Muerte digna

Caso Lambert: ¿punto y final?

Será desconectado por tercera vez. El Hospital de Reims empezará a retirar la alimención y la hidratación a Vincent. La Corte de Casación francesa así lo determinó y debería ser el epílogo a este triste asunto.

Vincent Lambert sufrió un accidente de tráfico en 2008 y, desde, entonces, permanece en estado de conciencia mínima
Vincent Lambert sufrió un accidente de tráfico en 2008 y, desde, entonces, permanece en estado de conciencia mínimalarazon

Será desconectado por tercera vez. El Hospital de Reims empezará a retirar la alimención y la hidratación a Vincent. La Corte de Casación francesa así lo determinó y debería ser el epílogo a este triste asunto.

Fue a través de un correo electrónico que el médico de Lambert, Vincent Sánchez, informó a la familia del paciente tetrapléjico su intención de comenzar a retirarle el procedimiento que lo mantiene con vida. La decisión llega tras el fallo dictado el viernes pasado por la Corte de Casación francesa, que abrió la vía a una nueva detención del tratamiento de Lambert y desestimó la decisión anterior de la Corte de Apelaciones, que ordenó en mayo pasado «in extremis» su restablecimiento. Un fallo que debería ser el último de una larga serie y el epílogo de un caso considerado como un emblema de la lucha por la muerte digna en Francia.

Según fuentes hospitalarias, la práctica médica destinada a este paciente incluye la supresión de los medios orientados a mantenerlo con vida, y, además, una sedación profunda y continua hasta el momento en que se certifique su deceso. Un procedimiento enmarcado en la ley Claeys-Leonetti de 2016, que prohíbe la eutanasia y el suicidio asistido, pero que da vía libre a la detención de tratamientos considerados de «obstinación irracional». Para la abogada de su mujer, nombrada tutora legal, la resolución de la Corte de Casación no puede ser apelada y este sería el último capítulo de la batalla legal que mantiene en guerra a su familia. Por lo tanto, esta última decisión médica de poner fin a los cuidados tampoco debería «atacarse» en tribunales.

Llamada de auxilio

Ayer, y desde la tribuna del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra, la madre de Lambert lanzaba una llamada de auxilio, calificando su posible muerte de «asesinato». Sus letrados anunciaban una querella por «muerte premeditada» contra cualquier médico que pare el tratamiento de Lambert. Pero el equipo de cuidados paliativos del hospital de Reims, al noreste de Francia, no ha tenido en cuenta estas amenazas.

Si en Francia Vincent Lambert es considerado un símbolo de la lucha por una muerte digna, su caso es también sinónimo de una guerra familiar que se ha librado en tribunales y que ha llenado cientos de páginas en los diarios. Vincent Lambert nació el 20 de septiembre de 1976, en el seno de una familia numerosa. Su padre es un reconocido ginecólogo antiabortista y la madre era su secretaria. El año 2008 un accidente de moto lo dejó tetrapléjico, en un coma vegetativo del que logró salir para pasar a un estado de mínima conciencia. Lambert ha estado hospitalizado desde ese día. Se le suministra agua y comida a través de una sonda gástrica, pero puede respirar sin ayuda artificial.

En 2013 los médicos pidieron, por primera vez, detener esos cuidados, algo a lo que su esposa accedió. Pero el comienzo del fin del tratamiento médico se transformó en el inicio de una guerra judicial que, incluso, ha tenido capítulos fuera de Francia. Informados siempre a última hora del procedimiento, Pierre y Viviane han recurrido a la Justicia y logrado –hasta ahora– restablecer los cuidados médicos de Vincent. Ese es el prólogo de la historia judicial.

Fervientes católicos, los padres de Lambert pertenecen a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, un movimiento integrista que ni siquiera es reconocido oficialmente por el Vaticano. La familia Lambert se encuentra dividida entre esas dos aguas: los que siguen unidos al grupo –sus padres, una hermana y un hermanastro– y se aferran a mantener con vida a Vincent. Y del otro lado, el resto de la familia –la esposa y seis de los ocho hermanos–, que califica a la fraternidad incluso de secta, apoya la decisión del equipo médico y que ha llegado a denunciar la utilización de este caso con fines políticos.

La batalla ha sido larga. A cada decisión médica se ha sumado una apelación, y el caso Lambert saltó de la jurisdicción ordinaria hasta los tribunales de mayor instancia. En 2014, incluso el Consejo de Estado debió interesarse en el tema y solicitó un informe a expertos. Informe que concluyó que las lesiones cerebrales son irreversibles.

Toda Francia sabe que el caso creará jurisprudencia y por eso la clase política ha tomado partido, aunque tomó distancias y declaró que una decisión de ese tipo no puede recaer en las manos presidenciales.

El espectáculo trágico de este conflicto familiar ha tenido otro efecto, uno menos evidente. Tras el caso Lambert, son cada vez más los franceses que recurren al la web creada por el Gobierno y en la que pueden registrar sus últimas voluntades. Aunque es difícil evaluar cuántos han completado todo el formulario, el sitio ha recibido 230.000 visitas entre el 20 de mayo y el 16 de junio, frente a las 10. 000 que se contabilizaban el mes anterior.