Accidente minero

Dos de los mineros muertos acababan de ser padres

Los fallecidos tenían entre 35 y 45 años. Uno de los mineros estaba a punto de prejubilarse

Una de las víctimas, Manuel Mouré, que acababa de ser padre hacía un mes
Una de las víctimas, Manuel Mouré, que acababa de ser padre hacía un meslarazon

Dolor, consternación, rabia, impotencia... cualquier palabra se queda corta para calificar lo sucedido ayer en el pozo Emilio del Valle ubicado en el término municipal de Llombera de Gordón, perteneciente a la empresa Hullera Vasco Leonesa. Seis mineros perdían la vida y otros cinco resultaban heridos. Seis vidas rotas. Seis sueños destrozados para siempre. Un nuevo «palo» para un sector que lleva tiempo pasándolo muy mal, pero que llega además en el peor momento, cuando parecía que la minería recuperaba la calma tras la prórroga del Plan del Carbón hasta 2018.

La tragedia comenzó a las 13:45 horas, cuando una fuga repentina de grisú sorprendía a Carlos Pérez, Manuel Mouré, Orlando González, Antonio Blanco, José Luis Arias y Roberto Álvarez, víctimas mortales de la tragedia. Los seis mineros, de entre 35 y 45 años, dejan familia y un profundo dolor entre el sector y sus vecinos. También en toda la provincia, ya que, salvo una de las víctimas, que era asturiana, el resto eran naturales de diversas localidades leonesas.

Roberto Álvarez es el más joven de los que perdieron la vida. Con sólo 35 años, este vecino de Fontanos, del municipio de Garrafes del Torío, tenía mujer y dos hijos muy pequeños, una niña de dos años y un bebé que no llega al año. Era miembro de la brigada de Salvamento y un «chico estupendo», según sus vecinos.

El más veterano de los fallecidos es el minero asturiano José Luis Arias. A sus 45 años estaba a punto de prejubilarse. Con una niña de 12 años y un niño de seis, Arias, recorría diariamente los noventa kilómetros que separan Pola de Lena de Llombera de Gordón para acudir a su trabajo. Según Ramón Argüelles, alcalde de la localidad de Pola de Lena, de donde era natural, Arias era un vecino muy conocido, dado que era hijo del propietario de una popular sidrería de esta localidad, informa Efe.

Otro de los fallecidos es Manuel Mouré, natural de Ciñera de Gordón y que siguió los pasos de su familia. A sus 36 años, este hombre de estirpe minera, que acababa de ser padre hace un mes, se había reincorporado recientemente a su puesto de trabajo tras disfrutar de una baja de paternidad por el nacimiento de su pequeña.

Otra de las víctimas que también estaba próxima a jubiliarse es Antonio Blanco. A sus 42 años de edad, Antonio, casado y con una niña, vivía en León. Su hermano también trabajó en la empresa Huella Vasco Leonesa.

Tras más de 12 años trabajando en la mina, la muerte sorprendió a Orlando González. Vivía junto a su madre en La Pola de Gordón. Pero era de Paradilla, un pequeño pueblo en el que transcurrió su infancia junto a su hermano. La noticia sacudió a los vecinos.

Carlos Pérez es el último de los seis fallecidos que ha dejado el accidente del Pozo Emilio del Valle. Estaba casado y tenía dos hijos de 16 y 13 años. Era el único vigilante entre las víctimas. Vivía en León, pero aprovechaba todos los fines de semana para ir a a Puente Nuevo a ver a sus padres. La última vez, según el «Diario de León», fue el pasado fin de semana cuando se le vio en el bar para disfrutar del clásico entre el Real Madrid y el F. C. Barcelona.

Los cadáveres de los seis mineros muertos fueron trasladados en dos furgones hasta el Instituto Anatómico Forense de la capital leonesa para serles practicada la autopsia. Los familiares de los mineros permanecieron en el interior de la explotación de la empresa Hullera Vasco Leonesa durante toda la tarde, acompañados en todo momento por psicólogos.

En la tragedia resultaron intoxicados cinco mineros que han sido trasladados hasta el Complejo Hospitalario de León, uno de ellos en estado de gravedad, J.M.M.M., de 38 años, evacuado en helicóptero. Los cuatro restantes son R.J.C.G., de 42 años; A.V.A., de 43; J.C.C., de 40; y A.A., de 55, todos ellos con pronóstico reservado.

El héroe que murió por auxiliar a sus compañeros

Además de las víctimas mortales, han resultado intoxicados cinco mineros que fueron trasladados hasta el Complejo Hospitalario de León. Uno de ellos en estado de gravedad, J.M.M.M., de 38 años, evacuado en helicóptero. J. Montero es uno de estos heridos, pero también uno de los héroes de la jornada, ya que gracias a su ayuda y a su valentía se pudieron salvar muchas vidas. Este minero fue uno de los que no se lo pensó dos veces para entrar una y otra vez a rescatar a sus compañeros. Durante estas labores de auxilio, otro minero también ayudó. Pero este otro héroe es también una de las seis víctimas mortales de la tragedia.

Se salvó por ir a comer un bocadillo

Amancio Viñayo, un joven de 35 años, es uno de los heridos de esta nueva tragedia en la minería. Pero también es uno de los hombres más afortunados y de los que se podría decir que ha vuelto a nacer porque ya sea por el destino, que le tiene deparadas otras cosas en su vida, o por la simple fortuna de escapar a tiempo del lugar equivocado y del momento también equivocado. El caso es que Amancio lo puede contar gracias a que era la hora del bocadillo y a que momentos antes de que ocurriera el escape había salido a comérselo.