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Sanidad

Una anciana aguanta seis horas en la ambulancia sin comida ni agua y con el brazo roto porque no había sitio en el hospital

Una ola de indignación recorre Italia tras el episodio que ha sufrido una mujer de 72 años que estaba de vacaciones en Salento

Imagen de archivo de ambulancias de los servicios de emergencia larazon

Una ola de indignación recorre Italia tras trascender que una anciana de 72 años procedente de Milán que estaba de vacaciones en Salento, al sudeste del país, tuvo que esperar seis horas en una ambulancia con el brazo roto, sin acceso ni a comida ni a agua, porque el hospital al que iba a ingresar estaba sin espacio.

La mujer sufrió un accidente doméstico, razón por la que una ambulancia la trasladó al hospital Sacro Cuore Gesù en Galipoli. Sin embargo, al llegar, nadie se encargó de llevarla al triaje de Urgencias ni mucho menos a planta: la mujer tuvo que esperar durante seis horas encerrada en el vehículo.

La familia llamó a las 10:00 horas a la ambulancia después de que sucediera el accidente. No pudo descansar en una cama hasta altas horas de la madrugada. Aguantó durante horas en una ambulancia bajo el tórrido calor veraniego de Italia. La hija de la mujer ha denunciado en la prensa del país transalpino que además de su madre otros dos pacientes sufrieron idéntico destino.

"Mi madre estaba al borde del colapso, sin aire acondicionado y con el calor. Nos dijeron que no podíamos entrar a la sala de espera donde colocan a los pacientes en camillas porque no había plazas disponibles, así que tuvimos que esperar nuestro turno", denunciaba la hija.

La espera continuó en triaje

Finalmente, tras una espera que se extendió hasta altas horas de la noche, la anciana fue diagnosticada con una fractura de brazo que potencialmente requeriría intervención quirúrgica. La experiencia concluyó cerca de la una de la madrugada, dejando a la familia con un profundo sentimiento de frustración.

La salud de la anciana no era particularmente preocupante: se presentó a triaje con un código leve, pero una espera tan larga podría haberle causado serios problemas a una mujer de 72 años. No fue retirada de la camilla hasta poco después de las 17:00. ¿Había terminado el calvario? Para nada. La paciente permaneció en urgencias durante horas.

"Tras varias llamadas de auxilio de mi madre, a quien oía gritar desde la sala de espera", denuncia su hija en periódicos como La Repubblica, "me alteré un poco y alcé la voz porque no era posible que aún no la hubieran atendido, y más aún sin que le prestaran asistencia". "Tenía sed y tuve que intervenir porque nadie la escuchaba; necesitaba ir al baño, y yo siempre tenía que entrar".