Dermatología

Alerta por el aumento de los casos de sarna: qué síntomas provoca y cómo se contagia

Los dermatólogos están preocupados por “un importante aumento” de los casos de escabiosis en nuestro país y por la pérdida de efectividad del tratamiento

La sarna es una enfermedad contagiosa de la piel causada por un ácaro
La sarna es una enfermedad contagiosa de la piel causada por un ácaroLa RazónLa Razón

El brote de la viruela del mono, con 3.413 casos confirmados ya en todo el mundo, es el más llamativo y reciente. Sin embargo, los dermatólogos afrontan otro desafío: el gran aumento de los casos de sarna o escabiosis. Pese a no contar aún con datos oficiales sobre la incidencia de esta enfermedad, son varios los expertos que han alertado de esta realidad a partir de la pandemia de Covid-19.

La sarna humana es una infestación parasitaria causada por Sarcoptes scabiei var. Hominis, un ácaro muy pequeño que consigue excavar túneles o surcos en la piel donde depositan sus huevos, lo que acaba desencadenando una respuesta inmunitaria del paciente que origina sarpullidos irritación y mucha picazón. La infestación por sarna puede complicarse con una infección bacteriana, lo que da lugar a la aparición de llagas en la piel que, a su vez, pueden ocasionar consecuencias más graves, como septicemia, cardiopatías e insuficiencia renal crónica.

Tal y como señala la OMS. es una de las enfermedades dermatológicas más comunes y representa una parte considerable de las enfermedades cutáneas que se registran en los países en desarrollo Se estima que, en cualquier momento en que se calcule, la cifra de personas en todo el mundo que padecen sarna asciende a 200 millones.

Durante el 49º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) celebrado durante este mes de junio, los especialistas mostraron su preocupación por el “importante aumento” de los casos de esta enfermedad y por la pérdida de efectividad del tratamiento. La doctora Galván Cristina Galván, dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles en Madrid, avisó de que aunque la sarna “nunca ha sido objeto de especial interés para la investigación”, por considerarse una enfermedad inofensiva, esta enfermedad “produce una gran morbilidad con grave alteración de la calidad de vida” para los pacientes infectados.

Para explicar este aumento de casos de sarna durante el comienzo de la pandemia, los expertos aluden al confinamiento. “Hemos pasado más tiempo en casa, manteniendo un mayor contacto diario entre convivientes; lo que puede haber favorecido el contagio de la sarna en aquellas unidades familiares en las que hubiese un miembro afectado por el parásito”, explica el doctor Eliseo Martínez, coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV.

Otro de los factores que explican esta tendencia es “la demora en el diagnóstico y el tratamiento” de los casos que ha hecho que “la carga parasitaria haya sido mayor y hayan permanecido siendo contagiosos durante más tiempo”. Además, en cuanto a la identificación de la enfermedad, aseguran que los pacientes “pueden ser asintomáticos durante semanas” y que al notar picores “tarden en acudir al dermatólogo”. Por eso, aconsejan que “ante la mínima sospecha” se acuda al especialista, ya que “el tratamiento adecuado y precoz constituye el arma más eficaz para curar la enfermedad y evitar su transmisión a otras personas”.

La sarna se contagia de persona a persona, por contacto cercano y mantenido de piel con piel. En ese sentido, el coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV anima a “eliminar falsos estigmas ligados a esta enfermedad”, como el hecho de que “se asocia a pobres hábitos de higiene”; y asegura que “las duchas o baños habituales no previenen el contagio”, así como el “lavado habitual de la ropa de personas con sarna tampoco elimina el parásito”, ya que habría que hacerlo al menos a 60 grados.

Respecto al tratamiento de la sarna, la Dra. Galván reconoce que están encontrando “fracasos terapéuticos ante tratamientos validados, recomendados en las guías y correctamente cumplimentados”. Un hecho que también comenta el Dr. Martínez, que asegura que “estudios científicos recientes apuntan a que, efectivamente, la permetrina está perdiendo eficacia, lo que coincide con la impresión de muchos dermatólogos en su práctica diaria”. Es por eso que los expertos han “cambiado el abordaje de la enfermedad, intensificando las pautas del tratamiento o combinando distintos fármacos”. Una tendencia, la del “aumento de incidencia de la sarna y unos fracasos terapéuticos” que, aseguran, “se están constatando también en otros países de Europa”.

Síntomas de un brote de sarna

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los pacientes suelen presentar prurito intenso, galerías lineales y vesículas alrededor de los pliegues de los dedos de las manos, las muñecas, las extremidades superiores e inferiores y la línea del cinturón. La primera manifestación clínica suele el ser el prurito, intenso y de predominio nocturno, que suele ir seguido, al cabo de 6 a 8 semanas de la infestación inicial, de lesiones secundarias en forma de excoriaciones eritematosas localizadas. Con posterioridad pueden aparecer lesiones papulares y urticariformes en cualquier parte del cuerpo. En los ancianos y los pacientes inmunodeprimidos pueden producirse en ocasiones infestaciones masivas, generalmente con formación de costras. Esta afección tiene una alta mortalidad si no se trata, debido a la sepsis secundaria.

La sarna suele transmitirse entre personas a través del contacto próximo (por ejemplo, por convivencia) con la piel de un individuo infestado. Como hay un período asintomático de infestación, la transmisión puede producirse antes de que la persona inicialmente infestada presente síntomas. No obstante, el riesgo de transmisión aumenta con el nivel de infestaciones, y el mayor riesgo se debe al contacto con individuos con sarna costrosa. Es por ello, que todos los familiares que comparten el hogar deben recibir tratamiento para prevenir la infestación o la reinfestación. El tratamiento principal de los individuos afectados consiste en la aplicación de un escabicida tópico como permetrina al 5%, malatión al 0,5% en base acuosa, emulsión de benzoato de bencilo al 10-25% o pomada de azufre al 5-10%. La ivermectina oral también es muy eficaz y está autorizada en varios países. No se ha estudiado la toxicidad de la ivermectina en las embarazadas o los niños de menos de 15 kg de peso corporal, por lo que no debe utilizarse en esos grupos hasta que se disponga de más datos de toxicidad.