Incongruencia

El doble rasero de Mónica García con los médicos residentes

La ministra de Sanidad se ha opuesto a que los MIR de 4º pasen consulta en Primaria este verano, pero sí servían para hacer informes cruciales en la pandemia

Mónica García en un desayuno informativo
Mónica García en un desayuno informativoDavid JarLa Razón

La pandemia de covid provocó que, en 2020, los especialistas en formación comenzaran su periodo de prácticas en septiembre en vez de en junio, como es habitual. Por eso este verano va a haber una promoción menos de facultativos de las diferentes categorías. En el ámbito de la Atención Primaria (que engloba a médicos de familia y pediatras) se calcula que son más de 1.700 los residentes que finalizarán su formación en septiembre en vez de en junio.

Pese a que la situación se conocía desde 2020, y a que las sociedades de Primaria llevaban alertando sobre la carencia que se iba a producir este verano, las administraciones sanitarias no pusieron en marcha a tiempo ninguna solución tangible.

Como era de esperar, el tema saltó hace unos meses. La situación coyuntural provocada por la pandemia se sumaba a las carencias estructurales del primer escalón de la asistencia sanitaria, donde, además de falta de recursos económicos, hay escasez de profesionales. Según las sociedades médicas de Primaria, en nuestro país hacen falta entre 6.000 y 10.000 especialistas de Familia y pediatras.

El Ministerio de Sanidad los cifró en 4.500, y señaló que las plantillas están un 10% por debajo de lo que sería necesario para cubrir la demanda. Sus números partían del "Informe de necesidad de médicos especialistas en España 2023-2035", que encargaron a unas investigadoras de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Ante la preocupación de los responsables de Sanidad de la mayoría de las comunidades autónomas de que la falta de profesionales obligara a tener que cerrar centros de salud y camas de hospitales –este verano estarán operativas 10.000 menos, según el sindicato de enfermería Satse–, el departamento que dirige Mónica García respondió con desidia, señalando que la era "competencia de las autonomías la planificación de plantillas y planes de contingencia para el verano", y que la mayoría de las regiones "no los habían compartido" cuando se los reclamaron.

Salvar el verano

Y ahí empezó la "guerra" para salvar el verano. Ante la petición de las regiones del PP de que se permitiera a los 1.716 MIR de cuarto año, con formación sin terminar, incorporarse a hospitales y centros de salud para pasar consulta bajo supervisión, Sanidad respondió, en un primer momento, que en ningún caso se podía acortar el periodo de residencia o dejar que los MIR actuaran como especialistas porque esto supondría quebrantar la ley.

Sin embargo, unos días después, el 11 de junio, envió una carta a las comunidades autónomas en la que citaba la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) y el real decreto 183/2008 –que la desarrolla– para destacar que "estos principios incluyen la asunción progresiva de responsabilidades por parte de los residentes y un nivel decreciente de supervisión a medida que avanzan en su formación.

En el caso concreto de Medicina Familiar y Comunitaria, el programa formativo establece que los residentes de cuarto año deben ser capaces de hacerse cargo de forma autónoma y completa de una consulta, sin la presencia del tutor, aunque con la posibilidad de recurrir a él en caso de duda o ante situaciones complejas".

Una apertura de criterios que encaja más con las actitudes que han tenido previamente con los MIR en momentos muy sensibles para España.

Y es que, tal y como hizo público LA RAZÓN en marzo de 2020, el Ministerio de Sanidad de Salvador Illa permitió que tres residentes participaran en la confección de informes técnicos de gran calado elaborados en los albores de la pandemia de covid.

Los documentos fueron elaborados por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), vinculado a la Secretaría General de Sanidad y Consumo y a la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, y tienen fecha del 6 de marzo, una semana antes de que se declarara el primer estado de alarma.

[[H2:Residentes marcando pautas]

Dichos informes tenían el objetivo de servir de guía para, por ejemplo, las comunidades autónomas, pero también para sociedades científicas y facultativos con muchos años de ejercicio. Las tres personas en formación que participaron eran de la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública. Y esta no fue la única vez en la que médicos residentes aparecían entre los firmantes de informes y documentos clave, que posteriormente el ministerio se apresuraba a eliminar.

Esto es solo un ejemplo del doble rasero con el que Sanidad, ahora y antes, se posiciona respecto a algunos temas según le convenga.

La difícil situación por la falta de profesionales de Primaria que vivirán especialmente las zonas costeras y lugares turísticos de nuestro país este verano ya ha sido avanzada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que augura que los médicos van a tener que doblar turnos y hacer muchas horas extra para garantizar la asistencia.