Medio Ambiente

Día Mundial del Agua: hacer visible lo invisible

La jornada de este año pone el foco en las aguas subterráneas, un recurso fundamental para nuestra vida

Aunque no visibles, las aguas subterráneas son fundamentales para el planeta y nuestras vidas
Aunque no visibles, las aguas subterráneas son fundamentales para el planeta y nuestras vidasTrknKybele - stock.adobe.com

Hoy tiene lugar una vez más el Día Mundial del Agua, una fecha que nos ayuda a apreciar este bien natural que tanto necesitamos y que cada vez se encuentra más amenazado. Este año, bajo el lema «Hacer visible lo invisible», la jornada destaca la importancia del agua subterránea para el planeta y las personas.

Las aguas subterráneas son aquellas formaciones de agua dulce que se encuentran bajo tierra, aunque a un nivel superficial de la corteza terrestre, entre formaciones geológicas de rocas y arenas.

En la naturaleza, las aguas subterráneas contribuyen al buen funcionamiento de lugares con grandes cuerpos de agua, como humedales o ríos. Su papel es esencial para el mantenimiento de los ecosistemas en los que se encuentran, por varias razones. Son la única fuente de agua al alcance de la población en muchas de las zonas más áridas del planeta y amortiguan los episodios de fenómenos meteorológicos extremos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por razones como estas, las aguas subterráneas tienen un papel esencial para la vida, ya que de ellas se extrae la mayor parte de este recurso apto para el consumo humano y para su uso en el sector de la agricultura y la alimentación, como apunta el Centro Internacional de Evaluación de Recursos de Aguas Subterráneas (IGRAC). Su trascendencia también es visible en los suministro de saneamiento, en el sector industrial y en muchas de las estrategias de adaptación al cambio climático, por lo que debe ser uno de los principales focos a la hora de implementar políticas de desarrollo sostenible. A pesar de lo importantes que son, las aguas subterráneas desgraciadamente no están libres de amenazas. Como consecuencia de la actividad humana y del cambio climático, muchos de estos acuíferos se encuentran en una situación crítica, debido a varios motivos.

La sobreexplotación de las aguas subterráneas hace que se extraiga más agua de los acuíferos de la que estos son capaces de recargar con infiltración natural de la lluvia y la nieve. Un ritmo de extracción acelerado puede provocar la inestabilidad del suelo e, incluso, puede dar lugar al agotamiento definitivo de este recurso. Además, en las regiones costeras se corre el riesgo de una intrusión salina, que es cuando el agua marina penetra bajo tierra.

Además, de la sobreexplotación, la contaminación y la degradación de la calidad del agua son otros de los problemas más habituales de las aguas subterráneas. La regeneración de aguas contaminadas pasa por procesos muy largos, difíciles y costosos, por lo que muchas veces impiden su uso.

Frente a estas amenazas, es esencial que cuidemos nuestras aguas subterráneas. Solo con la debida protección y un uso controlado, podremos encontrar el equilibrio sostenible entre las necesidades de las personas y las de nuestro planeta Tierra. En concreto, España es uno de los países más expuestos al estrés hídrico a nivel mundial, ya que algunas zonas del sur y el este de la Península están clasificadas con riesgo extremo.

La sequía también es una conocida de nuestra geografía y, aunque es propia del clima mediterráneo, el calentamiento global hace que llueva menos y, por tanto, que el volumen de reservas de agua en los embalses del país, sea especialmente bajo: según los datos recientes del Ministerio de la Transición Ecológica, se encuentran al 44%, es decir, 15 puntos menos que la media de los últimos 10 años. Esta falta de lluvia intensifica la necesidad de extracción de agua subterránea.

Por todo lo anterior, contar con una gestión diversificada de nuestros recursos hídricos, con el conocimiento, la tecnología y la innovación como pilares fundamentales, es sinónimo de garantía de una adecuada y eficiente disponibilidad del agua.

Agbar es uno de los principales referentes en la innovación en la gestión del ciclo del agua y la protección del medioambiente. Para el cuidado de las aguas subterráneas, el grupo cuenta con soluciones de gestión avanzada, para las que se basan en la optimización de la extracción de recursos, supervisando, en todo momento, el riesgo de sobreexplotación y llevando a cabo medidas para promover la recarga de los acuíferos.

Un ejemplo son los acuíferos del delta del río Llobregat, fundamentales para el suministro de agua a toda el área metropolitana de Barcelona. Su uso intensivo para el consumo humano y fines industriales provocó una degradación general del sistema acuífero, lo que se tradujo en un descenso en su capacidad de almacenamiento y en la entrada de agua marina, poniendo en peligro el suministro a la zona. Para revertir la situación se puso en marcha en el acuífero principal una línea de pozos para inyectar agua regenerada procedente de la depuradora del Baix Llobregat, permitiendo de alimentar, de forma sostenible, al acuífero y de actuar como barrera contra la intrusión salina. Aigües de Barcelona inyectó en 2021 en los pozos un total de 679.105 metros cúbicos de agua regenerada, equivalente a 200 piscinas olímpicas.

Otras iniciativas del grupo que contribuyen a proteger las aguas subterráneas son la gestión avanzada y colaborativa de los acuíferos en Almería mediante Inteligencia Artificial, la descontaminación de acuíferos en Murcia gracias a una tecnología innovadora para la reducción de nitratos a través de la inyección de nanopartículas de hierro; o la gestión avanzada de pozos mediante sensores en la Comunidad Valenciana.

Para ello se utilizan tecnologías punteras desarrolladas por Agbar para la gestión optimizada de las aguas subterráneas con el objetivo de garantizar un uso eficiente y garantizar la sostenibilidad del recurso en el tiempo.