Vacaciones

Esta es la realidad que hay detrás de la limpieza de los hoteles: información que han tratado de mantener en secreto

Una profesora de Microbiología Clínica ha explicado que las habitaciones de hoteles puede que no estén tan limpias como parecen a simple vista

La habitaciones de hotel no siempre están tan limpias como cabría esperar
La habitaciones de hotel no siempre están tan limpias como cabría esperarLa Razón

La llegada de las vacaciones está a la vuelta de la esquina con la época estival. Julio y agosto suelen ser los meses más escogidos por la mayoría de las personas para irse de vacaciones. Al llegar al hotel se suele hacer el check-in y después ver la habitación: uno de los momentos más ansiados por las personas al llegar a su alojamiento.

A simple vista, todas las habitaciones parecen limpias. Sin embargo, ¿es esto cierto? ¿Qué dice la ciencia al respecto? Una profesora de Microbiología Clínica en la Universidad de Leicester, Primrose Freestone, ha explicado a 'The Conversation' que "incluso si es una habitación cara, no significa que esté menos sucia".

¿Por qué las habitaciones de hotel parecen estar limpias pero en realidad están sucias?

La docente cuenta que el anterior huésped en la misma habitación ha depositado "bacterias, hongos y virus" alrededor de diferentes objetos y superficies. Microbios que con una simple limpieza no se eliminan. Por ello, Freestone asegura que todo depende "de la eficiencia del personal del hotel". No obstante, su experiencia la ha llevado a descubrir que la limpieza se basa en "observaciones de la vista y el olfato". Por lo que no eliminarían todo aquello a lo que ella llama "la microbiología invisible".

Microbios que, según ella, ya empiezan en el ascensor, antes de entrar ni tan siquiera a la habitación. Primeramente, revela que los botones del ascensor son un foco de gérmenes dado que es un punto en el que pulsan muchas personas al cabo del día y al que pueden transferir sus microrganismos. Con las manijas de las puertas ocurre algo similar para la docente.

También afirma que los baños, por lo general, se limpian más a fondo. Sin embargo, revela que, aunque no debería ser así, las sábanas y las colchas en algunos hoteles no se cambian entre diferentes huéspedes. Lo que para ella puede ocasionar virus estomacales y respiratorios, enfermedades de las que alerta que son muy sencillas de coger en una habitación de hotel.

Primrose Freestone también ha hablado de otras superficies como la mesita de noche, el interruptor de luz, el mando de la televisión o el teléfono de la habitación, sobre los que dice que no siempre se desinfectan entre ocupaciones.

Después de este análisis, ella da dos claros consejos: llevar a los hoteles sábanas propias y lavarse las manos cada vez que se toque un elemento común. Sin embargo, su estudio no termina aquí, dado que también habla de todas las bacterias que se pueden encontrar en un jacuzzi o en un spa.

En el jacuzzi también puede haber bacterias, virus y hongos

La docente estima que cada persona tiene "100 milígramos de heces entre las nalgas". Esto supone que cuando una persona entra en contacto con el agua caliente de un jacuzzi o de un spa, libere dicho material oculto. Por lo que es muy probable que cualquiera que acuda a estos sitios "respire o trague bacterias, virus y hongos".

A este respecto también añade la orina y el sudor ya que explica que "estos depósitos sirven como nutrientes para las bacterias". Situación que se incrementa con el paso del tiempo sin que se haya cambiado el agua del jacuzzi o del spa.