Volcán Cumbre Vieja

La Palma comienza a resurgir: abren la primera carretera en la zona afectada

Los vecinos celebran el fin de la obra pero critican la tardanza de las ayudas

GRAFCAN9278. TAZACORTE (LA PALMA) (ESPAÑA), 13/01/2022.-- Imagen de una finca de plátanos de Tazacorte, en La Palma, afectada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja. EFE / Luis G Morera
GRAFCAN9278. TAZACORTE (LA PALMA) (ESPAÑA), 13/01/2022.-- Imagen de una finca de plátanos de Tazacorte, en La Palma, afectada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja. EFE / Luis G MoreraLuis G. MoreraAgencia EFE

Poco a poco, la isla de La Palma vuelve a recuperar la «normalidad». Ayer se terminó la obra de la primera carretera abierta en la zona afectada tras el volcán de Cumbre Vieja. Se ha ejecutado a contrarreloj y supone una de las más importantes hasta la fecha porque se conecta el barrio de Puerto Naos con Las Manchas de Abajo mediante una carretera que se ha ejecutado en 27 jornadas de trabajo y estaba muy solicitada tanto por las administraciones públicas como por todos los vecinos y vecinas afectados de la zona. «Culminamos hoy una obra de emergencia para crear una auténtica carretera donde antes había un camino sin asfaltar, una obra que consigue que sea mucho más rápido y seguro circular por ella y que era un objetivo clave para garantizar la conectividad con esta parte de la costa oeste de la isla, y que estará en servicio para toda la población en los próximos días, a medida que se retiren los puntos de control de la zona de exclusión», declaró el consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias. La vía se abrió ayer ajustándose en todo lo posible a una pista de tierra ya existente en la zona, separada de esa pista en la zona de la vieja colada del volcán de San Juan para evitar la afección a un espacio natural protegido y atravesando esta colada, donde no quedaba más remedio, por un tramo en que la zona estaba deteriorada debido a la presencia de una antigua instalación de tratamiento de áridos.

A pesar de este avance, los vecinos afectados del barrio de La Laguna en Los Llanos de Aridane demandan que se establezca un plan de prioridades consensuado con el vecindario sobre las futuras aperturas de vías sobre la lava del volcán. «Los vecinos del barrio que forman parte de esta asociación, más de 600 y en su gran mayoría afectados y damnificados, cada día vienen asistiendo con asombro a movimientos de maquinarias pesadas, aperturas y explanaciones que no responden a ningún criterio, que sepamos, de prioridad dentro de la reposición y reconstrucción de las zonas afectadas por las coladas lávicas. Nadie de las administraciones públicas competentes nos ha informado del proyecto, si lo hay, de reconstrucción del Valle de Aridane. Nos tenemos que enterar, tristemente, por el postureo político continuo en los medios de comunicación» afirman.

El descontento que se ha promovido entre el vecindario lleva a los habitantes de este barrio a declarar duras palabras en contra de la administración, en las que aseguran que «los verdaderos protagonistas de la emergencia social son los afectados y damnificados, que habiendo concluido la erupción volcánica desconocemos con certeza cuál va a ser nuestro futuro inmediato».

Además, denuncian enterarse de las acciones que se ponen en marcha o tienen intención de llevar a cabo a través de los medios de comunicación o de una foto en las redes sociales, acrecentando, aún más, los comentarios negativos entre los afectados por la erupción sobre las innumerables visitas de políticos y personajes a la isla solo para «hacerse una foto».

«Los medios de comunicación nos sorprenden cada día con proyectos faraónicos, entiéndase el viaje turístico en teleférico sobre las coladas, mientras cientos de familias continúan con sus viviendas y producciones agrarias aisladas en medio de la lava, es decir en medio de la nada», denuncian.

Después de 500 años de la incorporación de la isla a la cultura occidental, La Palma ha sido eminentemente agrícola, con un gran número de trabajadores mayoritariamente agricultores y ganaderos. Y sobre esto, los vecinos de La Laguna denuncian que “parece que algunos, corriendo y volando, quieren imponer en cuatro meses, otro modelo económico foráneo y no acorde a nuestras raíces que obligará al éxodo de miles de palmeros. Alguien quiere hacer el agosto de la calamidad pública”, exponen.

Afirman que “dentro de la magnitud de la catástrofe volcánica deben existir criterios políticos y administrativos prioritarios que redunden en el sufrimiento y angustia de los damnificados, verdaderos protagonistas de la emergencia social. Entendemos que nos deben explicaciones personalizadas de las prioridades de las obras que se vienen realizando, y más aún cuando el volcán continúa con unos 800 grados de temperatura en sus bocas principales y un sinfín de gases por las coladas”.

Se habla de decenas de millones de euros y a fecha de hoy, muchos de los damnificados desconocen el destino final de las mismas. Una de las mayores peticiones, entre las que está la adquisición de suelo público para construir viviendas, está la de recuperar los terrenos agrícolas en islas, mayoritariamente dedicados al plátano, por la cadena de puestos de trabajo que significa las producciones plataneras y de manera inminente y urgente para que en al menos dos años disponer de la plena producción del plátano canario. Además de esto, urge a los vecinos de La Laguna que se continúen con las obras de reposición de las vías, “trabajan un día y descansan tres”, denuncian los vecinos. “El volver urgentemente a nuestras viviendas sería la manera más humana de compensar, dentro del desastre natural, a sus propietarios que se sienten desarraigados de sus espacios vitales y familiares”, añaden.

Otra de las peticiones de los damnificados es la de acondicionar las vías de los núcleos de población del sur, afectados por toneladas de cenizas o arena. De su apertura y acondicionamiento inmediato dependen cientos de familias para retornar a sus viviendas, explotaciones agrarias y ganaderas, industrias de comercio, industria de hospedaje a foráneos.

Además, recuerdan que “la participación ciudadana surge de la base de las antiguas asociaciones vecinales y de ningún otro planteamiento y plataformas de afectados, que empezaron por una y ya son tres. Sus fines son confusos y lo cierto y verdad es que están más pendiente de tener logos, pomposas sedes sociales y convocatoria de jornadas mientras el vecino afectado tiene otras urgencias perentorias y afectivas”.