Singapur

Un hombre es ejecutado en Singapur por 52 gramos de heroína

Pannir Selvam Pranthaman, de 38 años, fue ahorcado tras años de apelaciones fallidas y peticiones de clemencia

Un agente de la Policía de Singapur.19/04/2021
Pannir Selvam Pranthaman, de 38 años, fue ahorcado tras años de apelaciones fallidas y peticiones de clemenciaTHEN CHIH WEY / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTOTHEN CHIH WEY / ZUMA PRESS / CON

Singapur llevó a cabo una nueva ejecución el miércoles, esta vez por la posesión de 52 gramos de heroína. El condenado, Pannir Selvam Pranthaman, de 38 años, hijo de un pastor malasio, fue ahorcado en la prisión de Changi, conocida por su estricta política penitenciaria y por ser escenario de múltiples ejecuciones relacionadas con delitos de drogas.

Pannir fue arrestado en 2014 y condenado a muerte tres años después. La legislación singapurense establece que cualquier persona que posea más de 15 gramos de heroína o 500 gramos de cannabis puede enfrentar la pena capital. A pesar de que Pannir alegó desconocer que transportaba estupefacientes, sus apelaciones judiciales y una petición presidencial de clemencia fueron rechazadas.

Durante su tiempo en el corredor de la muerte, escribió poemas, canciones y cartas, reflejando tanto el sufrimiento como la esperanza de una segunda oportunidad. Algunas de sus composiciones han sido interpretadas por artistas malasios. Su familia, que luchó durante años por salvarlo, lo describía como un hombre tranquilo, devoto y amante de la música.

La ejecución de Pannir es la segunda en dos semanas y la duodécima en lo que va de 2025, la mayoría por delitos relacionados con drogas. En comparación, solo nueve personas fueron ejecutadas en todo 2024. Actualmente, más de 40 reclusos esperan su ejecución en Singapur.

A pesar de las críticas internacionales, el gobierno singapurense defiende su política como una medida necesaria para proteger al país del narcotráfico. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional califican estas acciones como una “crueldad de Estado sin efecto disuasorio comprobado”. Activistas locales también han expresado su indignación: “Es incomprensible que alguien pueda ser asesinado por 52 gramos”, declaró uno de ellos.