Santander

«Es legítimo objetar a que se hagan abortos con dinero público»

César Nombela / Rector de la UIMP

La prolongación de la Generación del 39: el caso de César Nombela
La prolongación de la Generación del 39: el caso de César Nombelalarazon

Este catedrático de Microbiología, miembro del Comité de Bioética de España y desde 2012, además, rector de la emblemática Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ahora en plena actividad. «¿Qué haces por aquí por Santander, estás matriculado en algún curso»?, dice que le ha llegado a preguntar algún colega despistado por los pasillos del Palacio de la Magdalena, sede de los cursos. «Bueno, soy el rector. Trabajo aquí», dice entre risas.

-¿Ha metido más carga científica en los cursos de la UIMP ahora que es rector?

–Las Ciencias de la vida y las de la Salud representan un 40% del contenido y el otro 60% se reparte entre Humanidades y Ciencias Sociales. Tenemos un programa bastante equilibrado porque lo que se pretende es que los cursos recojan todos los temas que importan a la sociedad con la presencia de científicos, académicos y personajes muy importantes de las finanzas...Y de todos los ámbitos.

–Los rectores se lamentan de los recortes en la Universidad. ¿Han llegado también a la Menéndez Pelayo?

–La UIMP tiene un presupuesto básico, pero tambiéntiene la capacidad de generar recursos que surgen tanto del sector público como del privado. El presupuesto administrativo no ha crecido, se ha mantenido dentro de las mismas pautas de austeridad que tiene la Administración pública. Esa capacidad de generar recursos propios ha permitido aumentar nuestra oferta de cursos.

–¿Qué aporta su universidad en comparación con otras?

–La UIMP es el foro para tres cosas: cursos avanzados en los que se debaten y analizan cuestiones que están en la frontera de la ciencia y la tecnología, la economía y la sociedad. La otra gran tarea es la enseñanza del español como lengua extranjera y el otro aspecto en el que la universidad lleva menos tiempo es el de enseñanzas regladas de posgrados. Esta enseñanza debe ser flexible, renovarse cada cierto tiempo y aportar esa faceta que complementa al grado, que es adiestrar en el manejo del conocimiento.

–¿Acudir a los cursos está al alcance de cualquiera?

– La matrícula es razonable. La más cara cuesta poco más de cien euros. Los cursos van dirigidos a posgraduados o estudiantes de los últimos años de universidad que los motive en los temas que se abordan. Tenemos un 25% más de cursos y el año pasado tuvimos más de 5.000 alumnos. Este año la UIMP ofrece la certificación para reconocimiento de créditos. Esto es una novedad.

–¿Cómo ve el panorama universitario en general? ¿Considera demagógicas las críticas que se escuchan entre los rectores?

–Veo a la universidad necesitada de una profunda reforma que potencie nuestras mejores capacidades. Tenemos gente más competente de lo que la gente se piensa, pero se necesita de otro modelo de organización. La selección del profesorado, tal y como está configurada, está creando un panorama en el que la movilidad es prácticamente inexistente. Necesitamos un sistema más abierto que permita el intercambio. Es precisa una reforma de la gestión y del gobierno de las universidades y abogo por que las propuestas que hizo el grupo de expertos que se creó es un punto de partida muy bueno para las reformas.

–¿Cree que al final va a ser posible cambiar algo en la Universidad española teniendo en cuenta las resistencias que hay?

–Las reformas universitarias siempre han sido complicadas. Necesitamos un cambio de modelo de gestión para que la investigación pese más y para que se dé cuenta y razón de los recursos que se reciben y se puedan emplear con más eficacia en las necesidades de la sociedad.

– El Comité de Bioética ha analizado ya el proyecto de ley del aborto. ¿Qué le parece la futura norma?

–Soy contrario a la ley del aborto vigente. Atenta contra la vida humana y los derechos del no nacido al considerar que la interrupción del embarazo es un derecho. Soy más favorable a este proyecto de ley. Es más riguroso y exigente con el derecho a la vida y la protección del no nacido.

Por otra parte, tenemos un problema social: el invierno demográfico que padecemos. Ahora se practican casi 120.000 abortos, que suponen más de la cuarta parte de los nacimientos que tienen lugar en España.

–¿Los abortos deben ser financiados por la Sanidad pública?

–Para mí, el aborto es una situación excepcional que debería aceptarse en situaciones excepcionales. Si existe una norma de aborto libre como la vigente, yo entiendo que muchos ciudadanos podamos legítimamente objetar a contribuir económicamente a la práctica abortiva.

–¿Estamos perdiendo puestos en la investigación en España?

– Es posible, pero la situación de ajuste empezó en 2007, cuando se creó el Ministerio de Ciencia e Innovación . La producción científica española experimentó una mejora y un avance de 1980 a 2006 y ahora nos falta un segundo despegue.