«Crearemos nuevos cuerpos humanos con nuevas capacidades»

Es, en sí mismo, el mejor ejemplo de su trabajo en el prestigioso MIT de Boston, y todo un visionario. Investiga el alcance que la biónica tiene, no solo para solventar problemas físicos, sino también, y como pronostica, para el uso común de todo aquel que, sencillamente, quiera aumentar sus capacidades «humanas».

¿Qué es, de forma sencilla, una prótesis biónica?

La palabra biónica significa que la prótesis emula lo que es una extremidad biológica, de ahí el bio delante. La extremidad biónica imita lo que sería una biológica natural, en cierta medida. Estamos estudiando primero cómo fue biológicamente normal, los músculos y tendones, cómo están controlados por el cerebro. Y cuando construimos la prótesis sintética, aplicamos estos mismos principios científicos en su diseño y, en vez de un músculo, claro, tenemos un motor; en vez de un tendón, un muelle de carbono; en vez de un encéfalo, unos pequeños ordenadores. Emulamos la naturaleza con electromecánica.

Hasta ahora, la idea era que las prótesis son para aquellos que tienen alguna dificultad motora o han sufrido la pérdida de un miembro, pero usted propone que sean también para personas sin estos problemas. ¿Por qué usarlos en estos casos?

En mi grupo del MIT estamos desarrollando esta tecnología protésica, pero también otras que aumenten a los seres humanos más allá de sus niveles fisiológicos. Estamos desarrollando exoesqueletos, por ejemplo para las piernas, que permitan a la gente andar más deprisa, correr, saltar y desplazarse por el mundo con menos estrés. Todas estas tecnologías las estamos desarrollando en el MIT y van a tener un impacto muy generalizado muy pronto. Creo que dentro de 10 años podrás estar paseando por las calles de Madrid y ver con frecuencia a gente deambulando con biónica para aumentar sus capacidades físicas.

Y en lugar de coger un patinete, por ejemplo, te pondrías la prótesis... ¿Es esa la idea?

Sí, bueno, los vehículos para transporte con ruedas tienen sus limitaciones. Es difícil pasar por terrenos y superficies irregulares, complicadas, con socavones. Nuestras piernas como tales son muy versátiles, podemos caminar por superficies irregulares, lisas... Pero claro, como seres humanos no somos tan eficientes. Por ejemplo, corriendo o subiendo grandes pendientes se consume mucha energía, empezamos a tener problemas respiratorios... y los exoesqueletos nos ayudarán a desplazarnos por el mundo, por todas partes, por superficies y rampas de todo tipo con menos estrés, menos consumo energético y nos darán ese aumento que nos permitirá ir más deprisa, saltar más alto... Tendremos ropa biónica, zapatos biónicos que estarán diseñados con capacidades que te aumentan. Dentro de 20 años miraremos al pasado y diremos, ¿te acuerdas cuando los zapatos no hacían nada y solo eran de cuero?

Asegura que los miembros biomecánicos son mejores y usted es la prueba, pues le sirvieron para superar sus marcas escalando. ¿Habría que cambiar el término «discapacidad» por «supercapacidad»?

Sí, desde luego. En principio, todos los seres humanos están discapacitados por sus propias limitaciones, y la tecnología superará estas limitaciones, y este es el enfoque mental correcto en mi opinión, así que muchas gracias, seremos supercapacitados. De verdad, va a ser un siglo fascinante, e igual que cuando apareció el invento de la bici y ahora todo el mundo monta en ella y hace ciclismo, va a haber todo tipo de tecnologías de aumento que también darán lugar a nuevos deportes. Por ejemplo, con exoesqueletos que aumenten la capacidad de correr tendremos supercarreras como deporte. ¿Que tenemos exoesqueletos que te permitan hacer escalada? Pues tendremos de deporte la súperescalada. Veremos una expansión de actividades deportivas en el siglo XXI, y va a ser muy divertido. Desde luego se ha demostrado que los límites se superan en las paraolimpiadas con la tecnología. Y yo predigo que las paraolimpiadas serán más populares que las olimpiadas porque al final, dirán: «Qué aburrimiento lo que hacen los cuerpos normales, vamos a ver la paraolimpiada, cómo saltan, cómo corren... todo es superior». Y va a pasar antes de lo que crees.

¿Cuál es la próxima frontera en las prótesis, que tengan sensibilidad, los chips integrados?

Lo que hay que hacer es unir la electromecánica de la prótesis al sistema nervioso humano. Esto es un objetivo gigante y mi mayor pasión. En el MIT estamos buscando formas para que puedas sentir con la prótesis, que si tocas algo lo sientas como si estuvieras haciéndolo con la piel, que si mueves la prótesis, que sientas que se mueve como lo haría tu miembro biológico. Estamos creando un sistema especial para vincularlo con el sistema nervioso a fin de tener esa percepción.

¿En qué proyecto está trabajando ahora mismo?

En términos generales, estamos conectando la electromecánica al organismo humano, al cuerpo. Mecánicamente estamos haciendo inserciones directas con estructuras de titanio bien al encéfalo, al cerebro, o a los músculos, a los nervios, para que la persona sienta la prótesis y pueda pensar en mover y controlar los movimientos de la misma. Tenemos una relación mecánica y eléctrica, acoplados y en sentido bidireccional desde la prótesis al cerebro y viceversa. Este es un área crítica de investigación y desarrollo, y un futuro fascinante para la mayoría de la gente que tiene patologías que afectan a brazos y piernas. Además, esta tecnología va a dar lugar al desarrollo de otras que, al final, todo el mundo podrá usar para aumentar su cuerpo, cuando lo necesite, con exoesqueletos.

¿Cuál es su sueño, qué es lo que más le gustaría conseguir?

La visión de que la tecnología pueda mitigar, incluso eliminar, las limitaciones humanas. Lanzar esta visión al resto del mundo que inspire a los jóvenes a estudiar ingeniería, ciencia, biomecánica... Y en biónica crearemos nuevos cuerpos humanos con nuevas capacidades. Para mí este será mi mayor legado, el poder inspirar a las nuevas generaciones.