Opinión
La guerra es una derrota
El Papa Francisco ha declarado sobre el conflicto en Israel que "el terrorismo y la guerra no conducen a ninguna solución"
Pocas horas después de que al alba del sábado 7 de octubre Hamas desencadenara su ataque sobre Israel, Francisco estaba informado de la trágica situación. La Secretaría de Estado, a través de numerosos canales diplomáticos y religiosos, recibía constantemente noticias que transmitía al Papa. El domingo, después del ángelus, Bergoglio manifestó su «aprensión y dolor por cuanto está sucediendo en Israel, donde la violencia ha estallado aún más ferozmente, provocando centenares de muertos y heridos». Como en repetidas ocasiones, insistió en que «el terrorismo y la guerra no conducen a ninguna solución… La guerra es una derrota: ¡toda guerra es una derrota!». Poco después, el Santo Padre cogió su teléfono y llamó a Gabriel Romanelli, el cura argentino que se encuentra al frente de la única parroquia católica de Gaza.
La segunda autoridad vaticana, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, ha calificado el ataque a Israel como «inhumano», pero hizo la siguiente advertencia: «El derecho de quien es atacado es defenderse, pero también la legítima defensa debe respetar los parámetros de la proporcionalidad».
Con prudencia, el purpurado reafirmaba el axioma vaticano: no puede haber paz entre los hombres sin justicia. «A mí me parece –añadía– que la mayor justicia en Tierra Santa es la solución de los dos estados que permitiría a palestinos e israelíes vivir codo con codo, en paz y seguridad…y ahora ¿qué cosa es la justa? Lo justo es que los rehenes sean entregados rápidamente, incluso los que Hamas detiene desde los últimos conflictos».
«La Santa Sede –añadió– está dispuesta como siempre a cualquier mediación necesaria; mientras tanto, busca hablar con las instancias cuyos canales están abiertos».
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