Cercanía

La Iglesia española llora a Benedicto XVI: “Tenía una vinculación especial con España”

El presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal agradecen “su cercanía” a nuestro país a través de tres viajes, las beatificaciones de los mártires y el doctorado de San Juan de Ávila

La entonces Princesa Letizia saluda a Su Santidad Benedicto XVI
La entonces Princesa Letizia saluda a Su Santidad Benedicto XVIJUAN CARLOS CARDENASAgencia EFE

“Benedicto XVI tenía una vinculación especial con España”. Es la reflexión que nace del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, así como del secretario general de los obispos, César García Magán, tras conocer el fallecimiento de Benedicto XVI que ha tenido lugar esta mañana en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.

“Quedará para siempre en nuestro corazón su cercanía con la Iglesia que peregrina en España”, ha destacado el purpurado español en una declaración institucional. “Además de canonizar y beatificar a un gran número de hijos de la Iglesia que peregrinan en España, proclamó el doctorado de San Juan de Ávila y en tres ocasiones vino hasta aquí con motivos destacables”, detalla el también arzobispo de Barcelona.

A partir de ahí, el cardenal ha repasado estas tres peregrinaciones. Por un lado, su viaje a Valencia con motivo del Encuentro Mundial de las Familias en 2005. Por otro, su visita exprés a Santiago de Compostela y a Barcelona en 2010, “donde quedó maravillado” por la basílica obra de Antonio Gaudí. A la par, también puso en valor su presencia en la Jornada Mundial de la Juventud que Madrid acogió en 2011. “Tras aquella tormenta, nos dijo a todos que habíamos vivido una aventura juntos y nos llamó a afrontar con Cristo las pruebas de la vida”.

“Pedimos por su eterno descanso, agradecemos su profundo ministerio como Papa, sus escritos teológicos y su profundo amor a la Iglesia”, ha verbalizado el cardenal, que ha manifestado su deseo de que, “desde la Casa del Padre siga mirando con ternura nuestro mundo y a cada uno de nosotros”.

En esta misma línea, el secretario general de los obispos recordó su estancia en las cuatro ciudades de nuestro país, haciendo especial énfasis en cómo acudió a Compostela, “como un peregrino que fue a venerar los restos del apóstol, raíces de nuestra fe en España” y se detuvo también la “misa impresionante” que presidió en la basílica de la Sagrada Familia “por la que quedó abierta al público”. Por último, ahondó en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011, “con la multitud de jóvenes rezando con el Papa, con aquella adoración eucaristía con la custodia de Arfe de Toledo”.

Para el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán, Ratzinger refleja una “dignísima sucesión al larguísimo pontificado de Juan Pablo II” y, a la vez, “un adviento, una alborada al pontificado de nuestro Papa Francisco”. Así, a pesar de que su pontificado no ha sido “largo en el tiempo”, sí lo ha sido “intenso en el magisterio, intenso en realidades pastorales”. A la par, planteó cómo “su magisterio que no se reduce a sus tres encíclicas, sino que se extiende a homilías, discursos, su trilogía de Jesús de Nazaret, sabiendo transmitir la fe con la cercanía del catequista”.

“Ha dejado una huella imborrable y se une a la lista de los grandes papas del siglo XX y XXI”, remató García Magán.