Enseñanza virtual

La universidad entra en el metaverso

Los alumnos del CEU se entrenan en un mundo de Minecraft que reproduce su facultad para abordar los exámenes de Veterinaria. Es posible interactuar con microscopios de alta resolución

Imagen de uno de los escenarios que los estudiantes pueden encontrar en campus virtuales
Imagen de uno de los escenarios que los estudiantes pueden encontrar en campus virtualesLa RazónLa Razón

La primera vez que Juan Manuel Corpa pensó que sus alumnos pudieran acceder a la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia) en el metaverso fue hace diez años. Entonces era técnicamente imposible. «Soy veterinario y siempre he sido un adicto a los videojuegos, desde que era un adolescente, pero quería generar una herramienta para mis alumnos con la que se pudiera compatibilizar el mundo de los videojuegos con la docencia», explica el ahora catedrático de Histología y Anatomía Patológica de Veterinaria.

Poco a poco, su idea fue cobrando forma y así, empleando cerca de 300 horas de su tiempo libre, ha ido construyendo «bloque a bloque» una réplica fiel de su facultad sirviéndose del juego más vendido a lo largo de la historia: Minecraft, un entorno en el que los alumnos pueden moverse y aprender. Es más, el entrenamiento de los exámenes de Veterinaria de los alumnos de esta universidad se hace en el metaverso. La idea era reproducir el campus en el ciberespacio, incluyendo distintas pruebas con las que reforzar lo que se enseña en clase.

Para moverse en este mundo interactivo no hay más que seguir las instrucciones de las personas que encuentras en el recorrido, que son profesores o empleados con su propio avatar fácilmente identificables. Nada más entrar en el hospital universitario es posible encontrar a personajes no jugables que permiten enlazar con diferentes aplicaciones del Office 365 y que dan mensajes de bienvenida: «El profesor le está esperando», dice uno de los ordenanzas virtuales.

A medida que se avanza es posible encontrar a las personas del departamento de Contabilidad y a Felipe, el director del Hospital veterinario, que proporcionan instrucciones precisas. Llegado a este punto, de lo que se trata es de que el alumno vea cómo elaborar los diferentes tipos de diagnósticos, un objetivo importante de la asignatura. Así, es posible ver un vídeo que facilita una base teórica, mientras el alumno puede explorar las diferentes salas del hospital. Entonces aparece Agustín, un profesor que está dispuesto a comprobar qué es lo que ha aprendido el estudiante. No hay más que pinchar un botón y se despliegan fotografías de lesiones reales de animales que el alumno tiene que identificar por medio de un formulario: estomatitis ulcerativa, cistitis hemorrágica...Inmediatamente obtiene el feedback de sus errores y aciertos. Pero, de repente, el alumno recibe un mensaje de María, una alumna: «Me ha dicho el profesor que has acertado todas las preguntas. ¿Te vienes a tomar un café a Rajolás? (una cafetería del campus). Te espero en la terraza».

Una vez allí, no hay más que pinchar en María para escuchar una historia. Y esta vez lo que cuenta es el caso del cohete chino Long March 5B y el riesgo de caer a la Tierra de forma descontrolada ocurrido en mayo de 2021. Incluso es posible conectar con el informativo de Matías Prats dando cuenta de la noticia. «Hay diferentes personajes que te van guiando al mismo tiempo que haces las pruebas, te van contando una historia para enganchar al alumno porque la idea es que no sea una sucesión de exámenes o pruebas aburridas, sino hallar una interacción y encontrar una historia de misterio», explica Corpa.

Después, es posible visitar las pistas de caballos, o incluso acudir a la sala de microscopios, donde aprender a hacer diagnósticos. Uno de los personajes permite enlazar con fotografías reales en 360 grados, ya que el mundo Minecrat resulta muy pixelado para este fin.

David, otro de los profesores, permite enlazar a un microscopio de alta resolución, una potente herramienta que se utiliza para diagnosticar tumores. Así, el alumno puede ver un intestino cortado de manera transversal, es posible cambiar la lente y aumentar la resolución para observar arterias, venas, glóbulos rojos... Después, el alumno puede someterse a una prueba de examen con la que reforzar lo aprendido.

Incluso es posible acceder a distintos servicios de la universidad, como el de Carreras Profesionales, que cuenta con un mostrador virtual que atiende el avatar de Sonia, la responsable del departamento y a la que también es posible hacer una videollamada. Si la visita se hace fuera del horario de oficina, es un bot el que ofrece respuestas. «No tenemos la pretensión de desarrollar el metaverso que habrá dentro de cinco años, nuestro proyecto es un elemento muy interesante de estudio», dice el también coordinador de Embajadores Digitales de las Universidades CEU y responsable del desarrollo del Metaverso CEU.

Ahora, su idea es desarrollar un sistema de premios para los alumnos tomando como base el blockchain, de tal manera que los token tengan un valor fuera o dentro del metaverso. «Es una forma de estimular la excelencia académica, porque nuestro objetivo es lograr que los alumnos aprendan más y mejor».

Un grupo de diez alumnos de Madrid y Valencia ayuda a Juan Manuel Corpa a replicar otros campus en el metaverso y a idear otras historias con las que hacer más interesante y amena su visita. Cuando ya casi nos marchamos otro personaje nos avisa del desenlace final de la historia del cohete chino: ¡El fuselaje cayó en la granja de la facultad!