Okupación ilegal
Un cerrajero revela el truco "antiokupas" para proteger tu casa en verano: "Debes ocultar toda la información"
Este consejo que explica el experto puede salvarte de más de un apuro y hasta los delincuentes más profesionales no saben como solventarlo
La okupación ilegal se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para miles de propietarios en España, no solo por el daño patrimonial que supone, sino por la lentitud desesperante del sistema judicial para resolver estos casos. El periodo de tiempo medio por desalojamiento ha ido variando con el paso de los años hasta llegar a cifras insostenibles con los registros del año pasado. En el año 2018, la media de una acción de desalojo por ocupación ilegal era de 11,7 meses. El año posterior, ese promedio ascendió hasta los 13,1 meses y, finalmente, en 2020 se consolidó el periodo en unos 16,7 meses.
Fue en 2021, después de la pandemia y en medio del inicio de una nueva crisis económica, cuando los dieciocho meses de media se transformaron en una realidad, convirtiendo lo que antes era una anomalía en una auténtica pesadilla para los propietarios. Otro dato alarmante que pone en evidencia la magnitud del problema es que el número de casos reportados no deja de crecer. En 2024 repuntó un 7,4% en el conjunto de España, con 16.426 hechos conocidos por las Fuerzas de Seguridad. Unas cifras que un país como España no se puede permitir, más aún cuando el acceso a la vivienda ya es de por sí una batalla cuesta arriba.
Ante este panorama, los propietarios no pueden permitirse bajar la guardia. La prevención se ha vuelto más que necesaria, vital para eludir el intrusismo. Instalar sistemas de alarma conectados con central receptora, contratar seguros específicos que cubran la okupación o incluso realizar visitas periódicas a viviendas deshabitadas son algunas de las medidas que pueden marcar la diferencia. También es recomendable mantener la vivienda con apariencia de estar habitada, con cortinas, buzones vacíos, luces con temporizador, así como asegurarse de que la documentación de la propiedad está siempre actualizada y fácilmente accesible en caso de denuncia. Porque, en España hoy, la diferencia entre tener casa y perderla puede ser solo cuestión de días, pero recuperarla, una odisea de años.
En este contexto, cada vez son más los profesionales que hacen uso de nuevos mecanismos para confundir a los delincuentes y tratar de extinguir sus posibilidades de infracción. Desde sistemas de videovigilancia de última tecnología, como mirillas digitales, o servicios de disponibilidad total durante las veinticuatro horas del día. De esta manera, una de las últimas invenciones en este sector ha causado un gran impacto entre los afectados debido a la facilidad de su uso y a su alto grado de efectividad. No concierne la atención de terceros y tan solo es un dispositivo de seguridad que se instala en la puerta del domicilio que desea ser socorrido.
El truco "antiokupas" que debes instalar en tu puerta
No se trata de colgar una ristra de ajos como a los vampiros ni cualquier derivado, por supuesto, sino que esta instalación previene de acciones forzadas en la cerradura. La empresa de cerrajería Disamur, que se ha dado a conocer recientemente por la popularidad de sus vídeos en redes sociales de carácter divulgativo y promocional, ha sido la encargada de dar a conocer los puntos clave en los que se fijan los okupas para entrar en una vivienda. Por un lado, la puerta, que es el principal impedimento, no supone un obstáculo mayor y, concretamente, el bombín de la cerradura es la parte más vulnerable que puede ser manipulada con facilidad. “El primer paso para proteger nuestra puerta de cualquier tipo de robo es ocultar cualquier información que pueda obtenerse de la cerradura”, indica el cerrajero.
En un ejemplo práctico, el experto observa todas las posibilidades que tiene un infractor de forzar tanto el embellecedor como el bombín del cerrojo. “Está expuesto a cualquier ataque de habilidad, aquí puedo trabajar lo que sea”, recalca. Por ende, la estrategia a seguir para que el tercero no se vea en esta posición de entrar a placer en tu casa sin tu consentimiento pasa por la instalación de un aparato que bloquee toda información aparente: un escudo de seguridad. "A parte de protegerlo de ataques físicos también protege de adquirir cualquier tipo de información. Puesto esto el ladrón no sabe que tipo de cilindro hay detrás y jugamos con muchísima ventaja", sentencia.
Evita cualquier estrategia: un domicilio seguro
Pese a que los delincuentes cada vez cuentan con una formación más profesional y actúan sin dejar rastro, este escudo privará al mismo de la forma real del cerrojo que reside detrás de este mecanismo. Por ende, estrategias como el bumping, con la que los ladrones entran en casas sin dejar rastro, no solo previene de okupaciones sino que también sirve como impedimento para que los usurpadores entre en tu primera residencia y roben los bienes materiales de tu casa.