Salud
Los 5 principales síntomas de la discopatía degenerativa, una afección común en los mayores de 50 años
Puede ser causada por una combinación de factores, entre los que se incluyen el envejecimiento natural, las lesiones traumáticas o repetitivas, y las malformaciones congénitas
La discopatía degenerativa es una afección común en las personas mayores de 50 años, aunque también puede afectar a personas más jóvenes debido a factores como lesiones traumáticas o a malformaciones congénitas. Las personas con sobrepeso, fumadoras, y aquellas que realizan trabajos que implican levantar objetos pesados, o bien movimientos repetitivos, también tienen un mayor riesgo de desarrollar discopatía degenerativa.
“Se produce cuando los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre las vértebras, se desgastan y pierden su capacidad para absorber el impacto. Esto puede causar dolor y otros síntomas que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes. A día de hoy no se puede curar completamente, aunque sí existen tratamientos efectivos”, explica Diego Giménez, jefe de Traumatología del Hospital Quirónsalud Murcia.
Destaca así que ese desgaste de los discos intervertebrales puede provocar dolor, inflamación y rigidez en la espalda, así como debilidad y entumecimiento en las extremidades. “En los casos graves, la discopatía degenerativa puede provocar una hernia de disco, que es una protrusión del núcleo pulposo del disco intervertebral. Esto puede ejercer presión sobre los nervios espinales cercanos y causar síntomas más graves, como dolor intenso, debilidad muscular, e incluso una pérdida de sensibilidad”, aclara.
Pueden afectar a distintas partes del cuerpo
Además, señala este traumatólogo, los síntomas pueden afectar a diferentes partes del cuerpo, dependiendo de la ubicación de los discos afectados: “Los síntomas más comunes de la discopatía degenerativa incluyen dolor en la espalda baja o en el cuello, rigidez muscular, debilidad o entumecimiento en las extremidades, sensación de hormigueo y dificultad para moverse.
En cuanto al dolor mantiene el doctor que es característico en esta patología, es “el síntoma más común”, y precisa que éste puede variar desde un dolor sordo y constante hasta un dolor agudo y punzante. “El dolor puede empeorar con ciertos movimientos o con las actividades, como levantar objetos pesados o sentarse por largos períodos. También puede ser peor por la mañana y mejorar a lo largo del día”, aclara.
Causas más comunes de la discopatía degenerativa
Este especialista, por otro lado, señala que la discopatía degenerativa puede ser causada por una combinación de factores, entre los que se incluyen el envejecimiento natural, las lesiones traumáticas o repetitivas, y las malformaciones congénitas: “A medida que envejecemos, los discos intervertebrales pierden su contenido de agua y se vuelven menos flexibles y resistentes. Esto puede provocar una disminución en la capacidad del disco para absorber los impactos y puede llevar a la formación de fisuras o rasgaduras en la capa externa del disco”.
A su vez, menciona que las lesiones traumáticas, como las causadas por accidentes automovilísticos o las caídas, también pueden provocar discopatía degenerativa.
Por otro lado, destaca el doctor Giménez que ciertas malformaciones congénitas pueden predisponer a las personas a desarrollar discopatía degenerativa, por ejemplo, el hecho de que algunas personas nazcan con una columna vertebral anormalmente curvada o con vértebras fusionadas. Otros factores de riesgo para desarrollar discopatía degenerativa incluyen el sobrepeso, el tabaquismo y la falta de ejercicio.
Para el diagnóstico de la discopatía degenerativa es necesaria una combinación de la historia clínica del paciente, así como el examen físico (pruebas para evaluar la fuerza muscular, la sensibilidad y los reflejos en las extremidades afectadas), y las pruebas de diagnóstico por imágenes (RM, TC, o electromiografías --EMG-- para evaluar la función nerviosa en las extremidades afectadas).
Dos vías de tratamiento
En última instancia, el jefe de Traumatología del Hospital Quirónsalud Murcia sostiene que existen varias opciones de tratamiento para la discopatía degenerativa, que van desde opciones no quirúrgicas hasta quirúrgicas. “El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y de la ubicación de los discos afectados”, resalta el doctor.
Sobre los tratamientos no quirúrgicos apunta que pueden incluir fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento muscular, y terapia ocupacional: “Estos tratamientos pueden ayudar a mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y el rango de movimiento de la columna vertebral, lo que puede reducir el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente”. A su vez, resalta Giménez que la medicación también puede ser útil para aliviar los síntomas de la discopatía degenerativa, con el apoyo de analgésicos y antiinflamatorios. “Los relajantes musculares también pueden ser útiles”, apostilla.
Ahora bien, en casos graves o persistentes, el doctor apuesta por considerar la cirugía: “Ésta puede implicar la eliminación parcial o total del disco intervertebral afectado y su reemplazo con un implante artificial. También puede implicar la fusión de dos o más vértebras para estabilizar la columna vertebral. La cirugía se reserva generalmente para pacientes con síntomas graves o complicaciones como hernia de disco o compresión nerviosa”.
Eso sí, el doctor Giménez ve siempre importante recordar que cada caso es único, y que el tratamiento adecuado para la discopatía degenerativa dependerá de varios factores, incluida la ubicación y la gravedad de los síntomas del paciente. “En algunos casos, los médicos pueden recomendar inyecciones de corticosteroides para aliviar el dolor y la inflamación en la espalda. Estas inyecciones se administran directamente en el área afectada y pueden proporcionar un alivio temporal del dolor”, agrega.
La prevención es también importante
Con ello, resalta este especialista de Quirónsalud Murcia que una de las formas más efectivas de prevenir la discopatía degenerativa es mantener un estilo de vida saludable, a través de una dieta equilibrada, de la realización de ejercicio regular, así como evitando el tabaco. “Mantener un peso saludable también puede reducir la presión sobre la columna vertebral y reducir el riesgo de lesiones traumáticas”, añade el traumatólogo.
Ve importante tener en cuenta la postura y la ergonomía al trabajar o realizar actividades diarias, el sentarse con una buena postura, levantar objetos correctamente y usar herramientas ergonómicas pueden ayudar a reducir la presión sobre la columna vertebral.
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