
Religión
Cerrojazo vaticano al «poliamor»: el matrimonio es la «unión exclusiva»
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe publica una nota sobre la monogamia

Cuando en el pasado Sínodo de la sinodalidad convocado por el Papa Francisco algunas voces europeas reclamaban una mayor acogida para divorciados y homosexuales desde África también solicitaron que se abordara cómo debe encajar la Iglesia a aquellos hombres musulmanes casados con varias mujeres que deciden convertirse al catolicismo. De hecho, alguno de los obispos especialmente beligerantes con el colectivo LGTBI sugerían abrir la mano a la realidad de los conversos del Islam.
Este martes el Dicasterio para la Doctrina de la Fe echó un cerrojazo a cualquier fórmula de «poliamor». El prefecto del departamento vaticano, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, firma una nota doctrinal «sobre el valor del matrimonio como unión exclusiva y de pertenencia mutua», titulada «Una caro. Elogio de la monogamia».
En el documento ensalza el sacramento del matrimonio en un contexto de social marcado por «la multiplicación de los divorcios, la fragilidad de las uniones, la banalización del adulterio y la promoción del poliamor». A la vez, se hace eco de otro hecho contradictorio paralelo: las «grandes narrativas colectivas» en novelas, películas y canciones que «continúan exaltando el mito del único y exclusivo ‘gran amor’».
«La paradoja es evidente: las prácticas sociales socavan lo que la imaginación celebra», reflexiona el purpurado, para exponer justo después que «el deseo de amor monógamo permanece inscrito en lo más profundo del ser humano, incluso cuando el comportamiento parece negarlo».
El cardenal Fernández se hace eco de la petición de los obispos del continente negro «ante el fenómeno en muchas comunidades de la práctica, todavía habitual, de la poligamia en algunas regiones».
Sin embargo, retomando una reflexión de León XIII, el documento subraya que «la defensa de la monogamia constituye igualmente una defensa de la dignidad de las mujeres, que no puede ser negada ni deshonrada ni siquiera por deseo de procreación». De esta manera, «la unidad del matrimonio implica entonces una elección libre por parte de la mujer, quien tiene el derecho de exigir una reciprocidad exclusiva».
«La poligamia, el adulterio o el poliamor se fundan en la ilusión de que la intensidad de la relación puede hallarse en la sucesión de rostros. Como ilustra el mito de Don Juan, el número disuelve el nombre: dispersa la unidad del impulso amoroso», se señala en otro momento. Con estas coordenadas, el Vaticano reclama más «educación» en materia afectiva en medio de un «universo de las redes sociales, donde el pudor se desvanece y prolifera la violencia simbólica y sexual, demuestra la urgente necesidad de una nueva pedagogía». «El amor no puede reducirse a un impulso: siempre convoca la responsabilidad y la capacidad de esperanza de toda la persona», sentencia la nota de Doctrina de la Fe.
La nota vaticana se adentra en lo que a las relaciones sexuales de la pareja se refiere, para señalar que «la unión sexual, como forma de expresar la caridad conyugal, debe permanecer naturalmente abierta a la comunicación de la vida». Eso sí, en un signo de apertura, apunta que no debe «ser un objetivo explícito de todo acto sexual», remitiéndose al magisterio de Juan Pablo II.
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