Eliminación de la Violencia de Género, que se celebra hoy, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) publica un documento de consenso en el que aboga por el cribado universal de la violencia de género en sus consultas.

Su objetivo no es otro que el de reforzar la contribución de la especialidad a la detección temprana desde el sistema sanitario, y contiene, entre otros aspectos, recomendaciones sobre cómo debe actuar el profesional para que la mujer en situación de maltrato sea capaz de expresar lo que le pasa. La clave para conseguirlo es la relación especial de cercanía entre la mujer y el médico que la atiende. Y es que la detección precoz de la violencia de género en sus fases iniciales es muy importante, puesto que sus futuras secuelas, tanto físicas como psicológicas y sociales, serán menores.

Entre los colectivos más vulnerables, un porcentaje importante de los malos tratos por parte de la pareja se inician con el embarazo, incluida la violencia física y sexual. “Por eso, las consultas de embarazo y puerperio –como también las de planificación familiar y las revisiones periódicas– representan oportunidades para la detección de la violencia de género”, señalan desde SEGO.

“Una de las manifestaciones no explícitas o indirectas de la violencia machista es la ausencia de control de la fecundidad, debido a la negativa o al sabotaje del maltratador, lo que se traduce tanto en embarazos no deseados como en mayor exposición a infecciones de transmisión sexual”, añaden.

El consenso incluye también una segunda parte con pautas de actuación ante las mujeres que han sido víctimas de una agresión sexual, en las que advierte del incremento de la violencia sexual precedida de sumisión o vulnerabilidad química y cómo detectarla. Este tipo de casos de sumisión química –que se define como la administración de una sustancia con efectos psicoactivos a una persona sin su conocimiento y con el fin de modificar su estado de consciencia o anular su voluntad– ha crecido de forma preocupante en los últimos años. De hecho, se estima que representa hasta el 30% de las agresiones sexuales, aunque apenas se denuncia un 20% de los casos.

Según datos de la OMS de 2010, un 25% de las mujeres de cualquier edad y hasta un 33% de las adolescentes han sido víctimas de violencia sexual, sobre todo por parte de su compañero sentimental. En España, los datos oficiales muestran que la incidencia de los delitos sexuales se ha multiplicado por seis en los últimos años, llegando a los 15.319 casos en 2019. El 85% de las víctimas son mujeres y el 50% menores de edad.