Sucesos

Se suicida en la prisión de Mansilla de las Mulas el autor confeso del asesinato de una niña de 14 años en Oviedo

Igor Postolache, que violó y mató a Erika Yunga, iba a ser trasladado a una cárcel de Galicia

Imagen del Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas (León)
Imagen del Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas (León)Ical

El moldavo Igor Postolache, que el 5 de abril de 2022 violó y asesinó con alevosía y ensañamiento a la niña de 14 años Erika Yunga en el mismo edificio en el que ambos vivían en Oviedo, se ha quitado la vida la pasada noche en la prisión de Mansilla de las Mulas (León) en la que se encontraba.

El asesino confeso, que aceptó la prisión permanente revisable sin llegar a juicio, fue encontrado sin vida, en el recuento de la mañana, en la celda del departamento de ingresos en la que se encontraba para ser trasladado a una cárcel de Galicia.

El preso cumplía pena en la cárcel leonesa por causar la muerte a puñaladas y por agresión sexual a la niña de 14 años, en unos hechos que tuvieron lugar en el barrio ovetense de Vallobín en el mes de abril de 2022.

Se había beneficiado de la Ley del Solo sí es sí en dos años y medio cuando asumía una pena de doce años y medio de cárcel por agresión sexual.

Según fuentes penitenciarias su actitud en la prisión era discreta y era vigilado las 24 horas del día en su celda y fuera ya que era carne de cañón. Podía autolesionarse, como así parece que ha ocurrido, atacar a otros o ser víctima de algún ataque. Apenas salí ni se relacionaba con el resto de reclusos.

Igor llevaba toda la vida en Oviedo, aunque es de origen moldavo, y se había mudado al bloque de edificios donde presuntamente asesinó a Érika, su vecina de 14 años. De su personalidad se conoce, por el relato de algunas víctimas y las sentencias judiciales, que era impulsivo, tosco, obsesivo, molesto, que acosaba a sus víctimas.

Con el cadáver de Erika en su casa, se acuchilló cuando los policías fueron a detenerlo.

Igor Postolache confesó haber asesinado y haber agredido sexualmente a Erika Yunga y asumió el relato de la Fiscalía de que fue un crimen "planeado, con premeditación, alevosía y ensañamiento".

Según el Ministerio Fiscal, el investigado estudió los horarios de entrada y salida de la menor de su domicilio de Oviedo y planeó asaltarla en el portal del edificio en el que el mismo residía, atacándola en el portal y propinándole varias puñaladas.

A continuación la llevó a su piso, en el primer piso del mismo inmueble, para agredirla sexualmente tras propinarle varias puñaladas más que causaron la muerte de la joven.

Tras su detención ingresó en la prisión de Villahierro, donde se aplicó durante algunos meses el protocolo de prevención de suicidios, y permaneció en una celda vigilada las 24 horas del día con un preso de confianza, un protocolo que según fuentes de Instituciones Penitenciarias ya no se le aplicaba.