Memoria de Actividades
La Iglesia, el otro generador de empleo
Solo con los trabajadores de sus colegios y los empleos generados por su patrimonio cultural, la Iglesia paga más sueldos que ACS, Mercadona y El Corte Inglés
Los colegios católicos españoles emplean a 134.370 trabajadores. Los bienes culturales de la Iglesia, desde catedrales a museos diocesanos generan 225.000 empleos directos, indirectos e inducidos. Solo con estos datos, sin contar los contratos de hospitales, ong y demás entidades vinculadas de una u otra manera, la Iglesia pagaría hoy por hoy más nóminas al año que las tres empresas con mayor plantilla de España: ACS, líder en el sector de la construcción (122.000 empleados), Mercadona (99.000) y El Corte Inglés (79.800).
Así se desprende de la Memoria de Actividades de la Iglesia en España correspondiente a 2021, que fue presentado ayer en Madrid. «La Iglesia es motor social, cultural, económico y espiritual», sostiene la directora de la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal Española, Ester Martín. Y lo asevera con conocimiento de causa, en tanto que ejerce de coordinadora de este informe que viene avalado con hasta 300 indicadores de verificación, además de contar con la auditoría de PWC. «No es solo una rendición de cuentas al Estado, sino que compartimos con la sociedad qué es la Iglesia y lo que aporta a la sociedad», destaca Martín. En esta misma línea se expresa el secretario general de la Conferencia Episcopal, César García Magán, que justicia la existencia de esta memoria como «un ejercicio de transparencia y un compromiso que va más allá de lo que exige la normativa» por recibir una aportación de los contribuyentes a través de la casilla del IRPF. Lo cierto es que parte de esta actividad es posible gracias a los 321 millones de euros recibidos a través de la Asignación Tributaria, que supone de media entre el 20% y el 30% de los ingresos de la economía diocesana. El resto, llega a través del bolsillo de los fieles y demás donantes privados.
«No se trabaja por el reconocimiento, pero sí es bueno que se reconozca lo que se trabaja», apunta el también obispo auxiliar de Toledo, que reivindica no quedarse en los datos: «No se queden en la frialdad de los números y las estadísticas, porque debajo de ella está el compromiso de una fe anunciada de tantísimas personas que son la Iglesia que camina en España».
Lo cierto es que, más allá de ser generadora de empleo, la Iglesia también le sale barata a los poderes públicos. Y es que los 2.548 centros educativos católicos ahorraron al Estado 4.356 millones de euros en 2021. Son 461 millones más que el año anterior. En el plano cultural, el patrimonio eclesial supone el 3% del PIB, con un impacto económico de 22.620 millones de euros.
A la par, la Iglesia ejerce de vertebradora social, tal y como apunta García Magán, al salir al rescate de «las periferias sociales y los descartes de la sociedad, los cuartos mundos que están insertos en las sociedades desarrolladas». Así lo constata el hecho de que cerca de cuatro millones de personas se beneficiaron de la actividad de 8.864 centros asistenciales católicos solo en 2021. Es más, en los últimos diez años, esta actividad asistencial se ha incrementado en un 70%. En el estudio, se recoge además que hasta 6.300 centros de la Iglesia están destinado a la lucha contra la pobreza, que atienden al año a más de dos millones de personas.
«La Iglesia es principalmente servicio», comenta Martín, que saca pecho sobre la entrega de sacerdotes, religiosas y laicos, más allá de su labor caritativa, en las tareas puramente evangelizadoras. De hecho, la Memoria cuantifica en 28 millones de horas, el trabajo que realizan los 16.126 curas de nuestro país. «Están siendo un salvavidas tanto en el acompañamiento material como espiritual», enfatiza la directora de la Oficina de Transparencia. Eso sí, García Magán lanza un aviso a navegantes: «La ayuda de la Iglesia no exime a las instituciones públicas de atender a los ciudadanos». «Hay una obligación de los poderes públicos de dar respuestas a las necesidades de las personas que lo están pasando mal», apostilla el secretario general de los obispos.
Más allá del apoyo recibido en la declaración de la renta y el respaldo social, lo cierto es que la Memoria de Actividades se hace eco de un descenso en el número de creyentes y de la práctica religiosa. De hecho, el barómetro del CIS de abril señala que un 53,8% de los españoles se consideran católicos, un descenso de hasta un 12,5% con respecto a hace cinco años. Si se aterrizan estos datos al día a día de la vivencia de la fe, el CIS muestra que, de los católicos, solo un 19,7 por ciento acuden a misa varias veces a la semana o, al menos, los domingos y festivos.
García Magán reconoce que está caída en la praxis sacramental se debe a una «crisis de vinculación» de las nuevas generaciones que sería compartida con la desafección a otras instituciones como los partidos políticos. Sin embargo, sin aportar cifras, sí apunta que se está dando un fenómeno creciente: el bautismo entre adultos.
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