El dolor de cuello puede ser señal de un problema grave de salud: cuándo buscar ayuda médica

El dolor en la zona cervical es cada vez más común. Las posturas rígidas que adoptamos y el estrés que acumulamos son los responsables de que se produzcan sobrecargas musculares que causan molestias en el cuello. Se trata de un dolor muy limitante, ya que influye en nuestra vida diaria... dificultad para conducir, para estar sentado mucho tiempo, para realizar tareas del hogar, etc.

Normalmente, el tratamiento fisioterapéutico ayuda en el control de las molestias cervicales. Favorece la relajación de los músculos y mejora la movilidad. También se pueden realizar duchas con agua a la mayor presión y temperatura sobre el cuello y hombros durante 10-15 minutos. Asimismo, pueden valorarse medicamentos como los analgésicos-antiinflamatorios y/o miorelajantes, siempre con supervisión médica.

Sin embargo, en casos excepcionales, el dolor de cuello puede ser un síntoma de un problema más grave. Si es muy intenso o si se acompaña de alguno de los siguientes síntomas, hay buscar atención médica de inmediato:

- Fiebre, dolor de cabeza y rigidez de nuca. Esta tríada de síntomas podría indicar meningitis bacteriana, una infección de la médula espinal y las membranas del cerebro que requiere tratamiento con antibióticos.

- Dolor que desciende por un brazo, especialmente si el brazo o la mano están débiles, entumecidos o con hormigueo. Puede advertir de que una hernia de disco cervical está presionando un nervio.

- Incontinencia. La pérdida del control de los intestinos o la vejiga puede ser una señal de lesión de la médula espinal.

- Inestabilidad extrema. Si de repente puedes inclinar la cabeza hacia adelante o hacia atrás mucho más de lo normal, podría indicar una fractura o un desgarro de ligamentos. Generalmente ocurre después de un impacto o lesión.

- Glándulas inflamadas persistentes en el cuello. La causa más frecuente de la inflamación de los ganglios del cuello son la infecciones comunes, pero en algunas ocasiones pueden ser síntomas de infecciones más grave (VIH, tuberculosis, sarampión, mononucleosis...) enfermedades autoinmunes -como artritis reumatoide, lupus- o algunos tipos de cáncer, como el linfoma, la leucemia o algún tumor próximo al cuello.

- Dolor o presión en el pecho. Un ataque al corazón o una miocarditis pueden causar dolor de cuello.