Vaticano

«Me han enviado al infierno digital como hicieron con Jesús»

Xiskya Valladares. Religiosa de la Pureza de María

Xiskya Valladares
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Tiene doble nacionalidad española y nicaragüense. Pero donde se mueve como pez en el agua sin necesidad de pasaporte es en las redes. Solo en Tik Tok acumula 700.000 seguidores, además de ser la cofundadora de iMisión, la mayor plataforma digital de evangelización online. Xiskya Valladares, religiosa de la Pureza de María de 54 años, es licenciada en Filología Hispánica, Master en Periodismo y doctora en Comunicación. Actualmente profesora y directora del Gabinete de Comunicación del Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez, adscrito a la Universidad Pontificia de Comillas. Además de una de las mujeres elegidas a dedo por el Papa para votar por primera vez en un Sínodo. Desde Mallorca pondrá rumbo a Roma en octubre para dar voz a las reformas eclesiales que reclaman los internautas católicos y no católicos.

Monja, influencer y con derecho a voto. ¿Qué más le pide a Dios? ¿Ser la primera «cardenala» de la Historia?

Nunca soñé con ir a un Sínodo ni nunca he soñado con ser cardenal. Es algo que no necesito para nada, para sentirme a gusto con la Iglesia. Lo más importante es lo que está haciendo el Papa Francisco ahora mismo, que es reconocer la labor de las mujeres que desde hace siglos vienen trabajando sin esperar nada a cambio. Estamos llamadas para servir y estamos a gusto sirviendo. Agradecemos el reconocimiento, pero en mi caso concreto no necesito ser sacerdote, «cardenala» ni Papa.

Más allá del orden ministerial, en la sociedad no hay estos techos de cristal de liderazgo para la mujer que hay en la Iglesia…

Es cierto y lo he sentido más en algunas diócesis que cuando colaboro con las congregaciones y Roma a través del Dicasterio para la Comunicación, donde siempre me he sentido valorada y reconocida. En la Iglesia de vanguardia no he tenido problema frente a las resistencias de quienes se encuentran en parámetros de una Iglesia jerárquica.

Por pura intuición, tiene pinta de que el Papa Francisco la ha escogido, no porque sea una tuitera empedernida, sino como una especialista en comunicación digital, que ha promovido la que sería la consulta más multitudinaria que se ha hecho nunca en la Iglesia…

Recibimos más de 350.000 sugerencias a un sondeo que ha estado coordinados por unos 240 misioneros digitales, que se han dedicado a escuchar. De las propuestas, el 30% se declaraban alejadas de la Iglesia o ateas. A través de las redes sociales hemos llegado donde las parroquias no llegan y eso nos alegra porque el Sínodo ha escuchado el documento que les hemos enviado. El 97% de las inquietudes que se reflejaban ahí están recogidas en el texto que se trabajará en la Asamblea Sinodal. Estamos muy contentos porque la Iglesia está escuchando y está abierta a lo que el Pueblo de Dios está hablando.

Entonces, ¿ha habido cocina a lo Tezanos en sus conclusiones?

No hemos censurado nada, hemos enviado todo, tanto las quejas de quien no se siente acogida como quienes piden una vuelta más radical al Evangelio. Teníamos que hacer un resumen, pero en nuestra web (imision.org) recogemos lo que literalmente nos dijeron. Curiosamente, quienes han participado no se han centrado en el sacerdocio femenino o en las bodas gais, sino en la necesidad de sentirse escuchados, acogidos como Jesús. Eso nos ha hecho caer en la cuenta que la figura de Jesús es sumamente valorada, que la gente incluso busca y tiene experiencia de Dios, pero no de Iglesia.

Cuando tenga que intervenir con su voz y con su voto en el aula sinodal, ¿lo hará en su nombre?

Lo haré en nombre de todos los misioneros digitales porque es en nombre de quien me han elegido. Hasta ahora estaban ignorados, pero el Papa nos ha dado un sitio.

¿En contra de qué votará?

En contra de la polarización, del odio, de las divisiones, del engaño, de la manipulación, de lo que no es Jesús.

Este Papa tiene muchos «haters» y no solo en el mundo virtual… ¿Habría que practicar algún que otro exorcismo?

No se trata de exorcismos, sino de ser coherente como hace Francisco: despacito pero con pasos firmes para que la Iglesia sea más del Evangelio, más de Jesucristo. Así es como se van cayendo los haters, porque se quedan sin argumentos. Cuando se descubre que manipulan, engañan y generan desinformación van esfumándose. Ahí juega a nuestro favor el Espíritu Santo.

A usted también la han mandado a la hoguera digital…

Muchas veces. Me han dicho que mi sitio es el infierno, que soy una hereje… También le pasó a Jesús, le acusaron de que tenía el demonio dentro. Yo tengo mis errores y no soy perfecta, pero intento hacer lo que Jesús hacía: perdonar y no condenar, ofrecer un rostro materno para el mundo de hoy.

Como instagramer. ¿Existe el postureo espiritual?

Sí. Yo le llamo «espiritualismo», se da cuando hablamos más de la razón y la ideología que desde una conexión auténtica de Dios con nuestra vida.

Twitter, ¿es un infierno del insulto y la denigración?

Es difícil el diálogo hoy por hoy, pero siempre es posible. Si alguna vez desistimos habremos perdido la batalla.

En Tik Tok lo mismo cuenta su operación de rodilla que su vida en comunidad. ¿Se ha convertido en una red para «realities»?

Para mucha gente, sí. En mi caso, me permite dar testimonio de la vida religiosa y cristiana, que lo mismo implica compartir mi operación de rodilla de hace unos días para dar las gracias que ofrecer un mensaje de respuesta a las preguntas que la gente plantea sobre la fe. Igual que en la vida real no estás todo el rato hablando de Dios, en las redes tampoco, pero sí compartes la realidad que vives desde tu ser cristiano.

¿Se lleva el móvil a misa o se aplica ayuno de la pantalla?

Dejo el teléfono a un lado, no solo en misa y en la oración, sino también cuando estoy con mis hermanas, de retiro, de excursión... Es sumamente importante desconectar para poder conectar con Dios y con los demás. Nos jugamos la salud mental.

Al ritmo que va la Inteligencia Artificial, ¿hará falta que vuelva la Inquisición para frenar un «sindios» que dicen que se avecina?

Tendremos que reflexionar sobre su uso, pero nunca podemos frenar los avances tecnológicos, que no son demoniacos ni dioses. Como cristianos, estamos llamados a humanizar la Inteligencia Artificial ya, pero sin miedo y sin demonizarla.