Investigación

Felip ha cobrado 650.000 euros de Grifols mientras ejerce en la pública

La oncóloga catalana, número dos de Tabernero, entró en la multinacional farmacéutica como consejera independiente en 2019, y está al frente del Instituto Oncológico del Hospital Vall d’Hebron

Enriqueta Felip
Enriqueta FelipLR

Enriqueta Felip, la número dos del oncólogo Josep Tabernero, sigue incurriendo en un posible conflicto de intereses al ostentar cargos en el Hospital Vall d’Hebron y en la multinacional farmacéutica Grifols, de la que forma parte desde mayo de 2019, cuando fue nombrada consejera. Desde entonces, sus remuneraciones han ido en aumento. El primer año de su entrada en el Consejo recibió 50.000 euros de compensación económica, al haberse incorporado en mitad del ejercicio. En 2020 se le abonaron 100.000 euros, el importe completo determinado para su puesto de consejera en ese momento. En 2021 pasó a cobrar 125.000 euros anuales, una cifra que se ha mantenido invariable hasta la actualidad.

Por tanto, y según consta en la comunicación de remuneraciones que Grifols envió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Felip habría recibido por sus funciones de consejera desde 2019 650.000 euros, repartidos en 50.000 euros de ese primer año, 100.000 euros de 2020 y cuatro anualidades de 125.000 euros hasta el año 2024. A esto habría que sumar el importe devengado de los cinco meses transcurridos durante 2025, que sumarían otros 52.000 euros, para hacer un total de más de 700.000 euros hasta la fecha.

La remuneración de los consejeros en España se establece generalmente a través de una política de remuneraciones que debe cumplir con unos requisitos, como «contribuir a la estrategia empresarial» y ser «clara y comprensible». La ley establece que los consejeros no ejecutivos de las empresas no deben tener retribución, salvo que los estatutos sociales determinen lo contrario, como es el caso de Grifols. Según el «Informe de remuneraciones de los consejeros de las sociedades cotizadas» publicado por la CNMV, la remuneración media devengada globalmente por los consejos de administración de las sociedades cotizadas en el año 2024 superó en promedio los cuatro millones de euros, sin variaciones significativas respecto al ejercicio anterior y con un comportamiento dispar según el nivel de capitalización.

Esta información llega después de que LA RAZÓN informara la pasada semana de que la Generalitat está investigando si es lícito que la oncóloga Enriqueta Felip pueda compaginar el puesto de dirección al frente del Instituto Oncológico del Hospital Vall d’Hebron y su presencia en el Consejo de Administración de la farmacéutica Grifols, por posible caso de incompatibilidad y de conflicto de intereses entre ambos trabajos, pues la empresa líder en el sector de la salud, Grifols, es proveedora del Hospital Vall d’Hebron. Además, el Hospital informó a LA RAZÓN de que Felip compagina todo eso con la atención a pacientes de la sanidad pública en el hospital, hecho que vuelve a apuntar a la incompatibilidad. El Colegio de Médicos, por su parte, no quiso pronunciarse «sobre un caso concreto».

Enriqueta Felip entró en Grifols como consejera independiente el 24 de mayo de 2019, como sustituta de la bióloga Anna Veiga, que lo había sido desde 2008. En su elección intermedió su jefe y amigo Josep Tabernero, según fuentes cercanas a la oncóloga. Su vínculo personal y profesional con Tabernero –que actualmente está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona por su supuesta participación en un desfalco de 6,2 millones de euros de las fundaciones creadas por el mecenas Pere Mir– es lo que ha convertido a Felip en protagonista de una subtrama que investigan las autoridades.

Sanidad quiere intervenir

Esta duplicidad de cargos en el ámbito público y privado es un ejemplo de lo que la ministra de Sanidad, Mónica García, quiere prohibir «de facto» con la reforma del Estatuto Marco de los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud (SNS). En concreto, regular la incompatibilidad de cargos de jefes de servicio de hospitales públicos para que no puedan ejercer a la vez en la Sanidad privada fue la primera medida del borrador del texto que García anunció a principios de este año, destacando que «los puestos directivos, los puestos de responsabilidad dentro de nuestro sistema sanitario tienen ya suficiente trabajo y responsabilidades», por lo que se les debe exigir «una dedicación exclusiva» para evitar «conflictos de interés».

Para reforzar su intención de limitar la «doble dedicación» de los sanitarios que ocupan estos puestos, argumentó que la pública «merece que los profesionales estén dedicados, sobre todo aquellos cuya labor directiva y de gestión exija una presencia en los servicios que dirigen». «La medida nos parece tan obvia que resulta hasta obsceno que no se haya hecho antes», remarcó Mónica García.

Se da la circunstancia de que la oncóloga Enriqueta Felip compatibiliza sus cargos como jefa de la Unidad de Tumores Torácicos, de Cabeza y Cuello e investigadora y directora clínica del Programa de Investigación del Cáncer Torácico en el Instituto Valle de Hebrón de Oncología de Barcelona (VHIO) y de profesora de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona con el de miembro del Consejo de Administración de la multinacional farmacéutica Grifols desde 2019.

Que un jefe de servicio de un hospital público del SNS trabaje también en la Sanidad privada es algo muy común, y no es ilegal. Lo que sí tiene que hacer el médico que quiere compatibilizar su desempeño en ambos ámbitos es una declaración de no conflicto de intereses, documento donde declara que no tiene intereses personales o financieros que puedan influir en sus decisiones médicas o que puedan ser perjudiciales para sus pacientes.

Esta declaración está regulada por la legislación y normas internas de la administración sanitaria correspondiente: el departamento de Administración y Función Pública de la Consejería de Sanidad de la comunidad autónoma en la que el profesional desarrolle su actividad. En el caso de Cataluña, depende directamente de la Generalitat, que es a la que ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido.

Este hecho recuerda a la caída en desgracia del oncólogo catalán Josep Baselga, jefe de Servicio de Oncología del Hospital Valle de Hebrón entre los años 1996 y 2010 y que, en septiembre de 2018, cuando estaba en lo más alto de su carrera como director médico del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, tuvo que dimitir por haber omitido una norma de la redacción de artículos científicos: la de declarar los donativos recibidos por parte de las industria farmacéuticas para la investigación.