Según comunidades
Más de 1.000 euros de diferencia para vacunar a un niño
Sanidad ha constituido los grupos de trabajo pero no ha activado el estudio de coste-beneficio para los sueros, lo que repercute en que las variaciones según autonomías sean abismales
España es un país de desigualdades y, en lo que respecta al acceso a la salud, no hay excepción. Cada comunidad autónoma tiene la potestad de establecer sus propios añadidos a la hoja de ruta general de vacunas financiadas para la inmunización de bebés, niños y jóvenes. Es decir, complementan la vacunaciónfijada por el Ministerio de Sanidad con aquellos sueros que la Asociación Española de Pediatría recomienda como necesarios para una correcta inmunidad frente a las enfermedades prevenibles por vacunación. Esto supone que, mientras en algunas comunidades autónomas, el monto al que asciende el desembolso de una familia que quiera ponerle a sus hijos todas la vacunas sea de poco más de 251 euros, en otras, la cantidad supere los 1140 euros.
La desigualdad también está marcada por razones de género debido a los titubeos de la administración a la inclusión de la vacuna del virus del papiloma humano entre las financiadas. Así, por ejemplo, vacunar a una niña valenciana con estos sueros que están fuera de la financiación pública saldría por un máximo de 624,52 euros, mientras que en su hermano el coste se duplica situándose en los 1141,15 euros. Las autonomías o ciudades autonómicas donde más coste supone tener un hijo «sano» son: Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, País Vasco, La Rioja y Ceuta.
Contraer la meningitis supone padecer la inflamación de la meninge, un tipo de tejido que rodea el cerebro y la médula espinal. Este contagio, cuyas secuelas pueden llegar a ser muy graves, es letal en el 12% de los casos. La buena noticia es que se trata de una enfermedad prevenible gracias, entre otras medidas, a la vacunación. La evidencia científica asegura que estos sueros podrían prevenir prácticamente todas las meningitis en la infancia y la adolescencia. Sin embargo, el acceso a esta protección no es común en todo el territorio español. La vacuna contra el meningococo B y la de los meningococos ACWY son dos de las seis herramientas de inmunización sobre las que coexisten desigualdades entre las diferentes comunidades autónomas.
Concretamente en el caso de la vacuna contra el meningococo B en lactantes, son cinco las comunidades autónomas que la tienen incluida en su calendario vacunal debido al alto coste que supone su administración. Estas comunidades son Castilla y León, Andalucía, Canarias, Cataluña y Galicia. Esta última ha anunciado que comenzará a administrarla en otoño. También son cinco las regiones que han incluido en su estrategia de vacunación la vacuna tetravalente (ACWY) que se administra a los 12 meses de edad. Estas son Castilla y León, Andalucía, Murcia, Islas Baleares y Melilla.
La situación de desigualdad que afecta a estas dos vacunas podría dar un giro de 180 grados en los próximos meses: conseguir sacar adelante una estrategia nacional de vacunación es uno de los grandes retos del Ministerio de Sanidad. Según ha podido conocer LA RAZÓN, este departamento esta valorando realizar un estudio de coste-beneficio para los sueros. Por ahora, el unico paso que ha dado es constituir los grupos de trabajo para que pueda llevarse a cabo.
Además de las vacunas contra el meningococo, las desigualdades afectan a cuatro sueros más. Una de las vacunas cuya desigualdad cuenta con mayor rechazo por parte de las sociedades científicas es la del rotavirus en lactantes. «Esta vacuna fue aprobada en el año 2007 y hay miles de trabajos que demuestran que es coste-eficiente. De hecho, en un trabajo realizado en España y publicado hace cinco años se demostró que se podían ahorrar hasta 28 millones de euros al erario público. Sin embargo, sigue sin estar en el calendario. Solo está financiada para prematuros menores de 32 semanas y no en todas las comunidades», comenta Fran Álvarez, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), que recomendó el año pasado vacunar a todos los niños que estuvieran sanos o enfermos de entre seis y 59 meses de la gripe siguiendo el ejemplo de otros países de nuestro entorno.
Asturias es la única comunidad que financia la trivalente Tdpa (Difteria-tétanos-tosferina) en adolescentes. En el resto de autonomías solo se incluye la prevención contra el tétanos y la difteria. La pauta contra la tos ferina ayuda a proteger al niño contra esta infección respiratoria potencialmente grave y hasta mortal, y le evita los ataques violentos de tos propios de la enfermedad. Esta vacuna es importante para proteger al recién nacido, una población más vulnerable a enfermarse gravemente y tener complicaciones. Los bebés menores de 1 año con tosferina pueden presentar neumonía, experimentar convulsiones o sufrir daño cerebral.
La sexta desigualdad que se recoge entre los diferentes calendarios vacunales es la protección contra el virus del papiloma humano. En este caso, la desigualdad afecta al género masculino. Cataluña, Islas Baleares, Navarra y Galicia han sido las cuatro autonomías que han un paso al frente anunciando que, durante el próximo curso escolar 2022-2023, vacunarán a los niños de entre 11 y 12 años con la vacuna nonavalente contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). «El hecho de que tres comunidades autónomas la incluyan o la vayan incluir en sus calendarios vacunales oficiales se traduce en un escenario de desigualdad a nivel nacional», lamenta el doctor Álvarez.
Se convierten así en las primeras comunidades autónomas de nuestro país que, siguiendo las recomendaciones de la comunidad científica, las aportaciones de la evidencia científica y en base a la experiencia de otros países, anuncian que llevarán a la práctica sus planes de integrar a los varones en sus respectivos calendarios vacunales como receptores del suero contra la causa más frecuente de infección de transmisión sexual (ITS) en el mundo.
Hoy en día y desde hace 15 años, de acuerdo con el calendario vacunal común, la vacuna frente al VPH se administra a niñas de 12 años en dos dosis separadas por 5-6 meses.
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